Alto el fuego en Gaza

Se cumplen 24 horas de la tregua alcanzada en Oriente Próximo tras la operación "Pilar Defensivo" que se cobró la vida de unos 140 palestinos y seis israelíes. Un alto el fuego frágil, una situación no sostenible en el tiempo y que tan sólo es un parche, pero al menos, una buena noticia tras varios días de bombardeos sobre Gaza, lanzamientos de misiles de Hamas hacia ciudades de Israel y tras un atentado contra civiles en un autobús de Tel Aviv que dejó decenas de heridos. Las gestiones diplomáticas de Estados Unidos y, sobre todo, de Egipto han resultado trascendentales para alcanzar este alto el fuego.
 
Desde un punto de vista político, la figura del presidente egipcio, Mohamed Mursi, ha salido fortalecida de esta crisis. Ha jugado un papel mediador, el que tradicionalmente ha desempeñado Egipto. Había dudas sobre él, puesto que forma parte de los Hermanos Musulmanes, aliado claro de Hamas. Si bien Mursi se mostró al lado del grupo palestino al visitar Gaza en plena escalada de violencia, ha sabido ejercer de mediador en el conflicto para encontrar una tregua. Su papel ha sido elogiado por las partes implicadas. Nadie duda del peso que ha tenido la postura del presidente egipcio en este intenso proceso de diálogo que ha terminado con un alto el fuego que, hasta el momento, respetan ambas partes.
 
En su última misión como secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton también ha sido un actor clave en el proceso de negociación por alcanzar un alto el fuego. Actuó deprisa y de forma acertada. Viajó hasta Oiente Próximo y se reunió con líderes israelíes y también con responsables palestinos. Formó parte de los encuentros diplomáticos que se desarrollaron en Egipto y con su actuación logró aportar su grano de arena a esta solución temporal. En enero será cuando probablemente anuncie su marcha del puesto de secretaria de Estado, pues ya anunció antes de la campaña que no seguirá en la Administración Obama durante su segundo mandato. Ha sido una buena forma de cerrar su gestión al frente del departamento.
 
En clave regional, atendiendo a los actores implicados en el conflicto, tanto Israel como Hamas buscan apuntarse el tanto. En la retórica habitual en este tipo de situaciones, tras ratificar ambos el alto el fuego han pretendido señalar que salen reforzados de esta situación de violencia. Israel deja claro que no tolerará el lanzamiento de misiles de Hamas desde la franja de Gaza hacia su territorio. Las elecciones israelíes de enero y la tensión latente con Irán, también han estado presentes en este conflicto. En relación a los comicios, de las últimas citas electorales que se han celebrado en Israel, la mayoría han venido precedidas por conflictos territoriales. No parece casual y sí una forma de mostrar firmeza ante el electorado, obsesionado con la seguridad. Netanyahu ha querido mostrarse como un responsable político que protege a su población por encima de todo. Sobre la relación entre este conflicto y la tensión con Irán, de entrada Israel ha probado durante estos días, y con éxito, su sistema antimisiles. Continúa latente, en espera, esa escalada de tensión con Irán que los analistas consideran ineludible.
 
Hamas también intenta presentarse como vencedor de este conflicto. Han logrado, por primera vez, que sus misiles lleguen a las inmediaciones de Jerusalén. Podrán presentarse igualmente como triunfadores en el sentido de que han resistido la operación del ejército israelí y han contenido la anunciada invasion terrestre. Quien parece salir debilitado es la Autoridad Nacional Palestina, que no es ya el actor clave que fue. En la batalla interna entre los propios palestinos, Hamas está logrando presentarse como el representante mayoritario de la población. Incluso en Cisjordania, territorio controlado por la ANP, gana peso la organización islamista.
 
¿Y ahora qué? Las dos partes cumplen el alto el fuego, pero los dos mantienen intactas sus posturas iniciales. Israel, su escrupulosa defensa de la seguridad de sus ciudadanos y Hamas su enfrentamiento frontal con las autoridades israelíes para lograr el reconocimiento de un Estado palestino. Lo deseable, pero que en este momento está más lejos que nunca, sería que se reabriera el diálogo entre Israel y Palestina, las conversaciones de paz. No parece cercano porque salimos de una confrontación armada, por las elecciones próximas en Israel que invitan a a adoptar el perfil más duro frente a los palestinos, por la propia división interna de los palestinos y porque los puentes están rotos. Obama, en su segundo mandato, intentará dejar para la posteridad un logro que todos sus antecesores en el cargo buscaron,pero ninguno consiguió: la paz en Oriente Próximo. El escenario geopolítico de la zona ha cambiado, pero lo que no varía es que la solución debe llegar, sí o sí, por el reconocimiento de un Estado propio para Palestina y la convivenia pacífica entre vecinos. Tras décadas de conflictos, tras numerosos intentos infructuosos y con la situación cada vez más enquistada, esa solución parece cada vez más lejana, pero resignarse no es una opción. Es un conflicto inacabado, pero los esfuerzos de todos deben ir orientados a lograr cerrarlo algún día.  

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