Encuéntrame

Lo primero que puede decirse de Encuéntrame, la secuela de Llámame por tu nombre, de André Aciman, es que no es una secuela de Llámame por tu nombre. Desde luego, no es sólo una segunda parte de aquella historia. Es mucho más ambicioso que eso, mucho más valioso, y presentarlo como la continuación de aquella historia, sin ser falso, sería devaluarlo de algún modo. Este libro tiene valor por sí mismo y esa es la primera de sus múltiples virtudes. Hay un pasaje del libro en el que se lee “no vamos a alimentarnos del pasado, ¿verdad?” Es irónico, porque la novela tiene un indudable poso de nostalgia, pero es también certero, parece hablar del propio libro más que de la historia narrada. Encuéntrame surge como continuación de una obra publicada hace 13 años, sí, pero no se alimenta del pasado, o no sólo.


El lector tarda poco en descubrir, con sorpresa y agrado, que no tiene en sus manos la clásica secuela publicada al calor del éxito comercial de una historia. No es de esa clase de segundas partes descafeinadas. Encuéntrame es fiel a la historia y al tono de su novela predecesora. Recupera su espíritu, su alma, su sensualidad irresistible, pero con la madurez y el poso que dan los años. Tiene todas las virtudes de la novela anterior, pero con una hondura mayor. No podía tener una mayor expectación ante este libro y lo he disfrutado a cada página, paladeando cada detalle, creo que incluso más que la novela anterior, magistralmente llevada al cine por Luca Guadagnino en 2017.

La obra es inesperada y sorprendente desde su inicio. Para empezar, el primer tercio del libro tiene como protagonista a Samuel, el padre de Elio. Quienes abren el libro esperando encontrar a Elio, no digamos ya a Oliver, tendrán que esperar unas cuantas páginas más para encontrarlos. Pero no importa, porque la novela consigue emocionar incluso cuando toma caminos distontos a los esperados, rutas secundarias que terminarán conduciendo a lo que el lector deseoy el título sugiere, pero sin prisa, como dejando claro que la historia puede tomar otros derroteros, que hay muchas más historias que contar dentro del universo de Llámame por tu nombre.

Todo comienza diez años después de los hechos narrados en esa novela, de aquel verano mágico de pasión y descubrimiento para Elio y Oliver. Y empieza, inesperadamente, con el padre de Elio empezando una deliciosa conversación con una mujer joven en un tren destino a Roma, adonde se dirige para ver a su hijo. Ya sólo esa conversación, ese encuentro casual que cambia sus vidas, justifica la publicación de Encuéntrame. Es extraordinaria. “¿Es que no te gusta la gente o es que te cansas de ella y no eres capaz de acordarte de por qué te pareció interesante alguna vez?", leemos en un momento de la charla. “La vida y el tiempo no están alineados y siguen itinerarios completamente distintos”, leemos un poco después. 

En Roma, Samuel y Elio, padre e hijo, tiene la costumbre de pasear la ciudad recorriendo lugares importantes para cada uno de ellos, por vivencias pasadas, lugares donde vivieron “momentos en los que el tiempo se detiene”, y que comparten cada uno con el otro. Son sus "vigilias". Por ejemplo, el lugar donde, diez años antes, Elio se dio cuenta de lo que significaba lo que estaba viviendo con Oliver. “Supe, borracho como estaba, que aquello con Oliver abrazándome, era mi vida, que todo lo que había vivido antes con otros no era siquiera un burdo borrador o la sombra de un boceto de lo que le estaba sucediendo”. La relación paternofilial, que regala una de las mejores escenas en Call me by your name, es otro de los fuertes de esta continuación que es más que una continuación. "Se podría decir que hemos sobrescrito y vivido cada uno los recuerdos del otro”, se dicen, sobre esas vigilias nocturnas por las calles de Roma. 

La obra está dividida en cuatro capítulos (Tempo, Cadencia, Capricho y Di Capo), todos ellos, titulados con términos procedentes de la música clásica, que vuelve a estar muy presente en esta obra, que combina con maestría la sensualidad con la serenidad, la pasión más carnal con el placer intelectual de una buena conversación o de una obra de arte. La historia nos llevará a Roma, a París y a Nueva York. Samuel, Elio y Oliver se alternarán como narradores. De nuevo, como en su obra precedente, el arte, la sensualidad, las reflexiones profundas sobre la vida, los secretos, los sentimientos, la nostalgia y el amor, en suma, la vida, nos conducen con placer por las 267 páginas que se devoran tan rápido. Encuéntrame, como Llámame por tu nombre, es un libro que sé que recordaré con especial cariño, al que volveré tarde o temprano, porque es un pedacito de vida, una auténtica delicia. Veremos qué resultado tiene su continuación cinematográfica, en la que ya trabaja Luca Guadagnino. Será una ocasión más para no abandonar del todo el universo de estos personajes y de esta historia apasionante, igual que Elio y Oliver, pasados los años y hasta las décadas, no pueden olvidar lo que vivieron en ese verano en Italia. 

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