Obama indulta a Chelsea Manning

Las últimas semanas de la presidencia de Obama en Estados Unidos están teniendo una inusitada actividad. El presidente, que cederá el cargo a Donald Trump este viernes, está aprobando reformas legales y distintas medidas a contrarreloj para intentar preservar su legado, que el excéntrico republicano quiere desbaratar. Una de sus últimas medidas, más que reforzar su legado, sorprende, y contrasta con la dureza con la que la Administración Obama ha tratado los distintos casos de filtraciones de documentos oficiales, que revelaban excesos del gobierno estadounidense o de su ejército. Frente a esta dureza, Obama anunció ayer que conmuta la condena a Chelsea Manning, la exsoldado que filtró documentos militares en los que se mostraban irregularidades y abusos del ejército en Irak


No se esperaba esta medida, aunque en los últimos días la Administración Obama había matizado que la situación de Manning, que cuando filtró los documentos a Wikileaks no había comenzado su tratamiento de cambio de sexo y se llamaba Bradley, difería de la de Edward Snowden, que también había solicitado el indulto. Este último destapó el escándalo de las escuchas y el espionaje masivo de Estados Unidos, poniendo en riesgo su vida. Ahora vive en Rusia. Dijo el gobierno estadounidense que Manning sí había pasado por un tribunal, y que además había mostrado arrepentimiento, mientras que Snowden ha eludido la acción de la Justicia. Está por ver cómo reacciona Julian Assange, fundador de Wikileaks, al indulto a Manning, pues hace unas semanas afirmó que aceptaría su extradición a Estados Unidos si Obama aprobaba la medida anunciada ayer

Manning se intentó suicidar dos veces el año pasado. En unos meses, estará en libertad. La medida, además de sorprendente, vuelve a poner encima de la mesa el debate de la legitimidad de las filtraciones, incluso de su necesidad. Todos los Estados necesitan el secreto. Por ejemplo, sobre la identidad de sus espías, o sobre información sensible que, de conocerse, pondría en riesgo la seguridad. El problema es que muchas veces, y Estados Unidos es un claro ejemplo de ello, la excusa de la seguridad nacional sirve para un espionaje masivo a media humanidad, para pinchar el teléfono móvil de líderes de países que, en teoría, son aliados, y para esconder excesos

Entre los documentos filtrados por Manning en su momento había pruebas claras de abusos estadounidenses en Irak y de que el número de civiles muertos en la contienda era mucho mayor al que reconocía Estados Unidos. ¿Legitima el secreto de Estado que se oculten abusos, que se escondan irregularidades flagrantes? El caso de Snowden es también gravísimo, un sistema para controlar las comunicaciones en todo el mundo, bajo la presunta excusa de la seguridad nacional y la lucha contra el terrorismo. A Manning, Snowden y otras personas que se jugaron la vida, y desde luego se la arruinaron, por desvelar los excesos que presenciaron, les debemos, como mínimo, haber perdido la inocencia, y conocer algunas actitudes inaceptables de Estados Unidos

Lo desvelado por sus revelaciones muestran el principal lunar del mandato de Obama. En medio del proceso de beatificación del todavía presidente estadounidense, por el desprecio y el temor al patán que le va a sustituir, no conviene olvidar que bajo su mandato han ocurrido ilegalidades como el espionaje revelado por Snowden

En su juicio, Manning pidió perdón por su filtración y dijo que lo había hecho porque era joven y porque el rechazo del entorno militar a su homosexualidad le había afectado psicológicamente. No sabemos qué le llevó a tomar esa decisión. Tampoco lo que empujó a Snowden a hacer lo propio. Lo cierto es que resulta apasionante. Porque ambos sabían que estaban haciendo algo ilegal, sólo que era para denunciar actitudes mucho más reprobables. Los dos sabían que se metían en serios problemas, pero aun así dieron ese paso. Un paso sin retorno, que cambiaría sus vidas para siempre. Y es ese momento íntimo de dilema, esa decisión, esas reflexiones, lo que más atrae de sus historias. No sabemos por qué lo hicieron, pero sí que gracias a ellos estamos más informados de lo que sucede en el mundo. Al indulto a Manning no le seguirá, según parece, una medida similar con Snowden, cuya vida cambió para siempre cuando decidió abandonar un trabajo bien pagado por el rechazo ético que le causaba lo que hacía, por el horror que sentía ante esa intromisión en la vida de millones de personas en todo el mundo. Su historia es muy poderosa y gracias a él conocemos más este mundo.  

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