Encuentros con libros

 

Que otros se jacten de las paginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído”, escribió Borges. Semejante respeto reverencial por la lectura comparte Stefan Zweig, autor por otro lado tan distinto al argentino, en Encuentros con libros, que reedita Acantilado. El ensayo se compone de pequeñas reseñas sobre distintas obras, en las que el autor reflexiona sobre el valor de esos libros y sobre el mundo editorial, con el que él colaboró de forma estrecha, promoviendo colecciones o buscando la traducción o la publicación de obras que le entusiasmaban. Zweig, autor del monumental El mundo de ayer, reflexiona mucho sobre qué obras se traducen y cuáles no, qué libros caen en el olvido y cuáles entran en el canon, cómo va cambiando el propio canon, quién y cómo decide lo que se publica... Encuentros con libros combina esa mirada sosegada y analítica con la pasión que muestra por las lecturas que le emocionan. Es un libro magnífico. 


Comienza la obra con el momento en el que el autor austriaco tomó plena conciencia de la trascendencia de los libros, en una travesía en barco en la que recorría el Mediterráneo. Allí trabó amistad con Giovanni, un joven que se dedicaba a limpiar el barco, y que le pidió que le leyera una carta, porque era analfabeto. Fue en ese momento, cuenta, cuando comprendió de verdad el privilegio de la lectura. A continuación, el volumen reúne artículos, prólogos de obras y reseñas publicadas por Zweig a lo largo de la vida sobre los libros, "que nos invitan a vivir la vida sin saciarnos nunca de ella". 

Zweig se revela como un gran amante de la poesía, muy presente en la obra. En 1916, a propósito del aniversario de Goethe y la lectura de sus poemas, escribe: “Ahora, en estas horas de angustia, deberíamos dar gracias cuando una luz brilla en medio del caos, proyectando su claridad pura, deslumbrante, y no sólo eso, tendríamos que ser capaces de disfrutar de ella y de los momentos que nos brinda, porque pueden ser nuestra única salvación”. Goethe escribió su primer poema con ocho años, dedicado a sus abuelos, y el último, con 82. A veces, a uno le asalta el temor de que los setenta años de su poesía hayan agotado la capacidad de la lírica y, en general, de la lengua alemana para innovar, para seguir progresando”, cuenta, admirado, Zweig. 

El intelectual austriaco que tuvo que huir de su país por la locura del nazismo y que terminó suicidándose al ver el mundo desplomarse, se muestra muy crítico con el olvido en el que cayó Witiko, que define como “una especie de Ilíada o de Cantar de los nibelungos del pueblo checo, con un tono más dulce, menos violento, declaradamente idílico, profundamente conmovedor”. Comparte una interesante reflexión, al hilo de lo que comentaba un poco más arriba sobre el mundo editorial y cómo se decide lo que se publica y no:la historia de la literatura yerra en sus juicios con demasiada frecuencia”. El autor se asombra, por ejemplo, ante el hecho de que en ocasiones sea necesario acudir a librerías de viejo para encontrar libros de autores que no tantos años atrás eran los preferidos de los lectores. 

Elogia el cuento y también la intensidad de la adolescencia, que luego se pierde al crecer. “Sólo unos cuantos escogidos conservan como un don sublime, maravilloso, la capacidad de ver en la vida una fuerza fabulosa, enigmática, irreductible, llena de sorpresas y abierta siempre a nuevos descubrimientos, concibiéndose a sí mismos como el sujeto de una aventura sin fin”. No ahorra elogios cuando habla de autores que admira. De Joseph Roth dice que pone voz con maestría a  “esa trágica generación, la suya propia, que pasó de las aulas a las trincheras directamente, a las que la guerra primero y la crisis económica después arrebataron la inocencia y la esperanza”. Cuando reseña Las mil y una noches equipara el descubrimiento de la cultura de Oriente con la recuperación de la Antigüedad en el Renacimiento y con el descubrimiento de América como grandes deslumbramientos para Europa en la era moderna. 

Hace una reseña muy elogiosa de El malestar en la cultura, de Freud, y explica que, según esta obra, “parece que el gusto por la lectura tiene mucho que ver con la necesidad de compensar mediante la fantasía la insatisfacción que genera ignorar los propios impulsos”. También alaba a Jean-Jacques Rousseau, a quien volvemos cada vez que el mundo se transforma, afirma. De él asegura que “no pertenece a ninguna época y pertenece a todas”. Alaba que estuviera libre de prejuicios y que huyera siempre de convencionalismos. Ninguna idea desaparece por completo, mientras que los sentimientos se marchitan, dice Zweig. “Podremos comprender las ideas de una época anterior, pero jamás su manera de sentir”. En su opinión, las obras de Rousseau están llenas de ideas que siguen siendo válidas, porque “enfrentan al hombre con lo inmortal”. En concreto elogia Emilio, obra que en su época causó un gran revuelo y por la que tuvo que huir de Francia. “En Rousseau, el mundo comienza de nuevo una y otra vez. Ataca los problemas desde la base, sin piedad, como si nadie los hubiera pensado antes de él”, leemos. 

Muestra su admiración por Balzac, "autor insondable", cuando escribe que "La comedia humana comprende veinte volúmenes y su protagonista no es un personaje, sino la vida, que rige los destinos de unos y otros”. Del Ulises de Joyce afirma que es “un auténtico aquelarre, una misa negra en la que el diablo se burla de nosotros imitando al Espíritu Santo, haciéndose el inocente; algo único, irrepetible, rabiosamente actual”.Y cuando escribe sobre Maksim Gorki asevera que “desde que los ojos de Tolstói se apagaron, no ha habido ningún autor con una mirada tan penetrante como Maksim Gorki”.

Encuentros con libros es, en fin, una maravillosa celebración de la literatura y una guía de lectura plenamente en vigor, porque las grandes obras nunca pasan de moda ni dejan de apelar al presente, porque trascienden su propio tiempo, siempre que haya editoriales que tomen nota y permitan que así sea, claro. Así ocurre con los libros que menciona Zweig y también, por supuesto, con la propia obra del autor austriaco. 

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