El mejor teatro que he visto en 2021

 

Aunque 2021 no ha sido un año normal del todo, en absoluto, al menos sí ha propiciado algunos reencuentros ansiados. Por ejemplo, el del Festival de Teatro Clásico de Mérida, al que no acudí el año pasado. La ciudad extrema ofrece cada verano la posibilidad de viajar al pasado con historias que abordan los clásicos, generalmente desde una mirada moderna e innovadora, en un escenario inigualable, su majestuoso Teatro Romano. Este año disfruté de Edipo, en la versión de Paco Becerra con dirección de Luis Luque y con Alejo Sauras como protagonista. 
Esta versión del clásico, que es atrevida en fondo y forma, aborda de una manera diferente la historia del hijo del rey de Tebas destinado a matar a su padre y casarse con su madre. La innovadora puesta en escena, casi rupturista y provocadora en semejante escenario, es uno de sus fuertes. También el diálogo con el presente, la interpelación directa a nuestro tiempo. Es muy estimulante su reflexión sobre la necesidad de aceptar que lo oscuro, lo que nos perturba, forma también parte de la vida, y también sobre los sinsabores del camino del conocimiento, porque a veces saber conduce a la melancolía o a la tristeza. 

Otra obra que he disfrutado mucho este año es Para acabar con Eddy Bellegueule, la versión teatral del libro homónimo en el que Édouard Louis cuenta su infancia de incomprensión y desprecio en un pueblo minero francés, del que termina escapando porque siente que allí no puede ser él mismo. La Joven hace una versión muy original, que respeta el mensaje del libro, pero que lo transmite con frescura y mucho atrevimiento a través de dos jóvenes actores, Julio Montañana Hidaldo y Raúl Pulido, que dan vida a todos los personajes de la obra. 

Con motivo del estreno de esta obra, Édouard Louis vino a Madrid y protagonizó un encuentro en el Institut Français que fue, sin duda, uno de los momentos que recuerdo con más cariño y admiración de este 2021 que dejamos atrás. Fue una charla deliciosa con Isabelle Le Galo Flores, directora para España de la Fundación Daniel y Dina Carasso, en la que el autor habló de forma comprometida de entender la cultura, de cómo su libro ha ayudado a muchos jóvenes LGTBI o de la importancia de la representación. También dijo que para él el español no es la lengua de Cervantes, sino la de Almodóvar, de tanto como admira la filmografía de director manchego. 

Termino este artículo dedicado al teatro que me ha emocionado este año con Cantando bajo la lluvia, la versión de este clásico musical que se puede ver en el Teatro Tívoli de Barcelona. La obra, dirigida por Àngel Llàcer y Manu Guix, es exactamente lo que necesitamos en este tiempo en el que la maldita pandemia nos ha arrebatado miles de planes y, en cierta forma, la alegría. El espectador se siente transportado a los años 20, pero del siglo pasado, en Hollywood, cuando la llegada del cine sonoro provoca grandes cambios en la vida de los protagonistas. Las escenas musicales son impresionantes, en especial la más esperada, ésa en la que el protagonista (magnífico Iván Labanda) canta bajo la lluvia. No es sencillo encontrar un equilibrio en los musicales entre la parte interpretativa, la historia, la inserción de las propias canciones, la parte musical y el resto de componentes de la obra. Aquí todo encaja a la perfección. Muy recomendable. 

Mañana, los mejores libros que he leído en 2021. 

Comentarios