Fiscal y abogado defensor

Desconozco los emolumentos del despacho de abogados de Miquel Roca, pero no deben de ser bajos. La infanta Cristina se lo podría haber ahorrado, pues el fiscal Pedro Horrach ha ejercido de abogado defensor de la hermana del rey en el juicio del caso Nóos. Desde el minuto cero, el fiscal anticorrupción, al que uno imagina, precisamente, persiguiendo corruptos, pretendiendo desmontar sus mentiras y buscando esclarecer escándalos como el del instituto sinónimo de lucro Nóos (hallazgo de Ignacio Escolar que es de lo mejor que se ha dicho sobre este caso), se dedicó a defender a la infanta. Horrach tenía otros planes. En su informe final del juicio, el fiscal se ha dedicado a atacar a todo el mundo, incluidos los medios de comunicación, menos a la infanta Cristina. Lo dicho, una pena que la mujer de Iñaki Urdangarin no supiera de antemano (es un decir) la postura del fiscal Horrach. 
Naturalmente, de la responsabilidad penal de la infanta Cristina deberá hablar la Justicia. Y como estamos en un Estado de Derecho, habrá que acatar la sentencia, sea cual sea el fallo. Pero precisamente este término, fallos, errores, anomalías, puede emplearse para describir lo ocurrido en este juicio. No es normal que el fiscal se dedique a defender a ultranza a una acusada en un escándalo de corrupción. Podemos rebuscar mucho y nos costará encontrar una actuación similar. El fiscal Horrach estaba de acuerdo en todo con el juez Castro, instructor del caso Nóos, hasta que éste decidió imputar a la infanta. Entonces, a los ojos del fiscal ese compañero en la investigación de un repugnante escándalo pasó a ser un justiciero que quería darse el gusto de llevar a una infanta al banquillo sin ninguna prueba. 

Tampoco es demasiado habitual que la Agencia Tributaria defienda en el juicio que, bueno, esa frase de "Hacienda somos todos" es sólo un eslogan publicitario. Fue el argumento más sólido que encontraron para decir que, en lo que a Hacienda respecta, no les importaba que la infanta controlara en un 50% la sociedad Aizon, a través de la que, presuntamente, Urdangarin blanqueaba el dinero que se llevaba crudo en el caso Nóos. Tampoco era para tanto, según Hacienda, que la infanta pagara con dinero negro, presuntamente, las fiestas de cumpleaños de sus hijos o sus clases de samba. Hacienda somos todos es un eslogan y Hacienda somos tontos, una descripción precisa de esta desigualdad de trato. 

El fiscal Horrach hizo el último servicio a la infanta Cristina atacando al juez Castro, de quien dijo que recurrió a "malabarismos jurídicos retorcidos y engañosos" y que construyó "un andamiaje sobre sospechas", que recibió "el aplauso mediático". Uno diría leyendo a Horrach que él cae en la actitud que critica en el juez Castro, la de estar pendiente de lo que se cuenta en los medios. El fiscal, a quien todos pagamos el sueldo para que investigue casos de corrupción, no para que ejerza de refuerzo de la defensa de la infanta Cristina, se refiere en su informe final a "mareas mediáticas predominantes" (imagino que se refiere a que los ciudadanos, al fin, quieren que los corruptos devuelvan el dinero robado y se indignan por escándalos como este), a "juicios paralelos" y a "penas de telediario" (recordó mucho a Rajoy, cuando dijo en el debate que los casos de corrupción de su partido son "algunas noticias que dan algunos medios"; ay cuánto incomodan a veces los medios). 

La intervención del fiscal tiene pasajes bochornosos, muy de tertuliano cortesano. Por ejemplo, este: "Cristina de Borbón es infanta de España, crimen. Es licenciada en Ciencias Políticas y Trabaja en la Caixa, crimen. En los registros domiciliarios no se hallan papeles comprometedores, crimen. En una ocasión visitó la sede del Instituto Nóos para recoger a su marido, crimen. Constituyó una sociedad junto a su cónyuge, crimen. Ni un solo testigo habla en su contra, crimen. No se turba ante las preguntas del instructor, crimen. Todo crimen, siempre crimen". Que constituya una sociedad con su marido no es crimen. Que esa sociedad se utilice para blanquear dinero, sí. Es bastante sencillo y al fiscal Horrach hemos de suponerle un mínimo de inteligencia para comprenderlo. Le faltó decir "el fiscal actúa como abogado defensor de una acusada, crimen". 

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