Open Arms: al fin buenas noticias

En una época en la que no abundan las buenas noticias, ayer, entre juicios, sectarismos y batallas políticas estériles, conocimos la decisión de un juez italiano de liberar el barco de la ONG Proactiva Open Arms, que llevaba un mes inmovilizado. Es una buena noticia, porque es justa, porque era insoportable que una de las pocas organizaciones dedicadas a salvar vida en el Mediterráneo, a responder con humanidad al drama de los refugiados, ante el que la respuesta de los gobiernos europeos ha oscilado entre la indiferencia y el cinismo. El horizonte judicial de Open Arms, brazos abiertos a la solidaridad, no se ha despejado del todo, pero al menos no es tan oscuro como hasta ahora. Su barco está liberado y podrán seguir salvando vidas en el mar. 


Esta pesadilla surrealista se remonta al 15 de marzo, cuando la ONG barcelonesa rescató a más de 200 personas en el mar. Los miembros de Open Arms se negaron a entregar a esas personas a los guardacostas libios, porque nunca antes en un rescate se habían entregado a las personas auxiliadas a Libia, que no está considerado un destino seguro para los refugiados. La ONG decidió actuar como siempre en estos casos y trasladar a los rescatados a la costa italiana. Salvó 218 vidas, 218, pero eso no le impidió enfrentarse a un proceso judicial, acusado de colaborar con la inmigración ilegal. Ahora, un juez italiano pone algo de cordura al asunto y reconoce que Open Arms desobedeció a los guardacostas libios, pero que lo hizo por buenas razones y que un rescate no se considera concluido hasta que no se ha llevado a tierra a las personas rescatadas. 

"No puede ser considerado seguro un lugar donde hay un serio riesgo de que la persona pueda ser sujeta a la pena de muerte, tortura, persecución o sanciones, tratamiento inhumano o degradante o donde su vida o libertad estén amenazadas por motivos de raza, religión, nacionalidad, orientación sexual, pertenencia a un grupo social determinado o de orientación política", afirma el juez sobre Libia. Exactamente lo que sostenía Open Arms y le llevó a desobedecer a los guardacostas. Exactamente lo que dicta el sentido común. Con el barco liberado y esta visión del juez totalmente distinta de la que sostenía la Fiscalía, es esperable que la ONG aparque al fin esta pesadilla. 

En cualquier caso, aún no se ha superado esta situación. El fundador de la ONG, Óscar Camps, publicó ayer en su cuenta de Twitter que lo de ayer fue sólo un primer paso, una buena noticia. "El Open Arms queda liberado, pero las investigaciones de la fiscalía de Catania por organización criminal y la de Ragusa por fomentar la inmigración ilegal continúan". La noticia fue recibida con alegría por todas las personas comprometidas con la excepcional labor de esta ONG, que nos permite seguir creyendo un poco en el ser humano. Ojalá sea el primer paso para que Open Arms pueda seguir haciendo su trabajo y reciba ayudas económicas y reconocimientos por su labor, no citaciones judiciales. 

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