Espionaje internacional

Andamos en España a vueltas con el espionaje de la agencia de detectives Método 3 a media Cataluña, por lo que leemos estos días en la prensa. Todo este asunto de los detectives y los espías tiene algo que siempre atrae mucho, da juego. Es una historia potente, esta, que además sirve para volver a constatar que la decadente y mediocre clase política no ha tocado fondo. Pero hay otro asunto de espionaje, en este caso a través de la Red, de mayor calado, probablemente, y que algunos califican ya de "ciberguerra fría". Es el presunto espionaje a empresas e instituciones de Estados Unidos que habría realizado un grupo de piratas informáticos con el apoyo del gobierno chino. Eso es al menos lo que desvela un informe de la empresa estadounidense Mandiat que publicó ayer The New York Times.

Este grupo de ciberespías se llama APT-1 y está respaldado por las autoridades chinas. Habría robado información a través de Internet de 141 organizaciones. Siempre según el informe que conocimos ayer, su base de operaciones se encontraría en torno a la central de la unidad 61398 del Ejército de Liberación Popular chino en un barrio de Shanghai. No han podido precisar con exactitud que así sea, pero entienden que es la explicación más lógica al hecho de que todos los ataques procedan de un área pequeña dentro de la cual se encuentra esta sede militar. "O vienen de dentro de la unidad 61398 o a la gente a cargo de las redes de Internet más controladas y supervisadas del mundo se le ha pasado por completo que hay miles de personas generando ataques desde este barrio en particular", asegura el ejecutivo de la compañía que ha realizado el informe, Kevin Mandia, al diario estadounidense. 

Entre los organismos atacados estarían contratistas militares, plantas químicas o empresas de telecomunicaciones, entre otras ya que se estima que los ciberataques han ido destinados contra al menos 20 sectores. Pekín siempre ha negado estas acusaciones, que se vienen repitiendo desde hace años. Con todo, este informe  señala con claridad a una unidad del ejército chino como responsable de numerosos ciberataques a empresas e instituciones estadounidenses.

La reacción de la Administración Obama ha sido contundente. Jay Carnet, portavoz de la Casa Blanca, cree que estos ataques son "un serio desafío para la seguridad y la economía de Estados Unidos". No ha señalado directamente a China, pero su salida al paso de la información de The New York Times deja bastante claro en quién está pensando. Afirmó que Obama "tomará todas las medidas que sean necesarias" para dar respuesta a estos ciberataques. 

El problema lleva tiempo encima de la mesa del presidente. La semana pasada firmó un decreto que le da poderes especiales para actuar en estos casos y en el discurso sobre el estado de la Unión hizo referencia al problema de los ciberataques cuando aseguró que "sabemos que países extranjeros están atacando nuestros secretos industriales", "no podemos permitirnos que dentro de unos años nos preguntemos por qué no hicimos nada". La confrontación entre las dos grandes potencias económicas del momento se juega en Internet. No me digan que no motiva más este caso de espionaje internacional a través de la Red que unos micrófonos en el florero de un restaurante que frecuentan los políticos catalanes. 


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