Día de la mujer

Forges
Porque el año pasado fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas 57 mujeres sólo en España. Porque la brecha salarial sigue siendo una realidad que denuncian con datos todo tipo de organismos internacionales poco sospechosos de ser radicales izquierdistas con ánimo de exager el problema. Porque el machismo, como la mala hierba, no se va de nuestra sociedad. Lejos de eso, sigue tan presente como siempre. Porque se repiten actitudes del siglo pasado en las relaciones de los jóvenes con sus parejas hoy en día. Porque cuando el hombre hace algo en casa "ayuda", sobreentendiendo así, todavía hoy, que la carga de las tareas domésticas es responsabilidad de la mujer. Porque se sigue considerando excéntrico, o al menos no es nada habitual, que sea el padre quien coja la baja por paternidad para cuidar a sus hijos recién nacidos. Porque es la mujer la que ve limitadas sus posibilidades de ascenso laboral por ser madre. Porque a ellas se les pregunta en las entrevistas laborales, con aparente sutileza, con impostada naturalidad, si tienen pensando quedarse embarazadas. 

Porque los anuncios de televisión y no pocas campañas publicitarias siguen escupiendo imágenes machistas. Porque las mujeres continúan siendo minoría en los consejos de administración de las grandes empresas. Porque apenas hay directoras de medios de comunicación, aunque las facultades de periodismo y las redacciones están llenan de mujeres de extraordinaria valía. Porque algunos miembros de la Iglesia católica siguen lanzando exabruptos sobre la esposa ideal y el papel secundario reservado para las mujeres en la sociedad, destinadas sólo al cuidado de la casa. Porque los estereotipos machistas aún hoy conducen la sociedad con mucha más frecuencia de lo que estaríamos dispuestos a asumir. Porque hoy en día los discursos abiertamente machistas son afeados, pero vivimos rodeados de actos y gestos de micromachismo. Porque cuesta menos ridiculizar campañas en pos de la igualdad que compartir la causa que estas defienden y proponer alternativas. Porque hay todavía mundos de hombres, donde los comentarios denigrantes hacia la mujer están a la orden del día y son jaleados con risitas. Porque si una mujer impone su autoridad en puestos de responsabilidad es "mandona" o "gobernanta", pero si lo hace un hombre es un auténtico líder. Porque si es un hombre quien alardea de una intensa vida amorosa es un machote a imitar, pero si lo hace una mujer, es una puta. 

Porque todavía hoy, siglo XXI, se recomienda a las mujeres no ir solas (y ese solas quiere decir no acompañadas de un hombre que las proteja) a determinados sitios. Lo hemos comprobado con las turistas argentinas asesinadas en Ecuador. Dos amigas que iban acompañadas. No solas. Porque incluso hoy mensajes que pretenden fomentar la igualdad envuelven actitudes machistas, como eso de pedir a las mujeres que se cuiden de ir solas a ciertas horas por la calle. Porque se sigue escuchando aquello de "van provocando" o "es que, mira cómo iba vestida la chica". Porque las niñas tienen que jugar a las cocinas, que es lo suyo; mientras los niños dan patadas al balón, que también tiene que ser lo suyo, claro. Porque los hombres no lloran. Eso es cosa de mujeres. De niñas. Porque mirar el móvil de tu pareja no son celos, sino una demostración de amor. Porque los celos no son nada malo. Si no hay celos en una pareja es que no hay amor de verdad. Porque muchos jóvenes siguen pensando que hay determinadas tareas que son adecuadas y propicias para ellas. 

Porque muchas mujeres maltratadas se ven solas, perdidas, sin ayuda, cuando deciden al fin dar el paso para denunciar a su agresor. Porque la violencia machista es sólo el último eslabón de una ideología del odio, el patriarcado, la dominación de la mujer por parte del hombre. Porque el "o mía, o de nadie" sigue haciendo la vida imposible a muchas mujeres. Porque los vecinos hacen que no escuchan. Porque la gente no se quiere meter en problemas. Porque "su relación es conflictiva, pero ellos se quieren a su manera". Porque los políticos se permiten el lujo de convertir esto también en un arma arrojadiza electoral. Porque la sociedad no se percata de que está enferma si sigue asistiendo a semejante reguero de malos tratos y muertes. Porque no es algo doméstico. Porque no vale el "lo que pasa en casa de cada uno es libre, no es asunto nuestro". Porque no se puede circunscribir al espacio privado esta lacra social. Porque todavía hay quien defiende que el machismo es tan malo como el feminismo, sin entender nada. Porque hoy escucharemos mucho eso de "¿Y cuándo un día del hombre trabajador?" Porque sobran excusas autocomplacientes para no afrontar lo mucho que queda por avanzar en materia de igualdad sin dejar de reconocer lo conseguido, sí, pero sin renunciar a recorrer el camino hasta el final. Y sigue lejos. 

