Un gesto que honra al Rey

El Rey Don Juan Carlos recibió ayer el alta médica y antes de salir del hospital quiso hacer unas declaraciones breves a TVE y EFE. El Jefe del Estado comenzó comentando que se encontraba bien y dando las gracias al equipo médico que le ha atendido estos días. Después, las once palabras con las que pedía perdón por primera vez en los 36 años de su reinado: "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir". Era la imagen de un Rey disculpándose, pero también la de una persona mayor consciente de que ha metido la pata y pide disculpas por ello. Algunos pensarán que es lo mínimo que podía hacer, y puede que tengan razón, pero eso no resta valor ni mérito al gesto sin precedentes del Rey. Estuvo a la altura, justo lo contrario que en su irresponsable viaje a Botsuana.

Recuerdo que estamos en España, ese país en el que nadie pide perdón por nada jamás. Hemos visto corruptos, malos gestores, pésimos políticos y delincuentes de todo tipo cometiendo terribles atropellos y nadie ha pedido perdón por ello. No sólo hablo de los responsables políticos, hablo de todo el mundo. Nos cuesta horrores tener la humildad y la grandeza de reconocer nuestros errores y pedir perdón por ellos. El Rey demostró ser consciente de que se ha equivocado, pidió perdón  y prometió no volver a cometer el mismo fallo. Es un gesto que le honra y le ennoblece. Un gesto que nos trae de vuelta a esa persona inteligente y noble que tanto ha hecho por España y que de forma tan merecida se ha ganado durante años el respeto y la admiración de la inmesa mayoría de los españoles. Vimos ayer una escena de un tremendo valor porque era el Jefe del Estado, el Rey quien pedía perdón. Pero, además, más sencillo que todo eso, vimos a un hombre reconociendo su error y pidiendo perdón. Es mucho más de lo que hemos vistos con muchísimos corruptos y chorizos de medio pelo.

Comprendo que se critique al Rey y que haya quien considere que las disculpas no son suficientes. Ciertamente no lo son. No creo que este gesto exculpe al Rey ni borre lo que ha hecho, pero sí pienso que Don Juan Carlos ha reaccionado como debía. Muchos considerábamos que debía pedir perdón y eso es justo lo que ha hecho en cuanto ha podido. Sabe perfectamente que su viaje fue un error y ha seguido también por los medios la indignación social que ha provocado. Él ha tenido el valor de dar la cara y pedir perdón. Sí, sí tenía otra. Podía haber hecho exactamente lo mismo que hemos visto hacer a muchos responsables políticos acusados de turbios asuntos de corrupción. Esos imputados que inventan campañas en su contra, justifican sus actos, niegan la mayor o caen en el infantil "y tú más". Nada de eso vimos ayer. Vimos un gesto responsable y valiente. Puede que muchos de los que hoy critican al Rey y tildan su gesto de insuficiente sean los mismos que luego son incapaces de dar su brazo a torcer, reconocer una equivocación y pedir perdón por ella.

Don Juan Carlos sabe que su figura ha sido central en el apoyo a la monarquía en España. Es más, sabe que en nuestro país no hay precisamente una gran cantidad de monárquicos. Hay eso que se llama juancarlistas, ciudadanos agradecidos a la labor que ha hecho el Rey durante todos estos años por nuestro país. El Rey que cogió poderes absolutos de un dictador y nunca pensó en otra cosa que no fuera traer la democracia a España. El Rey que paró una intentona de golpe de Estado una tarde de febrero en 1981. El Rey que lleva décadas ayudando de forma silenciosa a España y ejerciendo, salvo contadas excepciones, de forma ejemplar su función moderadora y de representación que le atribuye la Constitución. En los últimos años sí se han percibido algunos gestos que indicaban que el monarca se había dejado llevar. La cacería en Botsuana confirmaba esos temores. Confío en que todo esto suponga un punto de inflexión y marque un antes y un después.

Valoro mucho, tal vez porque es algo poco frecuente, a las personas que son capaces de reconocer sus errores y de pedir perdón. Es en esos momentos donde se ha de ver la verdadera talla de las personas. Don Juan Carlos ha mostrado humildad y valor. Habrá quien diga que es un intento desesperado por volver a atraer la confianza de la gente y por conservar el prestigio de la institución que encarna. Ellos son libres de interpretar así el gesto del Rey. Yo lo interpreto de otro modo. Lo valoro como un acto valiente y como algo que el Rey tenía que hacer y ha hecho. Nadie puede borrar los errores del pasado. Absolutamente nadie. Por muy Rey que se sea. Todos sabemos que nunca podremos rectificar algunos errores del pasado. Pero todo el mundo se equivoca. Creo que las personas nobles no son tanto las que no se equivocan nunca (¿existe alguien así?) sino las que tienen la humilidad y la honradez de reconocer sus fallos y pedir perdón. El de ayer fue un gesto honorable del monarca que nos permite volver a ver su grandeza.

Vendrán tiempos difíciles para la monarquía. Soy el primero que considero que una petición de disculpas no puede ser suficiente para subsanar el error del viaje. Pero creo que es un inmejorable primer paso. Y, sinceramente, me alegro de que Don Juan Carlos lo haya dado. Lo escuchado ayer es mucho más que once palabras. Es la imagen de un Jefe del Estado reconociendo sinceramente y de forma sentida que se ha equivocado y pidiendo perdón. No sé si así obtendrá el perdón de la población. Habrá de todo, imagino. Habrá quien, como ya leemos hoy en la prensa, dé por buenas las disculpas y proponga hacer borrón y cuenta nueva. Habrá quien no considere creíbles las palabras del monarca. Yo creo que el Rey ha comenzado a responder a este error como debía. Ha tenido el valor de saber que se ha equivocado y de reconocerlo en público y pedir perdón por ello. Lo primero lo hace casi todo el mundo, pero asumir tu error en público y disculparte por ello sólo está al alcance de  las personas humildes y honradas.

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