Cumbre europea



A diferencia de reuniones anteriores, la cumbre europea de ayer sí alcanzó algunos acuerdos de calado. Se dieron pasos para poner en marcha la unión bancaria y se estableció un calendario para ello. Eso sí, hay algo que no cambia: Alemania domina por completo estas cumbres. Se debate lo que el país más rico de la UE estima oportuno que se debata, y queda fuera, ni siquiera se menciona en el borrador final, lo que le desagrada. Esto último sucedió con el fondo europeo de ayuda a países con elevada tasa de paro, que Merkel eliminó del debate para centrarlo en lo que le interesaba. Hoy por hoy, en la UE manda Alemania y el país germano carece casi por completo de oponente en cuanto a las recetas económicas para salir de la crisis.
 
La tesis alemana de la austeridad impregna cada acuerdo de estas reuniones. Mario Monti, que ayer fue elogiado casi de forma unánime por el resto de líderes europeos y animado para que se presente a las elecciones del próximo año, resumió a la perfección la situación europea actual en un desayuno informativo antes de la celebración de la cumbre donde dijo que "Europa corre el riesgo de empezar a parecerse peligrosamente a una creditocracia". Es decir, que los países ricos impongan una política y una línea de acción determinada a los pobres. Monti, siempre tan exquisitamente educado y comedido, dijo que corre el peligro, pero probablemente piense que ya estamos en ese escenario de creditocracia. Si no es así, se le parece mucho.
 
Ayer acordaron avances en la unión bancaria, también muy al gusto de Alemania que ha logrado incluir entre las competencias del supervisor único europeo tan sólo a las entidades grandes, por lo que aparta a sus cajas locales y regionales, donde al parecer hay muchos activos tóxicos que esconder. Así, el BCE supervisará a 150 de los 6.000 bancos de la eurozona. Los que tengan más de 30.000 millones en activos. Este acuerdo se debería poner en marcha en marzo de 2013. Para 2014 deberá estar en vigor un fondo de resolución de bancos. Se aprueba también la recapitalización directa de las entidades en apuros. El objetivo de todas estas medidas es separar la crisis financiera de la fiscal, pues hasta ahora los agujeros en las entidades bancarias han terminado pasando factura a la deuda pública de los países.
 
Mariano Rajoy dijo escuestamente a la salida de la reunión que "este año ha sido bueno y este consejo también". Para España es un buen acuerdo porque si en el futuro se necesita más dinero para las entidades financieras con problemas, podrán acogerse a la recapitalización directa y no tendrá que cargar las ayudas en el déficit público.  Angela Merkel, por su parte, enfriaba expectativas ("no conviene sobreestimar la importancia de este acuerdo") y marcaba territorio "hemos logrado asegurar las peticiones fundamentales de Alemania. Qué novedad.
 
De momento, nada de un presupuesto para ayudar a los países europeos con más paro. Van Rompuy incluyó una medida que suena a ligero estímulo económico financiado con impuestos (el futuro IVA europeo o  la tasa de transacciones financieras) a aquellos países que cumplan escrupulosamente los recortes acordador. No se espera que esta medida se implemente antes de 2014. La austeridad sigue mandando en la UE. Ayer se avanzó en la unidad bancaria, algo en lo que hay acuerdo mayoritario, por lo que sí se puede decir que la cumbre europea de ayer logró acuerdos de calado. Pero sin el más mínimo cambio de rumbo y siempre con Merkel guiando la marcha.

Comentarios