Los mejores libros que he leído la última década


Como habrá podido comprobar cualquiera que se haya asomado a este blog en diciembre, me encantan las listas de los mejores libros del año. No porque crea (qué disparate) que se puedan poner a competir a los libros unos contra otros, ni porque estime (qué despropósito) que realmente se puedan hacer rankings objetivos sobre la calidad de las creaciones literarias. Me gustan las listas porque las que escribo yo me permiten recordar lo mucho que disfruté en compañía de esos libros, y de paso puedo recomendarlos a quien le pueda interesar, mientras que las listas de otras personas me dan ideas de lectura y me invitan a ampliar todavía un poco más la montaña de libros pendientes.

Empecé hace justo diez años a elaborar al final de cada año el listado de los mejores libros y las mejores películas que había leído y visto los doce meses anteriores, así que me ha parecido divertido hacer la lista de las listas y reunir hoy y mañana, para despedir el 2024, los libros y las películas que más destaqué en cada artículo sobre lo mejor del año desde 2014 hasta aquí. No estoy diciendo, naturalmente, que estos sean a mi entender los diez mejores libros publicados en esta última década, porque estoy muy lejos de haber podido leerlos todos, ni siquiera quizá que sean los diez que más me han gustado. Es sólo el juego de echar la vista atrás y revisar aquellos libros y películas de las que más me acordé en su momento, cuando se acercaba el final de cada año desde hace diez. 

Vamos allá. 

  • 2014: El testamento de María, de Colm Tóibin. Es un libro fascinante narrado en primera persona por María, una mujer judía cuyo hijo fue crucificado tras convertirse en un agitador político. Cansada de que otros cuenten la historia de su hijo, decide hablar ella y explicar lo vivido desde el prisma de una madre dolida por la deriva que tomó Jesús en la parte final de su vida y por su triste desenlace. Sublime.

  • 2015: El reino, de Emmanuel Carrère. El escritor francés es, sin duda, uno de mis favoritos por su estilo tan personal. En este libro, uno de los más redondos de su espléndida obra, Carrère reflexiona sobre su relación con la religión (se define como “agnóstico, ni siquiera lo bastante creyente para ser ateo”) y la historia del cristianismo, con el tono honesto y contundente que acostumbra el autor francés.
  • 2016: Patria, de Fernando Aramburu. La gran novela sobre el terrorismo de ETA. Aramburu logró el mayor éxito de su carrera y uno de los mayores éxitos de la reciente historia editorial en España con un libro descomunal sobre dos familias condicionadas por la sinrazón y el fanatismo criminal etarra. Esta historia de esperanza, de duelo, de memoria, de vidas y amistades rotas, es una de esas novelas que marcan una época y cuya lectura permite acercarse a un retrato preciso de la historia reciente de nuestro país.  
  • 2017: Bienvenidos a Occidente, de Mohsin Hamid. Es un relato bellísimo sobre el drama de los refugiados, con tono de fábula en la que se traspasan puertas misteriosas que conducen a otras ciudades. Hay pocas obras de ficción que logren abordar con semejante lirismo y maestría, en fin, con tan buena literatura, fenómenos sociales como el de la inmigración. Una obra sensacional. 
  • 2018, Para morir iguales, de Rafael Reig. Otro libro fantástico que me ha hecho sonreír al recordarlo para escribir este artículo. Rafael Reig nunca decepciona, siempre convence con su estilo irónico y genial. Esta vez habla a través de Pedrito Ochoa, un personaje pícaro y ambicioso hecho a sí mismo, de la reconstrucción interesada del pasado que no pocas personas obraron en la sacrosanta Transición española. 
  • 2019, El colgajo, de Philippe Lançon. Supongo que leyendo esta lista no puedo negar mi evidente francofilia. Ni falta que hace, naturalmente. Entre los mejores libros que he leído esta década sobresale, sin duda, este relato de Lançon, superviviente del atentado yihadista contra la revista satírica Charlie Hebdo. El autor cuenta sin rencor pero con crudeza, ya desde el título, su largo proceso de rehabilitación tras haber sido gravemente herido en el ataque, al tiempo que reflexiona sobre lo vivido, uno de los hechos más traumáticos de la historia reciente de Francia. Es un libro extraordinario en fondo y forma. 
  • 2020, 1Q84, de Haruki Murakami. No puede ser casualidad que el libro que más me gustó de los que leí en 2020, año pandémico en el que necesitamos la literatura más que nunca, fuera esta descomunal obra del genial escritor japonés, con su especie realismo mágico, en el que uno se sumerge con gusto y no poca confusión en las historias cruzadas de Aomame, una instructora de gimnasio con una doble vida algo truculenta, y Tengo, profesor de matemáticas y novelista, al que le encargan reescribir una misteriosa novela, La crisálida del aire, escrita por Fukaeri, una adolescente con una imaginación extraordinaria, o quizá no tanta, y es más bien realista. Mientras el mundo real se volvía distópico y temible, disfruté metido en el universo propio de Murakami. 
  • 2021, El baile de las locas, de Victoria Mas.  Se trata de una obra de ficción pero basada en la historia real del baile anual que el hospital psiquiátrico de la Salpêtrière organizaba entre la alta sociedad parisina y sus internas, mujeres con problemas de salud mental. Un hospital que acogía  “todo aquello que París no sabía manejar: los enfermos y las mujeres”. Un libro poderoso y bellísimo sobre el miedo de la sociedad al diferente, sobre la lucha contra el machismo y sobre el poder de la amistad. 
  • 2022, La parcela, de Alejandro Simón Partal.  Narra la relación entre un profesor de español y un refugiado en el campamento de Calais, en Francia. En sus clases, el profesor y sus alumnos dedicaban “gran parte del tiempo a leer poemas en las lenguas que podíamos y a hablar del amor, esas cosas que se entienden mejor cuando no se comprenden del todo”. Un libro bellísimo, lleno de lirismo, obra de un poeta. De nuevo, la inmigración y el miedo al diferente, dos temas muy presentes en varios de los libros de esta lista. 
  • 2023, Les enfants endormis, de Anthony Passeron. En este portentoso libro el autor cuenta en paralelo la historia de su tío Désiré, fallecido por culpa del sida, y la evolución de la investigación científica sobre el VIH en Francia. De un lado, la historia del silencio familiar y el estigma; del otro, el interés por conocer y divulgar la historia de la lucha contra un virus que tanto dolor ha causado y causa a millones de personas en todo el mundo. Un libro híbrido realmente conmovedor. Una magnífica rareza. 
  • 2024, El descontento, de Beatriz Serrano. El libro que más he recomendado este año y que sin duda seguiré recomendando el siguiente y el otro y el de más allá.  Es admirable el modo en el que la autora, con ironía, sarcasmo e inteligencia, retrata a la perfección la relación con el trabajo de nuestra sociedad actual, que tiene tan confundidas las prioridades y en el que se suele confundir en según qué sectores jugar a las oficinitas con tener un trabajo de verdad. Una novela muy recomendable para todo aquel que sienta que en su trabajo se está operando a corazón abierto, pero que en realidad se esté dedicando a rellenar Excels o a acudir a reuniones sin fin ni propósito. 
Mañana: las mejores películas que ve visto la última década. 

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