Notre Dame: La increíble carrera contra el infierno

"Algunos nos consideran héroes, pero sólo hicimos nuestro trabajo". Esta frase pronunciada por una de las 600 personas del cuerpo de bomberos de París que actuó contra el incendio en Notre Dame en abril resume bien el documental Notre Dame: La increíble carrera contra el infierno, que estrenó hace unos días National Geographic. Con rigor, reconstruye la labor de los bomberos aquel 16 de abril en el que uno de los símbolos de Francia y de la cultura europea corrió serio peligro de desaparecer. Quienes busquen la causa clara del incendio se sentirán decepcionados, no digamos ya quienes busquen teorías conspirativas, porque aún se desconocen las causas del fuego, aunque sí está acreditado que se trató de un incendio accidental. Para quien busque un acercamiento serio y con imágenes inéditas a aquella tragedia encontrarán un trabajo valioso y muy interesante. 


Comienza el documental con imágenes de la catedral parisina a las 21:36 de aquel día. Es un momento crítico, en el que los máximos responsables del despliegue sin precedentes, con más de 600 bomberos, no podían garantizar que Notre Dame fuera a mantenerse en pie. Para entonces ya había caído la aguja central, lo que había complicada mucho más la carrera contrarreloj contra el fuego. Varios de los bomberos que formaron parte de ese equipo hablan a cámara y explican lo que sintieron en esos momentos, cómo afrontaron una situación tan crítica, en la que varios de ellos pusieron en riesgo sus vidas para salvar una iglesia que es mucho más que una iglesia para los franceses y para toda la humanidad.

Tras esas imágenes, ante la incredulidad y el horror imprimidos en la cara de los parisinos que observan desde la calle la tragedia, el documental da un salto atrás en el tiempo para mostrar imágenes de la última misa oficiada en Notre Dame, que tuvo que interrumpirse abruptamente por culpa del incendio. Las llamadas a los centros de emergencias se sucedieron aceleradamente y pronto se vio que aquellas llamas que surgían del andamiaje construido para las labores de reconstrucción de la catedral supondrían un desafío de difícil solución. En contra de lo que proponían los cuñados de turno, como el que ocupa la Casa Blanca, no se podía lanzar agua desde helicópteros, porque se destrozaría la estructura de la catedral. 

La presión a la que se sometieron entonces los mandos al cargo de la misión fue colosal. Ardía Notre Dame, el símbolo de Francia que se había mantenido en pie durante siglos y había sobrevivido a guerras y revoluciones. Mientras un equipo de bomberos entró en la catedral para salvar sus mayores obras de arte, otros subieron a la torre norte de la catedral, al transepto norte, para atacar las llamas desde cerca. Tras caer la aguja central, todo se complicó aún más, pero la decisión de combatir el fuego con 14 brazos elevados, que pueden lanzar 4.000 litros de agua por minuto cada uno, para lo que se tuvieron que disponer barcos para bombear agua desde el Sena, con varios kilómetros de tuberías, fue un primer acierto. También lo fue utilizar el robot Colosus, para evitar poner en riesgo a los bomberos. Después se envío a un equipo de 20 bomberos para marcar una línea clara de separación entre el techo, incendiado, y las dos torres. Un trabajo de alto riesgo desde el campanario que fue clave. A las diez y media, el incendio estaba controlado

El documental aporta detalles interesantes y desconocidos, como los testimonios de los bomberos, que relatan que sólo unos meses antes del incendio de Notre Dame dos bomberos de París perdieron la vida en un incendio, una tragedia que conservaban viva en la memoria quienes se encargaron de combatir el incendio de la catedral. Impactan las imágenes de los parisinos que observan en silencio las llamas. El espectador del documental vuelve a sentir la angustia de esos días, y también el alivio del día siguiente, al contemplar las imágenes de la visita que un equipo hizo a Notre Dame a las siete de la mañana del día posterior al incendio, cuando constataron que el órgano y el rosetón norte estaban intactos. Un documental, en fin, exhaustivo y riguroso, que recrea con acierto y sin estridencias un incendio que hizo contener la respiración a medio mundo, y que da el protagonismo que merecen a los bomberos que combatieron las llamas y evitaron lo peor

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