Histórico acuerdo entre Cuba y EE.UU

Pocas veces se tiene la sensación de estar viviendo un acontecimiento histórico, y muchas menos se vive de verdad. Sin duda, el día de ayer fue realmente histórico. Una fecha para recordar. 17 de diciembre de 2014. El día en el que Estados Unidos y Cuba reentablaron sus relaciones diplomáticas después de 51 años de confrontación frontal, de enemistad abierta entre los dos países. Queda mucho camino por delante en la normalización entre los dos vecinos, porque el embargo comercial de Estados Unidos continúa y es el Congreso y no Obama el que formalmente puede acabar con él, algo hato improbable porque el Partido Republicano controla las dos Cámaras. Pero es un acontecimiento histórico y como tal fue anunciado por los mandatarios de ambos países, Barack Obama y Raúl Castro. Ambos ofrecieron una rueda de prensa a la misma hora para anunciar el acuerdo. 

La cronología de estas grandes noticias, de las que cambian de verdad el rumbo de la Historia, de las que se estudiarán en los colegios, es la que sigue. Se conoció primero la liberación del espía estadounidense Alan Gross, detenido en Cuba desde hacía cinco años. Después se supo que Estados Unidos había accedido a hacer un intercambio de presos y que iba a liberar a cinco espías cubanos. Era sólo la punta del iceberg. Las agencias internacionales empezaron a informar a primera hora de la tarde de sendas comparecencias de Raúl Castro y Barack Obama. Después se contó que sería sobre algo relevante que afectba a las relaciones de ambos países y más tarde, citando a fuentes oficiales, se confirmó que el anuncio iba a significar un punto de inflexión a un desencuentro de más de cinco décadas: el reestablecimiento de las relaciones entre ambos países. 

Hay que remontarse hasta 1961, un año antes de la crisis de los misiles que, según hemos sabido después, puso al mundo al borde de la III Guerra Mundial y que supuso una amenaza nuclear de primer orden, para encontrar el inicio del bloqueo estadounidense a Cuba. Una medida que, dijo Obama ayer, se tomó con la mejor voluntad pero que, también según el presidente, no ha dado resultados. Lo cierto es que el embargo ha asfixiado a los cubanos, a la población cubana, que será la gran beneficiada de este acuerdo entre sus autoridades y Estados Unidos y que, por cierto, sigue siendo la principal víctima del régimen dictatorial que impera en la isla. Y es importante no dejar de resaltar esto en un día histórico como este. Cuba sigue siendo una dictadura de partido único que persigue y encarcela a quien piensa diferente. Ojalá el paso de ayer sea un primer avance hacia la democracia en aquel país. Dijo ayer Raúl Castro unas bellas palabras dirigidas a Estados Unidos ("debemos aprender el arte de convivir con nuestras diferencias") que debería aplicar a su relación con quienes dentro de su país piensan distinto a él

El acuerdo entre Cuba y Estados Unidos supone, entre otras cosas, que se abrirán las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambos países, que abrirán embajadas en sus vecinos. Esta apertura comercial, que deberá concretarse próximamente, supondrá un balón de oxígeno para Cuba y nuevas oportunidades para sus ciudadanos, amén de un paso más hacia el capitalismo en la isla que se consideraba paraíso comunista.  Según quien haga la interpretación de lo acordado ayer se leerá como una capitulación del régimen cubano o de Estados Unidos, por reconocer abiertamente que su política en las cinco últimas décadas ha sido un error. 

Interesa en esta cuestión la opinión de la disidencia cubana, las personas que, dentro o fuera del país, han sufrido y siguen sufriendo la falta de derechos y libertades en Cuba, la vulneración de los Derechos Humanos, la ausencia de pluralismo político real. Yoani Sánchez es un referente de la disidencia cubana. La periodista ha escrito en su blog un artículo en el que reflexiona sobre las implicaciones del acuerdo alcanzado ayer por Castro y Obama en el que reivindica el papel de la sociedad civil cubana en la nueva era que debería abrirse en el país. El artículo se titula "¿Llegó el día D?" y la respuesta de Yoani Sánchez es que esto no ha hecho más que empezar. "Esto apenas comienza. Falta un cronograma público con el que se logre comprometer al Gobierno cubano a seguir una secuencia de gestos a favor de la democratización y del respeto a las diferencias.... La liberación de todos los presos políticos y de conciencia; el fin de la represión política; la ratificación de los pactos Derechos Civiles, Políticos, Económicos, Sociales y Culturales, con su consiguiente adecuación de la legalidad interna y el reconocimiento de la sociedad civil cubana dentro y fuera de la Isla ".  

