Fernández Díaz y las cloacas

Dice un proverbio oriental que cuando el sabio señala la luna, el necio mira al dedo. Ayer, el diario Público informó de una noticia muy preocupante, de república bananera: unas grabaciones en las que se comprueba cómo el ministro del Interior y el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña se reúnen para construir escándalos de corrupción que afecten a ERC o a Convergència. Dicho de otro modo, el ministro del Interior encargando filtrar informaciones que afecten a adversarios políticos. Tan feo como suena. Tan insoportable en un país democrático avanzado como parece. Pues bien, Jorge Fernández Díaz reaccionó ayer a la publicación de esta información, como el necio del refrán, mirando el dedo y obviando la luna. Dijo que era gravísimo que le grabaran y que investigará quién filtró los audios de esas conversaciones, pero nada comentó del fondo de la cuestión. 
Inspira poca confianza que el ministro del Interior se dedique a buscar trapos sucios de sus rivales políticos, y que insista a Daniel de Alfonso Laso, jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña, para que centre sus esfuerzos en investigar todo aquello que pueda perjudicar a ERC y CDC. Naturalmente, el Parlamento catalán abordará hoy esta información y la mayoría de los partidos reclamará la dimisión del ministro del Interior, el mismo que se reunió con Rodrigo Rato en su despacho hace unos meses. La información que desveló ayer Público es de una extraordinaria gravedad. Cuesta creer que en cualquier país avanzado, que no se parezca a Venezuela, por ponerle a Fernández Díaz un ejemplo que comprenda, se tolerara semejante utilización política de organismos públicos.

Las grabaciones dejan poco lugar a las dudas. Es nítido que la conversación entre Fernández Díaz y Daniel de Alfonso Laso tiene como propósito hallar escándalos que perjudiquen electoralmente a los dos principales partidos que defienden la independencia de Cataluña. "Nosotros estamos investigando cosas de Esquerra, pero son muy débiles. Esa es la verdad, ministro, son de CESPA, pero no acabamos de… Tenemos cuatro adjudicaciones al hermano de Oriol Junqueras. Yo estoy intentado convencer ahora al Grupo Planeta para que me haga una investigación, para que no aparezca nadie y no sea nada sospechosa, de una información que me llegó que no sé si es verdad, y por eso no me atrevo a tomármela como tal y lo externalizo para que alguien me lo averigüe como tal, que es un enriquecimiento en el municipio de Puigcerdà del padre de Oriol Junqueras con temas de terrenos y demás", dice el responsable de la Oficina Antifraude en un momento de la grabación. 

Luego hablan de las dos cuñadas de Felip Puig, "que eran categoría D, actualmente pasaron a ser C pero eran D en el momento, trabajaban en un departamento de la Generalitat y por un decreto firmado por Francesc Homs se las colocó como eventuales e interinas para hacer sustituciones de baja por maternidad y demás en nivel A-27". Y el ministro entonces ve el cielo abierto para ir a por ese político catalán. Acaba pidiendo la copia de esa información a De Alfonso y preguntando si Puig sabe que tiene ese punto débil. La típica conversación, en fin, que veríamos verosímil en una películas sobre un país autoritario en el que el gobierno utiliza la policía a su antojo, no en una democracia del siglo XXI

Como es obvio, esta información da argumentos a los defensores de la independencia de Cataluña. Pero eso es lo de menos. Lo grave es que un ministro del Interior se dedica a buscar escándalos de sus adversarios políticos, que se pone al servicio de su partido y no de la sociedad. Existía la sospecha de que los escándalos o investigaciones que salieron a la luz sobre los políticos independentistas catalanes procedían de filtraciones, pero siempre es relevante y doloroso comprobar que, en efecto, de ahí procedían esas informaciones. De las pestilentes cloacas. Es algo intolerable. No importa que aquellos a quienes se investiga por expresa orden del gobierno sea independentista, de izquierdas, de derechas, de Murcia o de Cataluña. Es inaceptable que haya órdenes políticas y que el ministro del Interior se dedique a esto. 

Fernández Díaz queda en una posición delicada, aunque es evidente que no dimitirá, ni por asomo. Luego alertará del riesgo de que España se convierta en una república bananera si ganan "los malos", supongo. Esta información es grave y además llueve sobre mojado, pues procede de alguien tan ultraconservador, tan de otra época, que más que el Ministerio del Interior parece ocupar el Ministerio del Tiempo. Sus declaraciones sobre los homosexuales, su decisión de condecorar a vírgenes, su defensa de la actuación de la Guardia Civil en aquella indecente actuación que terminó con la vida de ocho personas que intentaban llegar a nado a España y recibieron disparos de pelotas de goma, las devoluciones en caliente, su discurso del miedo sobre los refugiados, sus reuniones con Rato en su despacho, su alarmismo en la información sobre las operaciones contra el yihadismo, su equiparación entre ETA y sus adversarios políticos, su juego sucio... Ahora a todo esto sumamos que se convierta en un ministro al servicio de su partido, en el responsable de una policía política. Gravísimo. Inaceptable. 

Comentarios