Romney consolida su posición tras ganar en el Supermartes

Mitt Romney dio ayer un importante paso hacia la meta de ser el candidato republicano a la Casa Blanca. El conocido como Supermartes, porque ayer votaban 10 Estados y se repartía 437 delegados para la convención republicana de agosto donde se elegirá al candidato del partido para las presidenciales, acabó con la victoria de Romney en seis Estados, uno de ellos Ohio. Este último Estado era el más importante de los que votaban ayer, porque se tiene como el más representativo de todo el país y porque es un Estado clave en las elecciones presidenciales. Allí el triunfo de Romney fue muy ajustado y sacó unos 12.000 votos sólo a su rival, Rick Santorum, que ayer ganó también en algunos Estados y seguirá en la carrera hasta el final. El resto de aspirantes saben, lo sabían antes del Supermartes, que sus opciones son prácticamente inexistentes, pero de momento parece que seguirán luchando, aunque sólo sea para que se escuche su mensaje.

Romney ganó en los Estados de Massachusetts, Vermont, Idaho, Virginia, Alaska y Ohio. Santorum, por su parte, consiguió vencer en Tennessee, Oklahoma y Dakota del Norte. En Georgia la victoria ha sido para Newt Gingrich. El cálculo de los delegados que se maneja actualmente es el siguiente: 386 para Romney y 156 para Santorum. Muy alejados siguen los otros dos rivales. Quedan todavía 35 elecciones, es decir, el día de ayer fue muy importante y Romney tiene una importante ventaja, pero matemáticamente puede pasar todavía cualquier cosa. Es más, tanto los triunfos de ayer como la mínima diferencia en Ohio darán alas y fuerzas a Santorum, convencido de que sigue teniendo opciones. Parece claro que ha logrado conectar con un sector del Partido Republicano, ese ala más conservadora donde se disputaba los apoyos con Gingrich, que en algún momento de las primarias hace no tanto parecía la alternativa conservadora al "moderado" Romney. Si algo está dejando claro este proceso es que el Partido Republicano tiene, al menos, dos almas bien distintas.

¿Qué ha dicho cada uno de los candidatos? Romney aseguró una vez más que él es el mejor preparado para vencer a Obama. En su discurso en Boston también dijo que, cuando sea presidente, recuperará la economía y la creación de empleos. Cargó, como es habitual, contra Obama y, sobre la carrera interna por ser candidato republicano, aseguró que "el 6 de noviembre permanerecemos juntos, no sólo porque habremos ganado las elecciones, sino porque habremos salvado el futuro de todo un país". Newt Gingrich también habló anoche y lo hizo para insuflar ánimos a sus seguidores y afirmar "seguimos vivos". Dobló en apoyos en Georgia al segundo más votado, Romney, lo que valió para defender que siguen teniendo opciones a pesar de "los intentos de las élites" para derrotarles, según dijo ayer el candidato que fue en el pasado portavoz de la Cámara de Representantes. Confirmó que seguirá en la carrera. Ron Paul, el candidato libertario, el verso suelto del Partido Republicano, remarcó ayer que "todos los candidatos dicen más o menos lo mismo, menos uno" (él). En cierto sentido, no le falta razón, pero el discurso de Paul no parece convencer a una gran parte de los votantes y, desde luego, aterra al Partido Republicano.

Rick Santorum, el gran rival de Romney en su aspiración de ser candidato republicano en noviembre, habló en Steubenville para defender que seguirá hasta el final y que, pese a que muchos le daban por acabado en la carrera, ha ganado "contiendas en todo el país, en contra de todo pronóstico". Santorum también centró gran parte de sus ataques en Obama, aunque lanzó más de un dardo a su contrincante republicano, Romney, para intentar remarcar las muchas diferencias que les separan y para presentarse como el candidato más cercano al pueblo y como el más honesto. El problema de Romney es que, a pesar de que es el gran favorito, sigue sin dar el golpe en la mesa que necesita para convencer a todo el Partido Republicano de que es el candidato ideal. Mientras siga viva la disputa entre Santorum y él, el sector conservador del partido seguirá sin fiarse de él y Romney seguirá sin conectar todo lo que necesita con esa parte de su electorado. El artículo de Marc Bassets hoy en La Vanguardia lo explica muy bien: Romney es quien está mejor situado y sus rivales no tienen muchas opciones de disputarle la candidatura, pero las dudas sobre él no se han marchado y sigue teniendo dificultades para asentarse como el indiscutible candidato. La carrera continúa y, mientras tanto, Obama ve cómo las encuestas le dan vencedor frente a cualquiera de sus posibles rivales. El mayor reto del Partido Republicano cuando elija a su candidato para las presidenciales será dejar atrás la imagen de división interna.

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