Cumbre del clima en Doha

Estos días  se está celebrando la cumbre del clima de este año en Doha. De hecho tendría que haber acabado ayer, pero se ha prolongado al menos hasta hoy para intentar salvar la cita de un nuevo fracaso por falta de entendimiento. Es muy probable que el número de ciudadanos que ni siquiera se haya enterado de que esta cumbre se está celebrando sea elevado. La escasísima presencia mediática de esta cita, unido al perfil bajo que la mayoría de los gobiernos otorgan a las cumbres del clima, dan una idea de la poca atención que se presta a este asunto, pese a lo trascendental que es. Lamentablemente seguimos dejándolo en un segundo plano.

El caso es que sí, estos días se celebra en Doha una nueva cumbre del clima que, como la mayoría de sus predecesoras, va camino del fracaso. Debería haber terminado ayer, pero los países decidieron suspender las negociaciones y continuarlas hoy, puesto que todavía hay muchos puntos que tratar y bastantes desacuerdos que intentar superar. Por lo que leemos en los medios de comunicación que están informando sobre la cumbre, probablemente acabará con un segundo periodo del Protocolo de Kioto hasta 2020, aunque aún menos trascendente, pues implicará a menos países. La idea es que en 2015 se intente un gran acuerdo global.
 
 
 
¿Cuáles son las posturas más reticentes a la prolongación de Kioto un segundo periodo? De una parte Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Cuba, que se oponen a que los países que no entren en este segundo periodo de Kioto se aprovechen de los mecanismos de mercado que prevé el tratato, es decir, que se aprovechen de él pese a no firmarlo. De otra parte, Rusia, Japón, Canadá y Nueva Zelanda que sí firmaron Kioto I y que se apearán de este segundo periodo del tratado, debilitando aún más el impacto real del acuerdo (15%  del total de emisiones del planeta). Otro de los obtáculos de esta cumbre, este ya resuelto en apariencia, es el del exceso del derecho de emisión de gases contaminantes del Este de Europa por el desplome de la industria comunista. Se alcanzó un acuerdo ayer en el seno de la UE, que sigue siendo uno de los grandes impulsores de los acuerdos sobre el clima en este tipo de encuentros. No ha ocurrido lo mismo con Polonia, que se mantiene firme en la defensa de sus derechos de emisión y ante la que la UE no ha podido hacer nada.
 
De este modo, todo apunta a que de Doha saldrá tan sólo una prórroga del Protocolo de Kioto que afecte a menos países que el primero: la UE, Australia, Noruega, Suiza y algún otro país. En total, una muy reducida parte de las emisiones del planeta (se estima que en torno a un 15%). Sí se mantendrían los mecanismos de desarrollo limpio, el sistema de la ONU que impulsa la inversión en energías renovables y proyectos verdes en países en desarrollo.
 
Uno de los puntos de duda con los que previsiblemente se cerrará la cumbre de Doha es el de la financiación. Los países ricos se comprometieron a dar 30.000 millones de dólares para el periodo 2009-2012, algo que más o menos han cumplido. Pero ahora no es nada claro el escenario que se plantea para los tres próximos años, hasta 2015, periodo para el que los países en desarrollo piden 60.000 millones. La cumbre de 2013 será en Varsovia, la de 2014 está aún por decidir y la de 2015, previsiblemente, en París. Esta última debe ser la decisiva, según todos los países, pues será entonces cuando se busque un nuevo gran acuerdo como el de Kioto, a ser posible, que incluya a los grandes emisores, algo que ahora no sucede. El mundo no se acabará el 21 de diciembre de 2012, pero mientras tanto seguimos son actuar con la determinación debida ante un grave problema como el del cambio climático que, aunque no abra informativos ni llegue a las portadas de los medios, no hace sino crecer.


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