El mundo tal y como es

El mundo tal y como es, de Ben Rhodes, comparte virtudes y defectos con el documental The final year, de Greg Barker, producido por HBO, que contaba el último año de Obama como presidente estadounidense. En ambos casos se aprecia una clara falta de autocrítica y ambos tienen la limitación lógica de que no pueden contarlo todo, ya que abordan cuestiones muy sensibles y críticas de la política exterior de Estados Unidos. Pero también comparten las virtudes, sí, porque, asumiendo que se ofrece una visión amable, incluso complaciente, de la labor de la Administración Obama, hay pasajes fascinantes y uno tiene la sensación de que se asoma, aunque sólo sea un poquito, a la toma de decisiones en la Casa Blanca. 


Ben Rhodes comenzó siendo la persona encargada de elaborar algunos de los discursos de Obama, pero fue ganándose la confianza del presidente y se convirtió en viceconsejero de Seguridad Nacional. En este libro de memorias, editado en España por Debate, rememora esos ocho años al lado de Obama. El subtítulo, Cambiar el mundo desde el ala oeste, da una idea de la alta consideración que Rhodes tiene de su propio trabajo y del de la Administración Obama de la que formó parte. Igual que en un selfie, en el que nadie se toma la foto en su peor perfil, Rhodes evita casi por completo asumir errores y ensalza a Obama y al núcleo duro de su equipo. Pero esa visión subjetiva y muy personal de esos ocho años, la única posible, por otro lado, no elimina en absoluto el interés del libro

Fueron años interesantes, sí, y en los que Estados Unidos cambió la imagen que el resto del mundo tenía de él. Es innegable que Obama logró cambios, tanto como lo es que las altas expectativas despertadas por su llegada al poder, con el Nobel de la Paz nada más entrar en la Casa Blanca, se vieron en buena parte defraudadas. Pero Obama tuvo aciertos y sus virtudes, sobre todo si se compara con su antecesor y con su sucesor en el cargo, son indudables. En esos aspectos pone el foco Rhodes en el libro, dedicando especial atención al histórico cambio en la política estadounidense respecto a Cuba e Irán

Rhodes cuenta el papel protagonista que jugó en las negociaciones con Cuba. Es interesante su narración de los encuentros preparatorios con la delegación cubana en Canadá y sus visitas a El Vaticano, y que la Iglesia católica de Francisco fue importante en el acuerdo. También es relevante la parte dedicada a Siria, la gran decepción, que el autor no esconde, y a la primavera árabe, en general. Rhodes escribió muchos de los discursos de Obama y se nota, porque el estilo del libro es ágil y sus 500 páginas se hacen cortas. Consigue narrar con un punto de ligereza e ironía, pero también con profundidad y seriedad, sus vivencias cerca de Obama durante sus dos mandatos. Logra transmitir una sensación de cercanía, situando al lector en el despacho oval o en la sala de crisis. 

El libro no desvela grandes secretos, no es ése su propósito, tampoco, pero siempre resulta interesante. En la parte final se habla de las intromisiones de Rusia y su influencia en las elecciones presidenciales en las que Trump derrotó a Clinton. Son interesantes las reflexiones de Rhodes, y las del propio Obama, sobre las fake news y las peligrosas corrientes de odio y desprecio a los hechos, que ha alimentado a la extrema derecha en Europa y que llevó a Trump al poder. Según cuenta Rhodes en el libro, Obama reaccionó de forma serena a la sorprendente victoria de Trump, aunque tuvo sus momentos de rabia y debilidad, en los que mostraba su asombro por el clima de odio y sinrazón que lleva a millones de personas a dejarse llevar por prejuicios y bulos que creen porque quieren creer. Aunque, de nuevo, falta en este apartado la autocrítica, es imposible no darle la razón a Rhodes sobre el peligro gigantesco para la democracia que tienen estas corrientes demagógicas, que alimenta Rusia porque es una forma de desestabilizar a Occidente

Un libro, en fin, con las carencias lógicas de todo libro de memorias, más aún si es de alguien que ha tenido altas responsabilidades políticas, pero muy interesante, en el que queda clara una forma de ver el mundo bien distinta al oscurantismo de la Administración Trump y tantos imitadores del irresponsable que hoy vive en la Casa Blanca. 

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