Retiro de libros

Escribió Cicerón que "si tienes una biblioteca con jardín, lo tienes todo". Y cada año por estas fechas se sigue el consejo del autor clásico romano en Madrid. La Feria del Libro inunda el Retiro de libros. Cientos de casetas, miles de títulos aguardando a ser descubiertos y decenas de autores dispuestos a encontrarse con los lectores. Ellos, los grandes protagonistas, las miles de personas que, unidas por su pasión por la lectura, por la búsqueda de refugio en las novelas, del divertimento o del análisis, de la reflexión o del aprendizaje, acuden en masa a este evento, que es el más hermoso del año en la siempre bella y llena de vida Madrid. 


Este año, Francia es el país invitado. La Feria presta una especial atención a los autores galos. De hecho, fue un autor que escribe en francés, aunque es libanés de nacimiento, Amin Maalouf, quien inauguró la fiesta de las letras con una excepcional conferencia en la que reivindicó el poder de la literatura para entender y mejorar el mundo en que vivimos. "Tenemos que construir una nueva literatura, diferente y constructiva. Tenemos que volver a imaginar el mundo", dijo Maalouf. También reflexionó el escritor libanés sobre el drama de los refugiados y el auge de la xenofobia y el racismo. Recordó que toda obra universal es aquella que considera la humanidad como una. Y destacó que "el fracaso de nuestro tiempo es que no somos capaces de vivir juntos con personas diferentes". 

Fue el mejor comienzo posible de un encuentro literario que, precisamente, se dedica a imaginar el mundo, a compartir muchos mundos distintos, todos en este. como escribe el poeta Paul Éluard. Entre los autores que firmarán sus novelas y charlarán con sus lectores cada día hay varios autores franceses. Y de toda nacionalidad y género. Un paseo pausado por las 367 casetas que componen este año la Feria de Madrid muestra la inmensa variedad de lo publicado hoy en día. Tan extenta, tanto, que a uno le entra por momentos una sensación extraña, la constatación de que leerá sólo una mínima porción de todas esas obras, con el consiguiente riesgo de que se deje por descubrir novelas que están ahí esperándole, que le cautivarían, pero que probablemente nunca leerá. 

Y esa variedad se traduce también en la presencia en la Feria de pequeñas editoriales que están haciendo una labor excepcional. Como en todos los sectores, hay grandes y pequeños actores (players, dicen ahora, con la fiebre estúpida por los anglicismos). Ahí están, por supuesto, los gigantes del mundo editorial, con Planeta y Penguin Random House al frente. También hay casetas de El Corte Inglés, la Fnac o incluso el Grupo Vips, la cadena de restauración que también tiene espacios de libros. Y es bueno que todos estén ahí, porque en la Feria no sobra nadie. Pero gusta descubrir editoriales con un enfoque mucho menos minoritario, que publican a autores olvidados por las grandes y que ponen una inmensa pasión a su labor. 

Es amplia la lista, inabarcable, pero estas son algunas de esas editoriales que miman cada ejemplar, con portadas y ediciones cuidadas de sus obras, y con títulos que no se encuentran en otras casetas, pues son de autores más desconocidos. Alba, Impedimenta, Xordica o Tipos Infames son algunas de esas editoriales que tienen su caseta en la Feria del Libro, y que merecen una parada reposada, pues cada ejemplar es una obra de arte y es inmensa la pasión con la que explican sus obras, es títulos y autores que no solemos conocer. 

Y es esa cercanía entre las editoriales o los libreros con los lectores lo que da un encanto especial a este evento. Por supuesto, también la cercanía con los autores. Y aquí, de nuevo, hay muchos mundos concentrados en el mundo fantástico del Retiro cuando llega la primavera y florecen los libros. Hay escritores consagrados que nunca faltan a la cita con sus lectores y que tienen una legión de seguidores, como Almudena Grandes o Javier Marías. También escritores que han llegado a menos lectores, pero que igualmente cuentan con admiradores fieles que aprovechan la ocasión que les brinda la Feria para buscar la firma y, lo que es más importante aún, un momento de charla con sus autores predilectos. 

Por supuesto, también hay una gran cantidad de personajes conocidos, generalmente por la televisión, que han escrito libros, no necesariamente novelas. Presentadores, youtubers y un largo etcétera. Lo dicho, nadie sobra. Según los gustos de cada cual puede resultar llamativo ver al presentador de un concurso televisivo, por ejemplo, firmando al lado de un autor consagrado. Pero todo suma. Parto de la base de que cualquier autor que consiga atraer a la lectura a muchas personas es una buena noticia para el mundo editorial. Primero, porque mirar con desdén a estos autores esporádicos o no consagrados resulta algo elitista. Segundo, porque no creo que el auge de este tipo de escritores reste lectores a otras obras que podrían considerarse de más calidad literaria. Tercero, porque siempre en la historia hubo autores populares y otros con una vocación más minoritaria, de más difícil acceso. Siempre fue así. Y cuarto, porque para que una editorial pueda publicar a autores desconocidos que, por decirlo claramente, no venden demasiado, es necesario que haya obras que sí se compren masivamente, aunque no sea necesariamente por su calidad. 

La variedad es siempre riqueza. Me parece algo cínico y elitista caer en los lamentos porque haya personajes que vienen de fuera del mundo de la literatura a firmar libros. Nadie sostendrá que ellos son los escritores de más talento o los que tienen una prosa más elaborada, pero no creo que se pueda afirmar que ellos cierran el paso a escritores "de verdad". Además, para gustos están los colores, y no hay más que mirar las colas que se forman ante estos autores para comprobar que son muy seguidos. Insisto, todo suma. También la pluralidad de obras. Hay novela, Historia, ensayos, ficción y muchas, muchas casetas infantiles, que son las que siempre inspiran más confianza en el futuro y las que regalan la estampa más bella de la Feria cada año, esas banquetas en las que se suben los pequeños para llegar a ver los libros expuestos en las casetas. El futuro de la fiesta de las letras en Madrid, el espacio y el lugar donde la capital reluce con todo su esplendor. ¡A disfrutar de la Feria del Libro!

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