100 años de la Cuesta Moyano

Igual que los cumpleaños nos llevan a decirle a las personas que queremos más abiertamente lo que sentimos por ellas, las efemérides nos sirven para pararnos un poco a pensar en lo mucho que significa para nosotros aquello que cumple años. Por ejemplo, la feria permanente del libro de Madrid, que nació hace justo un siglo y que desde 1925 acoge la Cuesta Moyano, un oasis librero, uno de los lugares más especiales de Madrid. Es un buen momento, como otro cualquiera, para recordar tantos buenos ratos pasados entre sus casetas, tantos descubrimientos, tantas mañanas soleadas, de esas en las que Madrid no puede lucir más bella, rodeados de libros. 


Hay algo muy romántico, casi heroico, en la existencia de este espacio, 100 años después. Es ese encanto de lo auténtico, que no pasa de moda, que no pierde con el paso del tiempo. Es ese reducto clásico en una sociedad tan cambiante, donde todo es disruptivo, tecnológico, digital, rompedor. Hace unos días se creó en Twitter una cuenta (@soydelacuesta), dedicada a celebrar el centenario de la Feria de Libros de Madrid, esa que no nació en la Cuesta Moyano, pero que desde 1925 es la identidad propia de este maravilloso rincón de Madrid. En esta cuenta de Twitter aparece una frase tan sencilla como extraordinaria: "un libro siempre es nuevo". Y es verdad. Esta feria es del libro antiguo, en ella se pueden encontrar obras editadas hace mucho, pero lo más prodigioso de la literatura es que en el año 2019 una persona puede abrir las páginas de un clásico escrito hace siglos y conmoverse igual que un lector de aquellos tiempos. Hay libros que llevan décadas esperándonos, incluso siglos. Están ahí para nosotros, contando lo que nos pasa, llevándonos a otros mundos. Son libros antiguos, escritos hace tiempo, pero nuevos, siempre nuevos, para quien los descubre. 

La calle Claudio Moyano, que todo el mundo conoce como la Cuesta Moyano, está presidida por una escultura de este político liberal del siglo XIX, que creó un sistema educativo que perduró hasta 1970 en España. Claudio Moyano da la bienvenida a los lectores en uno de los extremos de este espacio exquisito de Madrid. En el otro extremo, más arriba, acercándose al Retiro, está desde 2007 Pío Baroja, es decir, una escultura de él, que defendió ardientemente este espacio en torno a los libros en Madrid. 

La feria comenzó hace un siglo y su ubicación inicial fue el Paseo del Prado, frente a las verjas del Botánico. Esta ubicación no convenció y pronto, en 1925, se pasó a la Cuesta Moyano. En un primer momento, los libreros no estaban del todo a gusto con este espacio y pidieron varias veces volver a su ubicación anterior. Pero le fueron cogiendo cariño a ese rincón, del que no se marcharían ya más que en dos ocasiones: en 1986, por las obras de renovación de las casetas, y en 2004, por un incendio en una estación eléctrica cercana. En ambos casos, retornaron brevemente al Paseo del Prado. Pero su lugar en Madrid era ya para siempre el que hoy ocupan, la Cuesta Moyano, ese paraíso de libros y naturaleza, ese oasis en medio de la gran ciudad, los 20 metros más hermosos y llenos de historias de Madrid. La feria, que siguió abierta incluso durante la Guerra Civil, cumple un siglo, pero está tan joven como siempre. Porque, en efecto, un libro siempre es nuevo. ¡Feliz cumpleaños!

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