La línea invisible: el podcast

La labor de documentación se aprecia en cada plano de La línea invisible, la serie de Mariano Barroso para Movistar, estrenada hace unas semanas. En paralelo a la serie, y para mostrar ese inmenso trabajo del equipo para recrear los comienzos criminales de ETA, Movistar ha lanzado una serie de podcast con cinco capítulos en los que escuchamos el relato de exmilitantes de ETA, historiadores, periodistas y testigos de aquella época. El podcast, dirigido por Pablo González Batista y conducido por la periodista Conchi Cejudo, hilvana los testimonios de Ander Landáburu, Teo Uriarte, Abel García Roure, Joaquín Leguina y unas cuantas personas más que cuentan sus recuerdos y ayudan a reconstruir el contexto social en el que ETA, un grupo que hasta entonces se había dedicado a poner petardos y hacer pintadas reivindicativas, decide asesinar. 


Cada capítulo del podcast explora distintos aspectos de la historia real que hay detrás de la serie. El primero de ellos aborda una cuestión sin respuesta: quién mató a Melitón Manzanas. El inspector policial franquista fue elegido por los miembros de la banda como el primer asesinado por ETA, aunque finalmente no fue así, ya que los terroristas asesinaron al guardia civil José Pardines en un control. De Melitón Manzanas se dicen muchas cosas en el podcast, y ninguna buena. Era un torturador, alguien temido por todos los antifranquistas. Escuchamos que el día en el que se conoció el asesinato de Manzanas se agotó el champán en San Sebastián, que es difícil encontrar a alguien que hable bien de él. Pero también escuchamos, por supuesto, que ninguna atrocidad y ningún abuso de poder merece un asesinato, que todas las vidas, incluso la de seres como él, cuentan, y que nadie tiene el derecho de arrebatársela a otra persona. 

El podcast también explora más a fondo que la serie la personalidad de Txabi Etxebarrieta, el primer miembro de ETA que asesina a una persona, ya que él fue quien mató a Pardines, después de llevar meses animando a los miembros de la banda a dar ese paso y cruzar la línea invisible. Se presenta a Txabi como un intelectual obsesionado con la muerte, un fanático convencido de que asesinar está justificado si es por una causa justa. Impresiona escuchar que parte de la izquierda abertzale sigue homenajeando al exlíder de ETA en el lugar en el que fue asesinado, y también la versión alternativa de la historia que reconstruye ese mundo, presentando a Txabi como una especia de Che Guevera de la causa de liberación vasca, obviando que asesinó a un joven guardia civil, o incluso inventando una realidad no contrastada con los hechos, afirmando que mató a Pardines en defensa propia, de lo que no hay prueba alguna. 

Lo más interesante y desasosegante del podcast, que reúne testimonios de personas de todos los ámbitos, es esa sensación de que la historia podría haber sido otra perfectamente. En ETA triunfaron las tesis identitarias y violentas, pero podrían haberse abierto camino las tesis obreristas de oposición a la dictadura, pero no por vías criminales. También es significativo constatar la relativa paz social que el franquismo logró imponer en la década de los 60 y cómo el nacimiento de ETA, inicialmente, no como banda terrorista, está asociado en gran medida a una reacción de la juventud contra el conformismo y la falta de compromiso político que apreciaban en sus padres. Eran los años del desarrollismo, de los electrodomésticos y los coches, de la mejora material de vida, aunque los derechos sociales y políticos no existieran. 

El podcast, igual que la serie, acierta al no querer juzgar. Intentar explicar un fenómeno y comprenderlo no es justificarlo, es exactamente intentar explicar un fenómeno y comprenderlo. Y ese enfoque es muy de agradecer. Sabemos que ETA asesinó a 800 personas en su sanguinaria historia. Sabemos perfectamente lo ocurrido. Pero, igual que una película de nazis en la que éstos son unos seres malvados que maltratan a sus hijos resulta poco creíble y carece de interés, no tendría el menor interés una serie sobre los comienzos criminales de ETA que renunciara a entender aquel contexto y a buscar las claves de aquel momento histórico. La línea invisible se atreve a explorarlo, tratando a los espectadores, y a los oyentes del podcast, como adultos. 

Dentro de ese contexto histórico también es importante comprender lo que subyacía bajo esa aparente capa de conformismo y de paz social. Por ejemplo, escuchamos que cada verano, cuando Franco veraneaba en Donosti, se hacían detenciones masivas de militantes antifranquistas. Incluso había quienes directamente cogían sus maletas y se dirigían a la cárcel, porque ya sabían que las próximas semanas deberían estar entre rejas, para no enturbiar ese escenario de cartón piedra de apoyo al dictador. Además, el año en el que todo cambió, ese 1968 del primer asesinato etarra, había "vientos favorables en el contexto internacional", con mayo del 68, la guerra de Argelia o los ecos de la revolución cubana. Todo ello, más un considerable apoyo social, contribuyó a que ETA cruzara esa línea invisible que condujo a cinco décadas de muerte y dolor. 

El último capítulo del podcast se dedica al proceso de Burgos de 1969, no incluido en la serie. Allí se juzgó a 16 militantes de ETA, acusados, entre otros delitos, del asesinato de Melitón Manzanas. Ese juicio fue utilizado por los acusados y sus abogados como altavoz para denunciar a la dictadura franquista ante el mundo. Aunque inicialmente seis de los acusados fueron condenados a muerte, la presión internacional y social forzó el indulto de todos ellos. Es muy interesante lo que se cuenta en ese último capítulo, ya que hay varios testimonios que afirman que ETA estaba prácticamente desarticulada antes de aquel proceso, pero la simpatía internacional y de la mayoría de los demócratas por los acusados y contra la dictadura, le dio a la banda criminal un prestigio en determinados ámbitos que costó décadas eliminar. Porque se les presentaba como militantes antifascistas en vez de como asesinos. 

El podcast de La serie invisible es, en fin, mucho más que un complemento perfecto a la serie. Es de agradecer, además, que Movistar apueste por el formato podcast, que no deja de ser radio a la carta, lo que demuestra el buen estado de salud de este medio y sus múltiples posibilidades, algo que siempre celebramos los amantes de la radio. 

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