Todo esto te daré


Además de la muy popular y reconocida Trilogía del Baztán, Dolores Redondo es autora de otras novelas que, como aquellas, combinan a la perfección la intriga en la investigación de crímenes, el costumbrismo de los escenarios en los que transcurren sus historias y una cierta crítica social. En Todo esto te daré, que fue Premio Planeta en 2016, la autora demostró una vez más su gran talento a la hora de levantar historias con maestría, que mantengan la emoción hasta el final y que se apoyen en giros de guión y sorpresas, pero también en una muy notable construcción de personajes

En esta novela, el lector sigue los pasos de Manuel, un escritor que es informado de la muerte en un accidente de tráfico de su marido Álvaro. Al shock inicial por la lógicos le sigue la confusión al conocer de que murió en la Ribeira Sacra, cuando él pensaba que su marido estaba en Barcelona viendo a unos clientes, y además la sospecha de que tal vez no fuera un accidente. Tras la negación inicial, Manuel acude a Galicia para reconocer el cadáver y allí constaba que su marido tenía una doble vida de la que lo desconocía todo. Él creía que no mantenía relación con su familia, porque lo habían rechazado por su homosexualidad, pero de pronto ve que esa familia es de unos nobles con mucho poder, propiedades y arrogancia. 

Como es marca de la casa en las novelas de Dolores Redondo, aquí el escenario en el que se sucede la historia tiene una gran importancia. Tanto el pazo donde vive la familia Muñiz de Dávila como sus viñas en la Ribeira Sacra y el resto de paisajes y lugares gallegos juegan un papel trascendente en la historia. Se nota mucho trabajo de documentación y también mucha pasión por las tierras gallegas en la autora, lo que confirma en los agradecimientos, cuando define a Galicia como un “increíble, poderoso y feroz lugar”. 

También cumple este libro con otro componente habitual en las obras de Redondo y, en general, en toda buena obra de novel negra que se precie, y es que se trata de una novela muy coral. Hay muchos personajes, lo que da mucho juego y, además, permite que haya muchos sospechosos, muchos secretos y muchas actitudes, silencios e imposturas que permiten que nada sea lo que parezca a simple vista. Cuando llega a Galicia, Manuel se encuentra con la hostilidad manifiesta de buena parte de su familia política, pero también halla aliados en su búsqueda de la verdad. En especial, un teniente de la Guardia Civil un tanto homófobo y desagradable con el que termina teniendo una improbable amistad, y un sacerdote joven que conocía y quería a su marido. 

El libro, como toda buena novela negra, hace de paso un retrato de la sociedad, de cierta parte de la sociedad. Habla del poder, de la ambición, del dinero, de cómo todo eso no da ni la felicidad ni el amor. Habla también de la dignidad y de la importancia de ser uno mismo. Es un libro tan entretenido y adictivo como bien escrito, una de esas novelas que nos recuerdan que tan ridículo como creer que los libros muy leídos son de por sí muy buenos es pensar que, si son best sellers, es que deben de ser de mala calidad

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