Casi un millón de votos contra la privatización de la Sanidad

La movilización de los profesionales de la Sanidad en la Comunidad de Madrid, respaldados por cientos de miles de ciudadanos, alcanza un nuevo hito con la consulta popular sobre la gestión de los centros sanitarios. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández Lasquetty, dijo que esta consulta era una "parodia", por lo que debemos concluir que nuestra región es la más simpática de España, pues 935.794 personas decidieron formar parte de aquella parodia. No negará el señor consejero que ha sido un éxito de público.

Entre el 5 y el 10 de mayo se ha realizado esta consulta que, obviamente, no es válida a efectos legales. Eso ya lo sabemos y no necesitamos que vengan responsables políticos como el señor Lasquetty a contárnoslo. Ahoa bien, han participado en esta consulta casi un millón de personas. ¿Tiene efectos legales una manifestación multitudinaria? No, naturalmente. ¿Debería el gobierno escuchar a todos esos cientos de miles de personas? Sí, naturalmente. Pues exactamente lo mismo podemos decir de esta consulta popular. Nadie ha defendido en ningún caso que la consulta se pueda homologar a un referéndum convocado por el gobierno. Lo que sí se defiende, porque es algo bastante elemental, es que hay cerca de un millón de personas que han decidido participar en este acto de protesta para pedir al gobierno de la Comunidad de Madrid dé marcha atrás en sus planes de privatización de 6 hospitales y 27 centros de salud. 

El 99,4% de las personas que votaron en la consulta respondieron "sí" a la pregunta "¿está usted a favor de una sanidad de gestión pública, de calidad y universal, y en contra de su privatización y las leyes que lo permiten?" Es decir, un total de 929.903 personas votaron en contra de la ley del gobierno autonómico que abre de par en par la sanidad madrileña a las empresas privadas. Los ciudadanos que votaron eso piensan que la Sanidad no puede ser un negocio. No es rentable, cómo va a serlo, atender a un enfermo terminal. ¿De dónde van a sacar las ganancias esas empresas gestoras de los 6 hospitales y los 27 centros de salud privatizados? 

De entrada, el argumento defendido por la Comunidad de Madrid para aplicar esta ley supone asumir su total fracaso como gestor público. Tenemos que hacer sostenible el sistema, explican. Eso quiere decir exactamente que ellos se declaran incapaces de hacerlo y por eso le ceden la gestión a las empresas privadas. Es un mensaje de impotencia terrible. Yo, responsable público, reconozco mi incompetencia. Estoy gestionando mal la sanidad, estoy haciendo mal mi trabajo y si sigo así, el sistema se hará insostenible, así que le voy a dar la gestión a unas empresas que lo sabrán hacer mejor que yo. Eso es lo que están diciendo, envuelto de eufemismos e informes fantasma que demostrarían que la gestión privada sale más barato al ciudadano que la pública. En el muy hipotético caso de que fuera así, la solución no puede ser ésa. Como la pública es más cara, se la damos a la privada. ¿Y qué tal si intentamos gestionar mejor los recursos en la pública, hacerla funcionar tan bien como, según cuentan, funciona la privada? 

Prometo que no me ha faltado voluntad de escuchar a los defensores de este nuevo sistema mixto público-privado para la Sanidad y aún no he escuchado ningún argumento que se sostenga para comprender y compartir esa teoría. Más parece, y eso lo estamos viendo muy claro en la Comunidad de Madrid, que estas medidas responde a un plan perfectamente trazado para que unos pocos se enriquezcan y saquen provecho de la operación. Esos pocos no son los ciudadanos de Madrid, evidentemente. 

Además, se equivoca el gobierno regional cuando asegura que el modelo sanitario es insostenible. Ahora mismo, con el paro en niveles históricos y una brutal caída de ingresos, pueden no salir las cuentas, pero e tratamiento es equivocado. No se trata de meter el hacha en partidas sensibles como la Sanidad para hacerla sostenible en esta terrible coyuntura económica. Se trata de que el Estado garantice el mantenimiento del sistema público de salud, joya de la corona del Estado del bienestar en España que debe ser preservada, mientras trabaja por generar puestos de trabajo y volver al crecimiento económico. Porque todo es una rueda y si hay más trabajadores habrá más personas cotizando a la Seguridad Social y, voilá, aumentarán los ingresos en las arcas públicas con los que mantener el sistema.

Además, se miente descaradamente cuando se afirma que el gasto en Sanidad en España es insostenible. Sencillo, vayamos a los datos. Según un informe de la OCDE del año 2012, el gasto en Sanidad pública en España es del 6,99% del PIB. Por debajo de Francia (9,19%), Alemania (8,92%), Reino Unido (8,25%) o Italia (7,4%). ¿La crisis surgió porque estábamos gastando demasiado en mantener el Estado del bienestar, como han llegado a decir algunos? Otro dato. Según Eurostat, en 2008 el gasto medio por paciente en España fue de 1.492 euros. Muy lejos de los 4.106 euros de Luxemburgo, los 3.515 de Dinamarca o los 2.393 de la siempre modélica Alemania. 

La situación actual no es una consecuencia de un presunto derroche en Sanidad. Ni mucho menos. Se debe buscar racionalizar el gasto, sin duda, pero es disparatado hacer un cambio radical del modelo que empeorará la vida de los madrileños a largo plazo por una crisis coyuntural. El sistema público de salud en España sí es sostenible. Otra cosa es que haya quien esté buscando desmantelarlo para hacer negocio. Eso es lo que se denuncia en la "parodia" que tan poco divirtió al consejero Lasquetty. 

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