En efecto, lo de ayer es histórico y pienso que muy positivo, un paso adelante hacia el entendimiento entre pueblos y una medida que ayudará a los ciudadanos cubanos, el final de una anomalía histórica que duraba ya cinco décadas. Pero Cuba sigue siendo una execrable dictadura y sus problemas no terminarán hasta que la democracia no regrese a la isla. Al margen de eso, que desde luego no puede ser olvidado, ha primado el pragmatismo. El propio Obama reconoció ayer en su vibrante discurso que Estados Unidos también mantiene relaciones con otro país gobernado por una dictadura comunista, China. Es el pragmatismo de la política y también la espinosa cuestión que Estados Unidos decidió mal en los últimos cincuenta años de no dañar al pueblo de un país por la clase de régimen político que tenga. El bloqueo no ahogó al régimen castrista, de hecho ahí siguen en el poder, sino que asfixió a los cubanos e incluso dio argumentos a la dictadura para justificar su actitud totalitaria, puesto que a un régimen totalitario le falta algo si no puede contar con un malvado enemigo al que culpar de todos sus males

Esta decisión tiene múltiples implicaciones. Es importante reseñar el papel de mediación que, según todas las partes implicadas, ha tenido el papa Francisco. Al parecer, Estados Unidos y Cuba llevan 16 meses negociando en secreto por lo que, por cierto, en la imagen que ilustra este artículo, el saludo entre Obama y Castro en el funeral de Nelson Mandela a finales del año pasado, ya se habían abierto esas negociaciones, al parecer celebradas en Canadá, aunque estaban en fase embrionaria. El papa Francisco se ha volcado en la consecución de un acuerdo y fue en un reunión en El Vaticano en octubre cuando se dio el empujón definitivo al pacto. Hay personas que hablan y convencen con bellos discursos y líderes de verdad que, además de aportar un discurso nuevo, actúan. Es el caso del papa Francisco, que con esta mediación empieza a demostrar que lo suyo no es sólo un cambio estético en El Vaticano, sino que está dispuesto a actuar para mejorar el mundo. El compromiso político y la ejemplaridad de este papa, referente ético para muchos (católicos y no católicos) es una de las pocas luces de este tiempo tan oscuro que nos toca vivir. 

Por supuesto, el acuerdo anunciado ayer no se entiende sin comprender la situación política en la que se encuentra Barack Obama. El presidente estadounidense, con la amenaza de convertirse en un "pato cojo" tras perder el control del Senado y del Congreso en manos de los republicanos en las pasadas elecciones de mitad de mandato en noviembre, se ha volcado en la política exterior y este acuerdo, sin lugar a dudas, será uno de los grandes legados de su presidencia. Cambiar la historia de las relaciones con Cuba después de cinco décadas. Reconocer que la actitud mantenida hasta ahora era errónea y lanzar un mensaje de entendimiento y concordia ("todos somos americanos", pronunciado en español en su discurso) es la clase de acciones que nos muestran al gran líder que muchos creímos ver en Obama y que se ha ido desvaneciendo durante su acción de gobierno. Sin embargo, mantiene esa grandeza que cautivó en su primera campaña electoral. Su discurso de ayer y lo que significa es buena prueba de ello. 

Este deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba dará mucho que hablar, así que dejaremos más adelante otras consideraciones sobre el mismo. Sólo añadiré referencias a dos aspectos relevantes de este acuerdo. Como decía antes, formalmente es el Congreso estadounidense el que tiene potestad para retirar el embargo estadounidense a Cuba, un entramado de leyes. Ayer, varios líderes republicanos, partido que controla las dos Cámaras del país, se mostraron abiertamente contrarios al anuncio de Obama, dijeron que es fruto de la ignorancia y afirmaron que el Congreso sólo apoyará el deshielo con Cuba si este país avanza hacia la democracia. Obama sí tiene como presidente poderes para hacer lo que hizo ayer, reabrir las relaciones diplomáticas, pero el embargo como tal sólo puede revocarlo el Congreso. La otra consecuencia derivada del acuerdo de ayer se sitúa en Venezuela. El hasta ahora principal respaldo de Cuba en el continente, que vive una situación dramática en sus finanzas públicas por el desplome del precio del petróleo, ve cómo su aliado teinde puentes con su enemigo íntimo común. El cambio de las relaciones diplomáticas en América Latina que puede forzar este movimiento es otro factor muy relevante a tener en cuenta del histórico anuncio que hicieron ayer Raúl Castro y Barack Obama. 

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