Rapa

 

"De los creadores de Hierro". Es el reclamo con el que se anuncia Rapa, la miniserie estrenada por Movistar el mes pasado y es lógico que lo empleen, porque Hierro fue una de las mejores series de los últimos tiempos, tanto en su primera como en su segunda temporada. Al parecer, también fue de las que más éxito de audiencia tuvo en la plataforma. Así que es normal que se señale en lugar destacado de la promoción de Rapa que sus creadores son los mismos que idearon aquella historia, es decir, Jorge Coira y Fran Araújo. Rapa no me ha parecido tan redonda como Hierro, pero comparte buena parte de sus virtudes. 
Al igual que en el anterior trabajo de sus creadores, en Rapa la naturaleza y el paisaje del lugar en el que está ambientada la historia juega un papel relevante. Esta vez, en Galicia, una sierra preciosa en la que los caballos viven libres y que ve amenazada su belleza y riqueza paisajística por el proyecto de construcción de una mina para extraer un mineral raro que podría desbaratar lo que hace única esa zona. En medio del debate intenso sobre la mina, con partidarios y detractores muy enconados, la alcaldesa del municipio aparece muerta. Llevaba dos décadas gobernando, arrasaba en las elecciones y la oposición en el ayuntamiento era casi inexistente. 

Quien encuentra a la alcaldesa moribunda, precisamente, en el espacio donde se idea la construcción de la mina, es un peculiar profesor de Lengua y Literatura del instituto el pueblo al que da vida Javier Cámara. Se obsesiona con el asesinato y quiere indagar, con la idea de que aquello termine convertido quizá en una novela, desde luego, de entrada, con la intención de entretenerse y alejarse de su gris existencia. El profesor de instituto compondrá una de esas improbables parejas detectivescas a las que nos tiene acostumbrados el género con una agente de la Guardia Civil, a la que interpreta Mónica López, quien ya demostró su enorme talento interpretativo en Hierro. Ambos exhiben una química excelente. 

La miniserie, de apenas seis capítulos, cumple con algunos de los cánones del género, pero también rompe otros. Por ello, resulta todo algo menos sorprendente e inesperado de lo que suele ser habitual en esta clase de historias. Pero la relación entre los dos investigadores, las aristas de los distintos personajes secundarios que van apareciendo con el paso de los capítulos y la fusión entre la trama y el entorno son aciertos más que suficientes para hacer de Rapa una serie muy interesante y una digna sucesora de Hierro

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