Encanto

 

La casa en la que vive la familia Madrigal en Encanto, la última película de Disney, es un personaje más del filme, hasta el punto de que tiene vida propia. Aparentemente todo es perfecto y esplendoroso en ella, aunque pronto que se ve que en interior tiene unas grietas amenazantes. A la propia película le ocurre algo parecido.  La forma de la película es preciosa, pero el fondo es mejorable. El continente es tan esplendoroso y lleno de color como acostumbran las películas de Disney, pero el contenido está algo menos cuidado que en ocasiones anteriores, con una resolución de la trama algo precipitada. 


Los protagonistas de la película, que puede verse en Disney Plus y en algunos cines, son los Madrigal, una familia colombiana que vive en una casa mágica en mitad de un enclave onírico en las montañas llamado Encanto. Todos los miembros de la familia tienen un don. Todos menos Mirabel. Sin embargo, será ella quien descubra la gran amenaza que se cierne sobre la familia y la que le plante cara, lo que convierte la película en un canto a la imperfección. 

Aunque no llega a su nivel, Encanto es a las películas de Disney lo que fue Coco a las de Pixar (estudio que también es desde hace unos años propiedad de Disney). Si aquella película mostraba la tradición del Día de los Muertos en México y se llenaba del colorido y el ritmo de ese país, Encanto abraza la cultura colombiana, incluida su querencia por el realismo mágico. También hay en esta película, igual que en Coco, una celebración de la familia, sin dejar de mostrar sus caras menos amables, pero sólo un rato. 

Es de celebrar que Disney haya decidido acercarse a Colombia, expandir sus horizontes y mostrar otras realidades, otros acentos, otras culturas. Siempre desde su prisma de fantasía, con escenas, personajes y situaciones marca de la casa. Hay algo de La bella y la bestia, en eso de la casa encantada. También de El Rey León, en un momento en el que la joven Mirabel se ve de algún modo expulsada de su casa. Y, por supuesto, también hay canciones memorables, con ritmos latinos, que son de lo más atractivo de la película. Eso y el colorido, la construcción de esa casa encantada, las calles de Encanto, los paisajes. Sólo por eso, por la forma de la película, por la belleza de los planos y su música, vale la pena acercarse a este filme. No es la mejor película de Disney, pero es una película de Disney con todo su encanto (perdón). 

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