Nueva matanza en Siria

El 10 de abril, próximo martes, es el día fijado por la ONU como fecha en la que el régimen sirio habrá de cumplir el plan de pacificación propuesto por Kofi Annan y que, en teoría, ha aceptado Al Asad y compañía. No perderemos la esperanza de que ese día se declare el alto el fuego, pero la cosa no puede pintar peor a dos días de que llegue esa fecha. Ayer el régimen sirio perpetró una nueva matanza, una masacre más que sumar a su lista negra. La oposición denuncia la muerte de 100 personas en el día de ayer. Fue un nuevo día sangriento en el país. Parece que el régimen sirio está intensificando sus ataques a la población civil y a los opositores antes de que llegue la fecha señalada por la ONU para acatar el plan de pacificación. Señala a la perfección el cinismo y la hipocresía del régimen sirio, además de su brutalidad, enorme locura y total falta de humanidad.

Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, recordó ayer al régimen sirio en unas declaraciones que el plan de paz "no es una excusa" para seguir matando, pero parece que eso exactamente lo que está haciendo el régimen sirio. Veremos si cumplen o no lo acordado, pero está claro que si lo hacen no será porque tengan la voluntad sincera de buscar una salida pacífica al conflicto. Quien tiene esa voluntad no desangra todo lo que puede a su pueblo hasta que sean las 0 horas del lunes y se cumpla el plazo. No nos podemos fiar de alguien como Al Asad ni del resto de sanguinarios personajes que están ejecutando su plan de exterminio a la población crítica. Parece evidente que las intenciones de Al Asad no son precisamente tendentes a buscar un diálogo y, desde luego, mucho menos pasan por quitarse de en medio para facilitar una transición a la democracia. El tirano está inmerso en la huida hacia adelante que hemos visto ya muchas veces en gente de su calaña que mata cuanto tenga que matar para seguir en el poder.

Mientras tanto, siguen llegando dramáticas escenas desde Siria. Escenas que hablan de vidas rotas, de muertes sin sentido, de dolor y rabia. Escenas como las del vídeo de los 13 cadáveres encontrados en un barrio de Homs. Desoladoras imágenes que se repiten estos días sin cesar en Siria. La oposición habla de al menos cien muertos en el día de ayer. El Consejo Nacional Sirio, órgano de los opositores a Al Asad, pidió ayer al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se reuniera de forma urgente ante esta situación. "El CNS llama a la comunidad internacional y a los países amigos y hermanos a movilizarse para evitar que el régimen sirio continúe cometiendo atrocidades contra civiles desarmados, mujeres, niños y ancianos", pide la oposición en este desesperado grito de auxilio y esta denuncia del aumento de la represión a dos días de la fecha fijada para el cumplimiento del plan de paz.

En Siria hay un grupo de enviados de la ONU, pero eso parece importar poco al régimen de Al Asad, como poco le importa que el martes tenga que cumplir el plan de pacificación al que se comprometió y poco le importa la vida de sus compatriotas. Hace un par de días escribía aquí que no tenemos que perder la esperanza de que el 10 de abril sea el día en el que se dé un primer paso hacia el final de la pesadilla en Siria. Lo cierto es que, aunque lo sigo pensando, se hace muy complicado esperar algo distinto al baño de sangre al que nos tiene acostumbrados del régimen sirio.

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