El adversario, de Emmanuel Carrère, es uno de los mejores y más influyentes libros de lo que va de siglo. No es, por supuesto, el primer libro que narra un crimen real atroz después de años de investigación de un escritor, ahí está A sangre fría, de Truman Capote, que el propio Carrère reconoce siempre como referencia indiscutible, pero la obra del escritor francés marcó un antes y un después. Resultó decisiva para asentar la realidad como materia prima para las novelas, hasta el punto de extender y casi convertir en hegemónico ese estilo. Ha sido muy influyente este libro y como muestra de ello está el hecho de que más de dos décadas después de su publicación aún despierte el suficiente interés como para dar lugar a un documental, Carrère, el escritor y el asesino, que puede verse en Filmin.
El documental está dirigido por Camille Juza, que antes estuvo detrás de sendos documentales sobre Martin Scorsese y Jodie Foster. El planteamiento es muy original. En menos de una hora, incluye declaraciones del propio Carrère, que lee pasajes de la obra, pero también reflexiones sobre el valor de la obra de escritores y estudiosos, escenas de las informaciones periodísticas sobre el crimen, del juicio a Jean-Claude Romand y de las entrevistas a Carrère cuando publicó el libro, y también declaraciones de periodistas y abogados de aquel juicio.
El comienzo del documental, lógicamente, no podía ser otro distinto que ese impresionante arranque de la novela, en primera persona, en la que el escritor establece un paralelismo entre lo que estaba haciendo él el día que Romand asesinaba a toda su familia. La historia es atroz, un señor supuestamente exitoso, médico, un tipo respetado, trabajador de la OMS, que de repente asesina a sus padres, a su mujer y a sus hijos antes de intentar suicidarse, sin éxito. Pero es que pronto se descubre que su vida era una mentira: no terminó la carrera, no era médico, jamás trabajó donde decía que trabajaba, sacaba el dinero de fraudes… Construyó un gigantesco engaño y, asediado por sus mentiras y ante el temor de ser desenmascarado, decidió acabar con todos sus seres queridos, acabar con todo, antes de decir la verdad,
El documental, lógicamente, resuena de un modo especial en España estos días, tras la polémica por la cancelación de la publicación de El odio, el libro de Luisgé Martín sobre José Bretón, quien asesinó a sus dos hijos. En una de las entrevistas que ha concedido Martín, el escritor contaba que la obra de Carrère fue una referencia indiscutible y también que el francés no tuvo los mismos problemas que él cuando publicó su obra. Carrère reconoce en este documental que sintió vergüenza por interesarse por una historia así de atroz, pero que durante siete años no pudo dejar de investigar sobre ella, y que cuando ya creía que iba a abandonar la historia, el libro casi se escribió solo, tomó forma.
Explica el genial escritor francés, quien nunca tiene miedo de adentrarse en los lugares más oscuros del alma humana, que buscaba adentrarse en la mente del asesino, intentar comprender cómo pudo vivir tantos años en esa mentira y cómo acabó cometiendo semejante crimen, con tal de que nadie descubriera su engaño. Y también cuenta que él no siente ningún tipo de vínculo con alguien que tenga instintos asesinos, pero que cualquier persona se puede sentir interpelada por esa necesidad de embellecer un poco nuestra propia historia, nuestra figura, para quedar mejor ante los demás, para salir mejor en las fotos. Explica igualmente Carrère que piensa que Romand accedió a hablar con él y a colaborar para la publicación de este libro porque él mismo querría que alguien desde fuera le aclarara lo ocurrido.
Además de la entrevista con el escritor francés, uno de los preferidos, creo que uno de los mejores escritores vivos, el documental se apoya también en testimonios de otros expertos. Y es interesante ver el contraste entre los escritores y expertos en la literatura que hablan, todos ellos, en términos elogiosos de este excepcional libro, y los que hablan más desde el punto de vista judicial o psicológico, que cuestionan un poco más la forma de Carrère de construir el libro y también recuerdan que este proyecto alimenta la vanidad del asesino. Un documental, en todo caso, apasionante sobre un libro portentoso y un caso atroz que escapa a cualquier capacidad de entendimiento humano, y que por eso precisamente provoca esa atracción inevitable, porque no podemos comprender, porque es demasiado terrible, demasiado atroz. Y es en esos lugares peligrosos donde la literatura puede entrar, pocas veces con la maestría y el talento de Carrère.
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