Resumen cultural del 2016 (IV)

Un resumen musical del 2016 debe comenzar, irremediablemente, hablando de los grandes artistas que han fallecido este fatídico año para el mundo de la música. El camaleónico David Bowie, una mezcla inclasificable y atrevida de estilos; el autor de álbum Purple Rain, Prince; George Michael, fallecido en Navidad, fechas en las que escuchamos repetidas veces el Last Christmas de su época en el grupo Wham! y el cantautor canadiense Leonard Cohen, autor de la hermosa Hallelujah y de tantos otros temas magistrales, son algunos de los artistas que nos han dejado este año. 


Precisamente Leonard Cohen declaró en una de sus últimas entrevistas que estaba listo para morir. Sin saberlo aún sus seguidores, su último disco fue una despedida, el legado final de una de las más personales voces del siglo XX. Cohen matizó algo esas declaraciones después pero, finalmente, fallecía pocos días más tarde. El genio canadiense tuvo tiempo de celebrar la polémica concesión del Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan, otra de las noticias culturales del año. Para Cohen, que le concedan el Nobel al juglar estadounidense, autor de temas míticos como Blowin' in the wind, Like a Rolling Stone o The Times They are a changin', es como premiar al Everest por su altura. Una pura obviedad. Y es cierto. Más allá de todos los puristas rasgándose las vestiduras, es incuestionable que en las letras de Bob Dylan, igual que en las de Leonard Cohen, hay poesía, literatura de calidad. 

La mejor forma de celebrar la música, que es una forma excelente de celebrar la vida, son los conciertos, la música en vivo. Este año he disfrutado de varios conciertos inolvidables. En enero viajé a Toledo para saldar una cuenta pendiente de ilusiones. Por diversas razones no había podido ir a ninguno de los conciertos en Madrid de Andrés Suárez. En el Círculo del Arte de Toledo, apropiado lugar para un artesano de las palabras, para un poeta como él, disfruté de su gira con Mi pequeña historia, su último disco. Un trabajo, como los anteriores del artista gallego, lleno de letras muy vividas, muy puras, muy de verdad. 

Ya en Toledo anunció Andrés Suárez, igual que en el resto de conciertos durante este año, su sueño de llenar el Palacio de los Deportes de Madrid en su fin de gira. Y resulta que, sí, los sueños se cumplen, y el lirismo de las composiciones del cantautor abarrotó y enmudeció el Palacio. Fue una noche mágica en la que Andrés Suárez demostró que lo importante no son las dimensiones del lugar donde se actúa, sino la actitud del que canta y susurra versos. Acalló el Palacio, sí. Se quedó solo con su guitarra y su voz, sin micrófonos, asombrando a un público entregado, decidido a abrazarse a su arte en este mundo que, como canta en uno de sus temas, no está hecho para el corazón por fuera. 

También en el Palacio de los Deportes disfruté por primera vez de Amaral en concierto. El grupo zaragozano, que ha presentado este año su disco Nocturnal, uno de los más maduros de su carrera. Una carrera honesta, fiel a sí misma, coherente, sin estridencias. Combinaron a la perfección Eva Amaral y Juan Aguirre temas antiguos (Son mis amigos, Revolución, Salir corriendo), con otros nuevos, como las maravillosas El tiempo equivocado ("hemos nacido en el tiempo equivocado, somos los hijos del futuro arrebatado") o Noche de cuchillos ("Si tú quieres ser soldado, yo prefiero ser un niño. Asumir que soy tu presa y emigrar a otro planeta donde no marques mi puerta, donde no tengamos dueño, donde el alma de la gente no se apague con el tiempo. Y no exista moraleja al final de cada cuento. Y haya cosas importantes por encima del dinero. Donde yo no sea raro sólo porque soy distinto a ti"). 

En la sala Galileo gocé, otra vez, con Luis Ramiro, cantautor que descubrí en ese mismo lugar, con la misma amiga apasionada por la buena música, hace un par de años. Magia se llama su último disco y exactamente eso, magia, es lo que invadió la sala con sus versos. Convencidos todos de que, como canta en El universo, "ya sé que es complicado ser feliz, tendremos que vivir en el intento, tendremos que inventar para vivir". 

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