El libro de arena

Un gran amigo, lector empedernido y exquisito conversador de literatura, me prestó El libro de arena, de Jorge Luis Borges, tras leer la reseña que hice aquí del libro Narraciones, el primero del autor que caía en mis manos. Aquel gozoso descubrimiento tiene, pues, continuidad gracias al gesto generoso de este buen amigo. Leo que El libro de arena fue escrito por Borges en la parte final de su vida y que él afirmaba que se trataba de su mejor libro. A mí me ha encantando, más incluso que la otra obra del genio argentino que he leído, y ya aquella me fascinó. 

Incluye este libro 13 relatos, más un epílogo en el que el propio autor cuenta brevemente lo que narra en cada relato. Este comentario se sitúa al final del libro y no en un prólogo porque, escribe Borges, "prologar cuentos no leídos aún es tarea casi imposible, ya que exige el análisis de tramas que no conviene anticipar". Remata este epílogo el escritor argentino apelando directamente al lector de esta forma: "espero que las notas apresuradas que acabo de dictar no agoten este libro y que sus sueños sigan ramificándose en la hospitalaria imaginación de quienes ahora lo cierran". 

Sin duda, esos sueños se siguen ramificando. Los relatos que componen esta obra son todos ellos magníficos exponentes del estilo fantástico del autor argentino. Hay un relato de amor (Ulrica), el segundo que compone la obra y el único de esta temática que escribió Borges. En esa historia, Sigurd comparte lecho con Brynhild, pero interpone la espada entre ambos porque ella es pretendida por su cuñado. El final muestra hasta dónde puede llegar el amor cuando duele. La política, o el peculiar modo de aproximarse a este campo, también tiene presencia en la obra en dos relatos, El Congreso y Utopía de un hombre que está cansado (para mí, el mejor de todo el libro). En el primero de estos dos relatos, Borges fantasea sobre la creación de un utópico congreso mundial que represente a la sociedad. Debates sobre la composición de la biblioteca de ese particular congreso o el idioma que se hablará en él llenan estas páginas, que bien pueden ser leídas como una suerte de ensayo político escéptico. 

Por su parte, Utopía de un hombre cansado es un relato provocador, contundente y sugerente. En él, Borges juega con el viaje en el tiempo y el encuentro entre un hombre, Eudoro Acevedo, y otro señor del futuro. "La imprenta, ahora abolida, ha sido uno de los peores males del hombre, ya que tendió a multiplicar hasta el vértigo textos innecesarios", le dice ese hombre del futuro, que apuesta por releer grandes obras, por vivir la vida con más pausa. ¿Y el dinero? "Ya no hay quien adolezca de pobreza, que habrá sido insufrible, ni de riqueza, que habrá sido la forma más incómoda de la vulgaridad". ¿Qué sucedió con los gobiernos? "Según la tradición, fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban, guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer la censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y sus efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos". Lo dicho, una provocativa utopía, la construcción de un futuro peculiar en el que sólo se tiene un hijo porque "no conviene fomentar el género humano" y en el que "se discuten las ventajas y desventajas de un suicidio gradual o simultáneo de todos los hombres del mundo". Borges, en suma.

También tiene un claro componente político Avelino Arrendondo, donde Borges reconstruye la preparación del asesinato del presidente uruguayo Juan Idiante Borda en 1897. El asesino, Arredondo, se aparta de amigos y familiares, se recluye del mundo exterior para preparar el magnicidio. Aclara Borges en su epílogo que no aprueba el asesinato político. 

Los objetos inconcebibles suelen aparecer en relatos del escritor argentino. En este caso, en los dos últimos relatos. El disco, que se refiere al disco de Odín, de una sola cara; y El libro de arena, que da título al libro, que es una obra con páginas infinitas que, al igual que la arena, no tiene principio ni fin. En ambos casos, quienes poseen el objeto imposible (en el segundo, se llama Borges su propietario) se obsesionan hasta el extremo por aquel. 

Otro de los relatos más bellos del libro es el primero, llamado El otro, donde un Borges anciano se encuentra con un Borges joven en la ciudad de Cambridge. Las reflexiones sobre el tiempo y el avance de la vida, unidas a los debates sobre literatura y a esa fantasiosa recreación de encuentros imposibles, componen este interesante relato. El relato en el que más se deja llevar Borges por su desbordante imaginación es La noche de los dones, donde un hombre anciano cuenta la noche violenta en la que conoció el amor y la muerte. La narración más tenebrosa y de terror es There are more things, un homenaje de Borges a Howard Phillips Lovecraft. "La Casa Colorada" es un ambiente de intriga, tensión y miedo. Es la casa del tío del protagonista del relato, que compra a su muerte un misterioso personaje. 

Provocador y sugerente es también La secta de los treinta, "una herejía imposible", según afirma el autor en el epílogo, cuyo nombre se debe a las monedas que recibió, según la Biblia, Judas al traicionar a Jesucrista. Los miembros de esta secta veneran por igual a Cristo y a Judas. Dos relatos incluidos en la obra giran en torno a la poesía y a la capacidad de contarlo todo en una palabra. Reflexiones metaliterarias y lingüística que llenan El espejo y la máscara, donde un poeta recibe sucesivos encargos de un rey para describir en un poema perfecto su vitoria y su gloria, y  Undr, que habla sobre una inventada tribu del pasado cuya poesía sólo tenía una palabra. Por último, es muy llamativa la trama de El soborno, donde un profesor universitario debe decidir entro dos germanistas a quién envía a un congreso. Su concepción de la imparcialidad y sus principios éticos serán utilizados por uno de los dos aspirantes para hacer un peculiar y sutil soborno. Una última cosa. Quedan tres días para hacer encargo a los Reyes. El libro de arena puede ser una opción perfecta. 

Comentarios