Siete películas para el Orgullo

Oveja Rosa. 
La representación de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales en el cine ha sido escasa, o casi inexistente, durante gran parte de la historia del cine. Desde el código Hays, vigente hasta el año 67 en EEUU, que imponía la censura a las "perversiones sexuales", entre otras muchas cosas, hasta las películas del siglo XX con protagonistas LGTB, que todavía hoy son un hito, se ha avanzado mucho en la visibilidad de formas distintas de amar. Estos días que se celebra el Orgullo en todo el mundo es buen momento de recordar algunas de esas películas, como la clásica Brokeback Mountain (2005), que retrata la historia de amor prohibido y pasión desenfrenada entre dos hombres en un entorno nada propicio para poder vivir en libertad su historia; o la más reciente La vida de Adèle (2013), triunfadora en el festival de Cannes, que retrata el descubrimiento de su sexualidad de una joven lesbiana. Compartimos otras siete películas, la mayoría de ellas muy recientes, de cuatro años hacia acá, magníficas para descubrir o para volver a ellas en estos días. 


Pride 
La película británica Pride conmueve con la historia real de un grupo de gays y lesbianas que decidieron crear un grupo para ayudar a los mineros durante una huelga contra Margaret Thatcher en 1984. La historia de ese grupo LGSM (Lesbianas y Gays apoyan a los mineros, por sus siglas en inglés), es bellísima y transcurre entre dos marchas del Orgullo en Londres. La cinta incluye varias historias, desde la del joven que descubre un nuevo mundo rodeado de personas que aman y sienten como él, hasta los familiares de los mineros que recelan del apoyo de ese grupo de homosexuales. Tierna, adorable, divertida, fascinante, la cinta lanza un poderoso mensaje de solidaridad y apoyo mutuo entre dos comunidades oprimidas. La película recuerda una ley por aquel entonces que "protegía" a los gays, elevando para ellos la edad de consentimiento para tener relaciones sexuales. Es un fábula hermosa, sólo que basada en una historia real, que emociona en muchos momentos, incluidos los créditos finales en los que se cuenta cómo transcurrió la vida de los protagonistas. 

Mi nombre es Harvey Milk

Rodada en 2008, Mi nombre es Harvey Milk es otra de esas cintas clásicas en el cine LGTB. También está basada en una historia real, la del primer político estadounidense abiertamente gay elegido para un cargo público. La cinta refleja las complejidades de su campaña y el empeño del protagonista por no esconderse. Sólo a partir de los 40 años decide romper todos los armarios y vivir libremente. Su vida política se entremezcla con su vida privada, algo agitada por una relación tóxica. Su ejemplo sirve de estímulo para muchos, pero Harvey Milk, spoiler, fue asesinado por la homofobia imperante en la época y el odio al diferente. 

Call me by your name
Una de las mejores películas de los últimos tiempos. No películas LGTB o películas independientes o películas con mensaje. No, películas a secas. Call me by your name, de Luca Guadagnino,  traslada a la pantalla la pasión de un verano sin fin, la atracción irresistible que sienten los dos protagonistas  Elio (Thimothée Chalament) y Oliver (Armie Hammer). Hay escenas memorables en el filme, como aquella en la que los dos protagonistas hablan en clave, sin atreverse a poner nombre a lo que están sintiendo, o aquella otra en la que el más joven de ellos habla con su padre, o más bien le escucha, sobre lo poco frecuente y casi milagroso que es vivir una gran historia de amor, y sobre la necesidad de seguir sintiendo y viviendo con intensidad a medida que pasa el tiempo. Es una película excepcional, una auténtica joya, que por cierto ya está disponible en DVD desde hace un mes en España. 

The best day of my life
El año pasado, Madrid acogió la marcha del Orgullo mundial. The best day of my life, de Fernando García Molina, es un documental que recoge testimonios de aquellos días memorables de libertad e igualdad. Varios participantes de la marcha, de España y del extranjero, relatan su historia, como la de una pareja gay rusa que camina al fin en libertad y sin miedo por las calles de Madrid, y que temen regresar a Rusia y sus leyes homófobas. O el de Ruth, una lesbiana en Uganda, que se juega la vida en su país sólo por amar diferente. Es una cinta enternecedora, porque combina bien el propósito de recoger el ambiente excepcional de aquellos días memorables en Madrid con las historias personales de los protagonistas, que cuentan las dificultades a las que se han enfrentado y se enfrentan en su vida, y que sirven de ejemplo para muchas personas. 

Tierra de dios
Comparada a menudo con Brokeback Mountain, la británica Tierra de dios es, para mí, una película superior a aquella. Johny Saxby (Josh O'Connor) es un joven iracundo que se ve encerrado en una vida monótona en la granja familiar. Ahoga en alcohol y en relaciones esporádicas su insatisfacción y su ira hasta que conoce a un inmigrante rumano (Alec Secareanu), que le enseña a amar, a canalizar ese torrente de emociones que le arrastra. Lo mejor de esta cinta es el avance de la relación entre ambos y la encantadora anomalía de que no hay homofobia en la cinta, ni represalias ni miedos por el mero hecho de ser gays, sino sólo por lo mucho que impone el amor y el compromiso. Es una de esas películas que tienen las palabras justas, más bien pocas, porque el protagonista es muy silencioso y porque a frecuencia transmite todo con miradas y gestos. 

Moonlight
Moonlight, de Barry Jenkins, se convirtió el año pasado en la primera cinta abiertamente gay ganadora del Oscar a la mejor película. Pero es mucho más que eso, porque al fin y al cabo los premios son sólo premios. La conmovedora historia del filme, sin embargo, permanecerá siempre. Si queremos etiquetar la cinta, podremos decir que va de un chaval negro gay, pero es mucho más una historia sobre la identidad y la autoaceptación. La maravillosa sensibilidad con la que se narra la historia, ya desde el título, que se basa en el refrán que dice "bajo la luz de la luna, los chicos negros parecen azules", y la honestidad que transmiten las tres partes del filme, que se corresponden con tres momentos de la vida de Chiron, son los puntos fuertes de un filme cuyo final está a la altura de lo visto hasta entonces en pantalla. Una cinta deliciosa, con o sin Oscar. 

Con amor, Simon
Pese a la apariencia de ser una comedia romántica adolescente más, Con amor, Simon, de Greg Berlanti, es en realidad una película importante. La primera producida por un gran estudio de Hollywood que tiene a un adolescente gay como protagonista. La cinta comienza con Simon contando su vida normal, si es que ese adjetivo tiene algún significado. Todo normal salvo un gran secreto: es homosexual y no se atreve a contarlo, porque teme el rechazo o que algo cambie en esa vida, en su relación con sus amigos y su familia. Cuando alguien del instituto sale del armario, bajo un pseudónimo, en el blog del instituto, Simon comienza a hablar con él por correo y encuentra a alguien que le comprende, que pasa por las mismas dudas y temores que él. Cuando alguien le amenaza con esos correos, Simon se ve forzado a actuar como no quiere, por temor a ser expulsado del armario contra su voluntad. Una música encantadora, un elenco en estado de gracia y un tono de comedia no reñida con la ternura redondean esta irresistible película, que se estrenó el viernes pasado en España. 

Además de esta siete películas, estos días se celebra en Madrid el Cinema Pride, con largometrajes, cortos y documentales, hasta el día 3o, en distintas sedes. 

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