El final (a medias) de "Peaky Blinders"

 

Ocho años después del estreno de su primera temporada, Peaky Blinders llega a su fin. Bueno, en realidad sólo a medias. Netflix estrenó hace unas semanas la sexta y última temporada de la serie, que ya había emitido algunos meses antes la BBC. Son los seis capítulos finales de la serie, pero la historia de los Shelby no se ha terminado aún de contar, porque el próximo año se rodará una película con la que, ahora sí, se cerrará una de las producciones audiovisuales de mayor calidad de la historia reciente de la televisión. Temporada a temporada, la serie se ha ido volviendo más y más oscura, hasta alcanzar el tono crepuscular de esta última tanda de episodios, sin miedo a crecer y reinventarse, pero sin perder nunca su máxima exigencia de calidad ni su capacidad de sorprender. 


La tanda final de Peaky Blinders pierde a uno de sus personajes más complejos, brillantes y carismáticos, el de Polly, por la más trágica de las razones posibles, la muerte de la actriz que la interpretaba, Hellen McCrory, en 2021. El primer capítulo de esta temporada final rinde homenaje a la actriz, a la que tanto debe esta serie, que tanto la engrandeció con su magistral interpretación. Es un juego triste y muy emotivo entre la realidad y la ficción, porque en la serie se despide al personaje de Polly, al tiempo que sirve como tributa a la excepcional actriz que le dio vida. 

La muerte de Polly termina siendo el hilo conductor de este desenlace de la serie o, al menos, el catalizador de lo que la propia mano derecha de su sobrino Thomas Shelby (Cillian Murphy), el gran patriarca del clan, había pronosticado, que se produciría una guerra en la familia entre aquel y el hijo de Polly, que desafía su posición de dominio. La serie da un salto temporal de cuatro años. Nos encontramos a un Thomas que ha dejado de beber y que intenta dejar de una vez por todas atrás su pasado delictivo. Ya es miembro del Parlamento británico y, gracias a su inmensa fortuna, es alguien valorado en los círculos de poder, pero sigue manejando toda clase de actividades ilícitas. 

Al igual que en las cinco temporadas de la serie, esta tanda de episodios regala algunos diálogos y varias escenas memorables. Escenas que parecen cuadros y conversaciones propias de una tragedia griega o de una obra de Shakespeare. Podríamos decir que continúa la larga marcha hacia la honorabilidad de Thomas Shelby, cuya camino se construye con dinero. El problema es que uno puede luchar contra casi todo, salvo contra lo que en esencia es, lo que lleva dentro. 

De nuevo, a las batallas internas en la familia y la gestión del negocio familiar, con sus dos partes diferenciadas, la legal y honorable, por un lado, y la turbulenta, por el otro, se le suma un retrato de aquel tiempo. Vuelve a aparecer en escena el personaje real de Oswald Mosley, fundador de la Unión Británica de Fascistas, que propagó en el Reino Unido la ideología fascista y que contó con el apoyo de los nazis y de no pocos políticos y empresarios británicos. Circulan por la serie fascistas que van en esmoquin y hablan de construir un mundo mejor, de acabar con la decadente democracia. 

Thomas Shelby, ambiguo y sin escrúpulos, desde luego sin límites, pero con un cierto código ético retorcido y que sólo él entiende, pero que está ahí, es en realidad diputado de la izquierda y coquetea con el fascismo para servir de informante al gobierno británico y echar abajo desde dentro este movimiento. Era comunista y ahora lleva diamantes", le dicen al gran protagonista de la serie en un momento de esta temporada. "Es que ahora soy socialista", responde. Diálogos afilados, irónicos y cínicos, conversaciones memorables y respuestas brillantes siguen siendo marca de la casa de la serie, que habla de muchas cosas (el honor, el dinero, la historia de aquel periodo entreguerras, la lealtad, la lucha de clases, el trauma tras combatir en una guerra, la política...), pero que es, sobre todo, una historia de familia; ay, la familia, "a veces, refugio en la tempestad; a veces, la propia tempestad", según dice, ya casi al final de la serie, Thomas Shelby. Concluyó la serie y lo hizo a la altura del excelente nivel de sus cinco temporadas anteriores. Empieza la cuenta atrás para la película, que según parece girará en torno a una historia real ocurrida en la II Guerra Mundial. 

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