Día del Trabajo

1 de mayo. Fecha señalada en el que se celebra en todo el mundo el Día del Trabajo. No hay mucho que celebrar y sí mucho que reivindicar. Hoy hay más motivos que nunca para salir a la calle y pedir oportunidades laborales para todos, esperanzas para esos jóvenes que padecen una tasa de paro del 52%, para esas 1,7 millones de familias con todos sus miembros enel  paro, para esos parados de larga duración que caen en el desánimo y, por supuesto, trabajo digno y férrea defensa de los derechos de todos los trabajadores.

Cada año en esta fecha recordamos el origen de la fiesta, la muerte de los sindicalistas que fueron ejecutados en Chicago (Estados Unidos) en 1886 en el tanscurso de una huelga que comenzó el 1 de mayo de aquel año en la que se pedía la jornada laboral de 8 horas. Puede sonar a historiera innecesaria, a tiempo pasado, pero creo que este año es especialmente importante recordar el origen de esta celebración. Porque recordarlo significa recordar que el movimiento obrero ha logrado conquistas durante siglos a base de luchas por sus derechos, es decir, supone recordar que si hoy disfrutamos de este o aquel derecho en el trabajo es porque alguien en el pasado luchó por él. Y algunos incluso dieron su vida por conseguirlo. Si hoy tenemos derecho a la prestación por desempleo, si tenemos atención de l Seguridad Social, si nuestras jornadas son de 8 horas y si contamos con convenios colectivos que nos protegen de posibles abusos, es porque antes alguien luchó por esos derechos. Alguien fue generoso y valiente pensando en dejar un mundo mejor y más justo.

Lucharon en el siglo XIX, lucharon en el XX y no hay razones para pensar que en el siglo XXI hemos dejar de luchar. No es algo anacrónico o rancio, no consiste en mantener discursos y comportamientos del pasado, pero el sindicalismo sigue siendo necesario en las sociedades actuales. El ataque barato a los sindicatos es que se han quedado atrasados, anclados en el siglo XIX y que no son capaces de ver que el mundo ha cambiado y ellos siguen manteniendo el mismo mensaje. Yo creo que no es así. He escrito una y mil veces que los sindicatos han cometido errores, pero siempre he añadido después que son necesarios y que me desagrada la burda campaña contra ellos a la que estamos asistiendo estos últimos tiempos en España. En todo caso, conviene que quienes desprecian e insultan a los sindicatos que hoy salen a la calle en toda España recuerden que esta fecha del Día del Trabajo se celebra en muchos países del mundo, que recuerden también cual es su origen y que respeten a los consideramos que hoy sigue siendo necesario salir a la calle el 1 de mayo para defender el trabajo digno y para pedir soluciones al drama del paro.

Este 1 de mayo llega con una tasa del paro horrible del 24,44%, con 5,6 millones de parados, con una tasa de desempleo juvenil del 52%, con un creciente número de hogares donde ningún miembro tiene trabajo y, en general, con un panorama ciertamente desolador. Por ello, el primer recuerdo de las manifestaciones de hoy ha de ser para los parados. Para ellos el primer mensaje y la primera reivindicación. Lo primero y más urgente que debe afrontar este país es la lacra del paro. No se puede gestionar la tasa de desempleo del mismo modo frío que gestionamos cifras macroeconómicas de déficit o cualquier otro aspecto estadístico sin rostro ni dramas personales detrás. Debe ser la prioridad para todos y todo el mundo debe actuar de forma constructiva para apotar su grano de arena y tirar del carro todos juntos hacia la salida de este pozo oscuro.

Hoy, Día del Trabajo, tenemos que pensar en primer lugar en aquellos que no tienen empleo. Son tragedias humanas, dramas personales y familiares que están ocurriendo a nuestro lado y que todos tenemos que intentar revertir lo antes posible. Además de la prioridad de la lucha contra el paro, hoy también hay que defender los derechos de quienes sí tienen empleo y atacar la precariedad en el mercado laboral. Hay quien pretende convencernos de que empeorar notablemente las condiciones laborales de quienes tienen trabajo ayudará a los parados. Y es una falacia. Abaratar el despido sirve, sencillamente, para que los empresarios puedan despedir más barato. Sin más. Que no pretendan adornar con engaños de medio pelo lo que es un empeoramiento del mercado de trabajo con la nueva reforma laboral.

Yo estaré hoy en la manifestación de Madrid. Lo haré porque creo que es algo bonito que cada año se conmemore el incidente por el que celebramos tal día como hoy el Día del Trabajo, que no es una fiesta de izquierdas o de derechas, sino algo que pertenece a todos los trabajadores. En España somos mayoría la clase media, los trabajadores asalariados, los que se ganan la vida como pueden, quienes temen perder su puesto de trabajo, quienes ya lo han perdido, quienes no lo han encontrado. Esa inmensa mayoría de la población que es aquello que se llama clase trabajadora. Saldré a las calles de Madrid porque creo que es necesario defender el trabajo digno, apoyar a los parados, reclamar soluciones al drama del desempleo, pedir que no se siga precarizando el mercado de trabajo y recordar que en 2012 sigue siendo necesario velar por un trabajo digno y defender que no retrocedamos décadas en las condiciones laborales por las que tanta gente luchó.


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