Luis Ramiro en Galileo, como en casa

Dos meses después, Luis Ramiro regresó a la sala Galileo Galilei. Y el cantautor se sintió y nos hizo sentir como en casa. Todo era conocido, pero no repetitivo ni cansino, sino agradable, familiar. Como en casa. Gusta saber lo que uno encontrará en su hogar. Y es eso justo lo que sucede con Luis Ramiro en este espacio, donde tan bien y tan cerca se disfruta de la buena música. Sus canciones, las del último disco y las de los trabajos anteriores. Sus amigos, Marwan en el concierto pasado, Diego Ojeada ayer (luego hablamos de él). Los gintonic (el que pide él al comenzar, y los otros). La energía de la sala. La poesía de sus temas, los poemas de sus libros, la sencillez hermosa de una voz, una guitarra y unas letras llenas de vida. En fin, todo conocido, pero todo encantador. 


"¿Preparados para llorar?", preguntó el artista al comienzo. Entre muchos síes, y algunos noes, respondió: "decís que no con la boca pequeña, pero en el fondo os gusta llorar. Si no, yo estaría arruinado". Más allá del punto autoparódico de todos los cantautores, hay temas vitalistas, sí, en su repertorio. Pero también muchos melancólicos, nostálgicos, amargos, mezclas de comedia y drama, de ironía e ilusión. En resumen, reales. El amor es el tema central de sus temas. Interpretó para comenzar El universo, de su último disco, donde relata todo lo que vale la pena de esta vida ("los cines de verano, las medallas que nunca ganamos, las camas que no son para dormir, el pasadoble insuperable de los jubilados, la escena de aquel cuadro en Notting Hill") y terminó con la electrizante Mañana nos casamos en Las Vegas, el tema vitalista y lleno de ritmo con el que concluyen sus conciertos ("tengo un amigo que me suele contar, Ramiro si esta vida es un teatro habrá que improvisar"). Entre medias, dos horas de música y poesía. 

La poesía, como la literatura, como el arte, es imprescindible en nuestra vida, porque nos habla directamente, porque, como canta Luis Ramiro en uno de sus temas, podríamos decirle a algunos versos eso de "me conoces demasiado, me has calado". Porque sus letras transpiran mucha verdad. Porque lo que canta, lo que rima, lo que recita, no suena artificioso, sino muy vívido, muy real, muy reconocible. Porque incorpora a sus temas referencias de la vida cotidiana. Transcurren sus historias de tres minutos y medio en cafeterías, en calles, en parques. Pisando el suelo. Sonando a auténtico, a sentido. 

La poesía, digo, es imprescindible porque la belleza nunca sobra, y más en un tiempo como el actual. Y porque, además, nos interpela, despierta sentimientos, nos habla y nos sitúa un espejo delante, nos hace sentir escalofríos con una metáfora perfecta, con una estrofa que parece escrita para nosotros, con una imagen poderosa que te desarma, con certezas como esa que afirma que todos los amores de película son absolutos, infinitos y verdaderos. Porque hay mentiras más auténticas que las verdades, ficciones más poderosas y cautivadoras que muchas realidades

Como ocurre con todos los artistas, salta a la vista que el escenario es el hábitat natural de Luis Ramiro. Allí bromea, emociona, transmite, siente. Ha llegado a ese punto en el que tiene tantos temas que no puede cantarlos todos en los conciertos. Y, quizá, en el que hay canciones que prefiere no rescatar, por las razones que sean. Ayer se le pidieron insistentemente varias. Por ejemplo, Te odio y te quiero, que quedó para otra ocasión. Sí sonó, y tengo que recordarla siempre que habló de Luis Ramiro, la maravillosa Relocos y recuerdos, una historia de amor madrileño bonaerense. Invitó al escenario, como decíamos arriba, a Diego Ojeda, quien interpretó un nuevo tema. Reconozco que apenas había oído hablar de él. Y ahora estoy escuchando sus canciones en bucle, con muchas opciones para incorporarse al grupo de juglares modernos al que seguir, junto a Andrés Suárez, Marwan, Luis Ramiro, Funambulista y compañía. Otra razón más para hacer única la noche del sábado en la sala Galileo, familiar y hogareña ya, pero siempre distinta, siempre emocionante. 

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