Porque millones de niñas ven negado el derecho a ser escolarizadas por fanatismos rancios y medievales. Porque hay muchos países del mundo que condenan el adulterio, pero sólo a ella, claro. Porque en otros se obliga a una mujer violada a casarse con su agresor para evitar la deshonra de la familia. Porque la mujer está marginada en países donde se hace una interpretación radical del Islam. Porque la contundencia con la que se denuncian las desigualdades en Occidente y los desmanes verbales intolerables de ciertos dirigentes de la Iglesia católica (con razón) no se emplea siempre para censurar el desprecio a las mujeres de sociedades donde impera la ley islámica. Porque en algunos países del mundo ser acosada es lo más seguro que puede esperar una mujer. Porque en el mundo se trafica con mujeres. A diario. Y ante la mirada impasible de las autoridades y de la sociedad. Porque la causa por la igualdad real tiene aún mucho camino por recorrer en Occidente, pero es sideral en otras regiones del mundo a cuyas mujeres no podemos dejar en la estacada. Sin ellas, el avance no será real. 

Porque hoy letras de canciones que se bailan y tararean en todas las discotecas con nauseabundos versos que incitan al dominio del hombre sobre la mujer y a la sumisión total de esta. Porque en algunas discotecas se permite la entrada gratis a las chicas, pero se cobra a los chicos. Y a esas mujeres que entran gratis no les parece mal esta medida machista. Porque en materia de derechos sociales si no se avanza, se retrocede, como quien pretender que su bicicleta siga adelante sin dar pedales. Porque las mujeres son la mitad de la población. Porque ellas tardaron mucho más en tener derecho al voto. Porque hay países donde las mujeres no pueden conducir coches. Porque vivimos en un país donde el hombre tiene prevalencia para acceder a la Jefatura del Estado (hereditaria, que esa es otra) sobre la mujer. Porque son muchas las tentaciones del autoengaño sobre la situación real de la igualdad entre hombres y mujeres, pero las evidencias de que está aún muy lejos son enormes. 

Porque mujeres son nuestras madres, abuelas, hermanas, hijas, sobrinas, primas, novias. Porque nadie duda hoy, todavía hoy, de que una niña que nazca en España lo tendrá más difícil sólo por ser mujer que un niño. Porque será más posible que en casa le enseñen a ella las tareas de la casa que a él. Porque es más probable que los padres la traten a ella como alguien vulnerable, débil, frágil, a quien deben proteger. Porque los muñecos con los que jugará él serán héroes de acción, y las de ellas, repelentes chicas coquetas cuya única finalidad en la vida es estar guapa y llevar el último modelo para conquistar al novio guapo. Porque ella, y no él, arrastrará la fama de manipuladora, de objeto sexual. Porque ella será la que soporte los comentarios machistas, los piropos fuera de tono (para mí, todos lo son), las miradas indiscretas, las babas de tanto primate suelto (con perdón para los primates). 

Porque ella tendrá que esforzarse más por demostrar lo que vale. Porque, salvo que tenga suerte en su empresa, llegará un momento en el que se verá forzada a elegir entre escalar en su profesión o ser madre. Porque si ella es política o alta directiva se comentará largo y tendido su baja por maternidad, y no faltará quien lo considere un hándicap. Pero si es él, nadie se planteará que deba cogerse la baja. Y si lo hace, será una noticia de género fantástico, por inesperada y poco frecuente. Porque la conciliación es hoy una tarea hercúlea y automáticamente se considera que es un problema de ellas. Que el asunto de los hijos y la vida familiar deben atenderlo las mujeres. Porque no faltan tertulias en medios de comunicación donde se debata sobre la igualdad entre hombres y mujeres, sólo que en ellas no habrá ninguna mujer. 

Porque en las entregas de premios se hablará de las portentosas interpretaciones de los actores o de los brillantes guiones de los cineastas (hombres), pero también de los estilismos y vestidos de las actrices. Porque a ellos les preguntarán por sus próximos trabajos o su impactante papel y a ellas, sobre quién ha diseñado el vestido que lleva, en lugar de aprovechar la ocasión para preguntar sobre la brecha salarial que, también en esos niveles, se produce. Porque, a partir de cierta edad, escasean los papeles para mujeres mayores, pero siempre los habrá para los hombres maduros. Porque la tiranía de la imagen operará fundamentalmente para ellas. Y deberán estar estupendas. Con el último modelo. Elegantes. Porque nunca leeremos sobre un periodista si va vestido de este o aquel modo, pero sí lo haremos de una compañera de profesión, anteponiendo incluso esa frivolidad a su trabajo. Porque a ellas se les exigirá la belleza, la perfección. Porque son escasas las mujeres deportistas que viven de su profesión, mientras los futbolistas cobran millonadas. Porque mujeres inteligentes y preparadas tienen que soportar acoso laboral, insinuaciones, repugnantes comentarios machistas y miradas en el trabajo por parte de tipos infames. Porque, ya saben, quien tiene que llevar los pantalones en la casa debe ser el hombre. 

Este artículo busca enumerar razones para explicar por qué sigue siendo necesario el Día de la Mujer. Por qué es imprescindible que el 8 de marzo se reivindique trabajar en lo mucho que queda por conseguir en materia de igualdad. Añadan ustedes las razones que no aparezcan en esta lista. Y no frivolicen esta fecha con fotitos con rosas y felicitaciones, recuerden argumentos que le dan sentido. No faltarán.

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