Soul

Después de hablar de la gestión de las emociones en la espléndida Inside Out y de abordar la muerte en la magnífica Coco, Pixar nos plantea ahora con Soul una preciosa historia sobre el sentido de la vida. Hace tiempo que este estudio, ahora propiedad de Disney, dejó de hacer películas para niños que también pueden disfrutar los adultos, para hacer exactamente lo contrario, películas para adultos que, en algún nivel, también pueden disfrutar los niños. Pero lo importante es que siempre hacen buenas películas. Ha llegado a tal punto de excelencia Pixar que se comparan sus nuevas producciones con las anteriores y es habitual oír eso de "no es la mejor de Pixar", que es una forma de reconocer que este estudio está en un nivel superior y que nos ha regalado tantas obras maestras que la calidad de sus filmes no está en discusión, sólo el puesto que ocuparán en el ranking de toda su obra. 

No sé dónde situaría Soul en la clasificación de las mejores películas de Pixar, todas, o casi, excelentes, pero sí creo que lo situaría muy arriba. La película, dirigida por Pete Docter y Kemp Powers, que no ha pasado por los cines y ha sido estrenada directamente en Disney Plus, mantiene las principales virtudes de Pixar, ese sello distintivo de calidad y originalidad que hace apetecibles todas sus historias. Por supuesto, la extraordinaria belleza de cada plano. La forma en la que recrea aquí Nueva York y los clubes de jazz justificarían por sí sola la película. Pero es que además también siguen inventando mundos y creando universos, como el mundo de los muertos de Coco o el cerebro humano de Inside Out

Pixar rompió moldes hace mucho tiempo en la animación. Uno de sus muchos méritos es que no teme reflexionar sobre cuestiones profundas. En Soul aborda el sentido de la vida. El protagonista es un músico de jazz que sueña con triunfar en este mundo, aunque en realidad da clases en un instituto. Cuando por fin tiene una gran oportunidad se cae por una alcantarilla y su alma se separa de su cuerpo. Él, convencido de que la chispa de su vida, lo que de verdad le da sentido, es la música, hará todo lo posible por volver a la Tierra y cumplir su sueño. 

Durante buena parte de la película, el mensaje del filme parece ser uno, pero poco a poco se ve que la cinta no va exactamente de perseguir los sueños ni de encontrar esa razón fundamental, eso que nos anima a cada uno, nuestra meta en la vida, sino más bien de disfrutar la vida, de vivir, sin más ambiciones. La película apela a nuestra vida cotidiana, a cómo está montado el mundo, a la confusión de prioridades de esta sociedad, a la obsesión con el trabajo, a la forma de entender la vida, que a pesar de ser fugaz y finita, por alguna razón, malgastamos con tanta frecuencia

Soul es una preciosidad desde el punto de vista visual, las formas no pueden ser más atractivas, pero, de nuevo, lo mejor está en el fondo, en el mensaje que lanza y en las preguntas que plantea. Como es habitual en las películas de Pixar, aquí también hay secundarios que aportan humor y distintas miradas a la historia. En este caso, 22, un alma que conoce el protagonista, y cuyo rol es clave en la trama. De esos universos que recrea Soul, quizá el más logrado sea el del lugar donde deambulan las almas perdidas, esa gente tan obsesionada con algo en su vida (generalmente, claro, el trabajo) que no viven de verdad. Pixar, en fin, lo ha vuelto a hacer. Tras la forma colorista y preciosa de sus historias, nos vuelve a hacer reflexionar, en este caso, sobre el sentido de la vida, nada menos. 

Comentarios