8 mujeres

 

8 mujeres, la película que François Ozon estrenó en 2002, es un auténtico delirio. No se parece a ninguna otra película del director francés, autor de obras como En la casa, Frantz o Verano del 85, pero tampoco se parece a ninguna otra película que haya visto. No es que mezcle géneros o sea atrevida, es que dinamita toda convención y plantea una historia tan excesiva, kitsch y alocada que sólo queda rendirse ante ella. La cinta, que tiene ya casi dos décadas, posiblemente resulte incorrecta y polémica para el público de hoy en día, al menos, algunos de sus aspectos. Es una película que escapa de la perfección y el control, el guión avanza de forma desbocada, con giros de guión cada vez un poco más surrealistas. 

La historia se sitúa en los años 50, en una gran mansión en la que una familia se prepara para celebrar la Navidad. Es una película navideña  casi sin mención alguna a la Navidad, claro. El padre de familia tarda en despertarse hasta que, cuando suben a despertarlo en su habitación, descubren que está muerto, con un puñal clavado en la espalda. La casa está aislada por la nieve y los perros no ladraron por la noche, por lo que la persona que ha asesinado al hombre está en la mansión y es una de esas ocho mujeres a las que se menciona en el título. Es, pues, una película detectivesca, pero nada clásica ni convencional, una especie de parodia de las obras del estilo de Agatha Christie.

Las ocho mujeres no pueden ser más excéntricas y diferentes entre sí. Todo es muy extraño y, de remate, la película es también un musical. En los momentos más inoportunos, con el hombre de cuerpo presente en su cuarto, las protagonistas empiezan a cantar canciones románticas, en su mayoría. Hay momentos de sensualidad, de risas, de comedia alocada. También hay revelaciones del pasado, secretos que florecen ante una situación tan límite como ésta. Naturalmente, nada es lo que parece, las relaciones entre las ocho mujeres esconden más de lo que muestran de un vistazo. Todas son sospechosas, todas recelan de las otras

Parece claro que 8 mujeres es una película con la que François Ozon se desmelenó. Debió de ser realmente divertido el rodaje y el proceso de creación para él. Lo mismo puede decirse del elenco interpretativo de la película, en la que el director reunió a algunas de las mejores actrices francesas. Todas se entregan a este divertimento sin pies ni cabeza. Todas bailan excéntricas coreografías e interpretan canciones, se pelean y se tiran del pelo, cuentan secretos, tienen momentos vergonzosos y patéticos... Todas parecen divertirse también. Cómo no. 

Las ocho actrices detrás de los personajes de la película, una pieza clave para el buen rumbo del filme, son Catherine Deneuve, Emmanuelle Béart, Isabelle Huppert, Fanny Ardant, Virginie Ledoyen, Danielle Darrieux, Ludivine Sagnier y Firmine Richard. Todas ellas cumplen con nota y logran mantener el ritmo y la gracia de esta película inclasificable, diferente a todas las demás obras de la filmografía de Ozon, diferente a cualquier otra cosa que hayamos visto en una pantalla. Una locura genial. 

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