El mejor teatro que he visto en 2022

 

Este año he cumplido el sueño de disfrutar de un espectáculo en el Liceu de Barcelona, he visto a la Compañía Nacional de Danza en el Teatro Real y he vuelto al Festival de Teatro Clásico de Mérida en su imponente teatro romano, pero voy a empezar este artículo del mejor teatro que he visto en 2022 con una obra que disfruté en el Cine San Francisco de Cifuentes, pueblo alcarreño de los veranos de mi infancia. La obra es Un rumor de sangre, basada en la obra, conferencias y entrevistas de Federico García Lorca. Empiezo por ella porque es excelente y porque tiene mucho de poético que el ciclo Cultura en Ruta, organizado por la Diputación Provincial de Guadalajara y por la Fundación Siglo Futuro, continúe de algún modo esa labor que hacía La Barraca, la compañía de teatro universitario de Lorca, que llevaba representaciones culturales a pueblos donde es más difícil disfrutar del teatro que en grandes ciudades. 
Un Rumor de sangredirigida Jesús García Salgado e interpretada por Manuel Galiana, Marta Belaustegui, Germán Estébas y Juan Miguel Caballero, y cuenta con la actuación el guitarrista Guillermo Fernández, recorre distintas obras, reflexiones y pensamientos de Lorca. La música, que el poeta granadino siempre veneró, está muy presente en un espectáculo en el que resuena la voz del autor inmortal, del poeta eterno. Una obra extraordinaria. 

En este año en el teatro he disfrutado sobre todo de la danza, un arte que cada vez me gusta más. Fue un sueño acudir a ver Giselle en el Liceu, con música en directo y la soberbia interpretación del English National Ballet, en versión de Akram Khan. Fue una noche memorable en la que se mostró una nueva lectura del clásico ballet que fue estrenado en 1841 en la Ópera de París, y que desde entonces no ha dejado de representarse en todo el mundo. En aquel momento, el mundo salía de una de las muchas réplicas de la peste negra. Hoy, dejamos atrás lo peor de la pandemia de Covid-19. En medio, siempre presente, atemporal y universal, la danza. 

En otro templo, el Teatro Real, he gozado también este año de un gran espectáculo de danza. En este caso, gracias a la Compañía Nacional, que en Pura Danza planteó un programa de lo más diverso, incluso casi diríamos que hasta provocador. El contraste entre las distintas piezas, las imaginativas soluciones de la puesta en escena y el atrevimiento de su última pieza, además de la tan esperada Morgen, la primera creación de Nacho Duato para la compañía desde que salió de ella hace dos décadas, hicieron que el espectáculo fuera inolvidable. No lo fue menos el triple programa de la Compañía Nacional de Danza en los Teatros del Canal este mes de diciembre. 

En un alarde de talento y versatilidad, la compañía dirigida por Joaquín de Luz regaló un doble estreno absoluto: Where you are, I feel, de Valentino Zucchetti,Passengers Within, creada por el propio De Luz, con 18 bailares en escena y la música de Philip Glass, que es una reflexión sobre la alienación de la tecnología y la dificultad de ser auténtico en esta sociedad. Entre medias, la exquisita Love Fear Loss, de Ricardo Amarante, que cuenta con la interpretación en directo del pianista Marcos Madrigal y que ofrece tres pasos a dos sucesivos de sendas parejas que muestran distintas fases del amor. De lo más bello que he visto en mi vida en un teatro, sólo con el acompañamiento del piano y un fondo como de pantalla de cine. 

Lo mejor de mi 2022 teatral se completa con La tumba de Antígona, de María Zambrano, que se representó en el Festival de Teatro Clásico de Mérida. El poso filosófico de la aproximación de la autora española al mito de Antígona, y los paralelismos que establece ente ella y su propia historia de exilio, engrandecen aún más la clásica historia de la hija de Edipo y Yocasta. En la obra de Zambrano, Antígona no se suicida, porque no puede quitarse la vida quien no ha vivido, así que la protagonista deambula entre el mundo de los muertos, donde se encuentra con personas queridas. Es un lúcido delirio, una prueba muy exigente para cualquier intérprete que Ana García, portentosa, sostiene a lo largo de toda la función. 

Este año también he visto en el escenario a la gran Lola Herrera. Aunque la obra, Adictos, me resultó algo decepcionante, ver a la gran diva de las tablas encima del escenario es siempre algo que merece la pena. Por último, disfruté como hacía tiempo con la nueva versión del musical Mamma Mia!, cita obligada para todo amante del género en el Teatro Rialto de Madrid. 

Mañana: Postales del 2022

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