Lo verdadero es un momento de lo falso

Entretenida pero pretenciosa. Lo verdadero es un momento de lo falso deja sentimientos encontrados. La novela de Lucía Etxeberría, primera de esta autora que cae en mis manos, presenta una historia interesante, pero hay en ella algo que no termina de convencer. La estructura es sugerente, pero no llega tan lejos como promete. El reto de adoptar múltiples narradores resulta atractivo, pero por momentos la autora encalla en el propósito. Una obra irregular, que me animaba a seguir con la lectura, sí, por su trama y su planteamiento formal, pero que nunca termina de convencerme.

La historia, como digo, es interesante. Al menos, en su punto de partida. Las personas que conocieron a Pumuky, el joven cantante de un grupo musical que causa furor entre el público adolescente con letras más bien grises y pesimistas sobre el absurdo de la existencia, aparece muerto en un pinar a las afueras de Madrid. En la obra, alguien se dedica a entrevistar a las personas que conocieron a Pumuky para saber más sobre su vida y las posibles causas de su muerte, que la policía y algunos de los conocidos del cantante atribuyen a un suicidio pero para la que otros manejan distintas teorías. El planteamiento, en efecto, es original. Se trata de dar voz a las distintas personas que conocieron a Pumuky para desvelar su existencia y la versión que cada cual tiene sobre su muerte. 

Descubrimos a un joven marcado por algún trama infantil, por tener haber visto morir a su madre de una sobredosis, politoxicómano, promiscuo, neurótico, insoportable, atractivo, embaucador... Nos lo presentan quienes más lo conocieron, entre ellos Romano y Mario, miembros del grupo Sex&Love Addicts, que es como se llama. Al principio resulta interesante el planteamiento, pues cada uno muestra cómo ve a Pumuky. Amigos, ligues, conocidos, relatan su visión sobre el cantante. Pero algo falla. La autora adopta, como es natural, distintos tonos cada vez que incluye la opinión de una persona diferente, distintos registros. Más culto en algún caso, barriobajero en otro. Es un esfuerzo loable el que hace por resultar verosímil en todos los registros, desde la mandamás en una compañía discográfica que tuvo relaciones tanto con Pumuky como con Romano a la camarera choni que conoció al cantante porque era asiduo al bar donde trabajaba. Pero en ese empeño, se pierde. A veces, por introducir sin venir demasiado a cuento teorías sociológicas que resultan poco verosímiles en según qué voces y que no siempre casan bien con la historia narrada. 

La sinopsis que podemos leer en la contraportada del libro, publicado en 2010, da una idea de esas pretensiones pomposas de la obra que en ocasiones parecen metidas con calzador. "Ateniéndose a las tesis situacionistas, desde Debord a Baudrillard, sobre la construcción de la hiperrealidad, Lucía Etxebarria ha escrito muchas novelas en una: un thriller trepidante, un análisis de la desintegración de los modelos amorosos y relacionales de hoy en día, una aguda sátira social… y trece visiones diferentes de una misma historia, una amalgama de miradas que acaba siendo tan fiel a la realidad como el mosaico al original", leemos. Lo dicho, a veces la novela peca de pretenciosa. Y así como esta teoría de la construcción de la hiperrealidad le va como anillo al dedo a la historia de Pumuky, pues se habla de un cantante famoso al que nadie en realidad conoce pero del que todo el mundo tiene, a través de los medios de comunicación, una imagen determinada, otros planteamientos resultan menos precisos. Por ejemplo, la madre de un personaje es psicóloga y tanto aquel como esta no hacen más que recurrir obsesibamente al complejo de Edipo para explicar la actitud de Pumuky, y casi para explicar cualquier otra cosa que sucede en la novela. 

Quizá la novela abarca demasiado. Es una pretensión loable intentar introducir, a la vez, la historia personal de Pumuky, darle un tono de trhiller (que, en mi opinión, no alcanza en ningún momento), construir a su vez un relato fragmentado que da al lector la última palabra para determinar la verdad del protagonista de la historia, añadir tesis situacionistas y citas a cascoporro a autores que le den siempre un sentido a lo que hacen o dicen los personajes de la historia... Es loable, pero la novela se escapa. Y es muy irregular. Hay historias que resultan muy interesantes, fascinantes incluso, y otras que parecen añadidas sin venir demasiado a cuento. En cada capítulo se introduce a un personaje del entorno más o menos cercano de Pumuky y después, en cursiva, cada personaje narra su opinión sobre la vida y la muerte del cantante. La estructura, que resulta original y quizá lo más atractivo de la obra, termina haciéndose algo pesada. Sobre la trama, sexo, drogas y rock and roll, con escenas donde se consigue transmitir la sensualidad y otras más banales.  Lo verdadero es un momento de lo falso, en fin, no llega a donde podría hacerlo, se queda siempre a medio camino, y aun así es una novela entretenida, aunque en ocasiones exasperen sus pretensiones. 

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