España va mal

Mariano Rajoy hizo ayer una versión propia de aquel discurso de Aznar en el que el entonces todopoderoso presidente afirmó eso de "España va bien". Ayer Rajoy le dio la vuelta a la frase y dejó claro en el Congreso lo contrario, que España va mal. Cuando llegó al gobierno dijo que el ejecutivo iba a decir la verdad siempre, sin edulcorarla. El presidente aseguró en el Congreso que el paro subirá en 2012. Pintando este escenario catastrofista, que ciertamente se acerca mucho a la realidad, mata dos pájaros de un tiro: justifica las medidas duras y profundas que va a tomar y recuerda, por si a alguien se le había olvidado, que le han dejado una herencia terrible. Lo realmente importante es que las reformas van a ser muy profundas y dolorosas en algún caso y que es cierto que la situación es crítica en lo que se refiere al desempleo. Ayer se celebró el primer pleno desde la sesión de investidura (por cierto, ¿es eso normal?) y, aunque se debía hablar en la primera parte del pleno del Consejo de Europa, todo derivó en un debate sobre la situación económica actual. Últimamente la crisis hace que todas las tertulias o debates políticos vayan sobre lo mismo.

Después del pleno sobre el consejo europeo se celebró la primera sesión de control al gobierno en la que la oposición reprochó las aparentes divisiones internas en el seno del ejecutivo y alguna de sus primeras medidas como el cambio de la ley del aborto. Rubalcaba se estrenó ayer como jefe de la oposición tras ganar el congreso federal del PSOE. No hubo cara a cara entre Rajoy y Rubalcaba porque el formato del debate era distinto y el presidente respondió a todos los portavoces a la vez. En todo caso, se apreció que Rajoy no está dispuesto a dejar de echarle en cara a Rubalcaba lo hecho por el gobierno anterior del que él formaba parte, y que a Rubalcaba no le cuesta mucho lanzar a Rajoy las mismas críticas sobre la confianza que inspira el gobierno que, cuando iban en sentido contrario, eran calificadas de irresponsables. Ayer quedó bastante claro el cambio de papeles. Agradeceríamos a los dos que se olvidaran lo antes posible del pasado y que se pusieran a trabajar en el presente. Si a cada crítica que haga Rubalcaba va a responder el presidente con un "haberlo hecho ustedes o no me dé lecciones, que todos sabemos cómo lo hicieron ustedes", o el líder socialista va a hacer el mismo tipo de oposición que reprochaba a Rajoy, mal vamos.

Rajoy se hartaba de decirle a Zapatero que el gobierno está para gobernar. Muy bien, tenía razón. Pues dedíquese a eso y no a intentar rematar políticamente a la frágil oposición socialista. Y Rubalcaba ha pregonado hasta la extenuación que él hará una oposición útil y constructiva. Que se apliquen el cuento los dos. El primer gran roce puede venir en la Ley de Estabilidad presupuestaria. Rajoy niega que, como dice Rubalcaba, el proyecto del gobierno rompa el pacto constitucional entre los dos grandes partidos. Es gracioso leer hoy la prensa en España, porque según qué diario cojas concluirás que uno un otro ha roto el acuerdo. Lo que tiene este debate de fondo es una cuestión importante, central diría yo. El gobierno quiere cumplir con los objetivos de reducción del déficit a toda costa, mientras que la oposición dice que sólo con ajustes no se va a salir de la crisis. Es más, hay quien cree que si se sigue en esta línea nos dirigimos a una gran recesión (predicción ésta que tampoco es muy difícil de hacer si vemos las previsiones de todos los grandes organismos sobre la economía española en 2012).

Es importante reducir el déficit, pero si caminamos hacia un déficit cero, nos quedaremos sin herramientas para poder estimular la actividad económica cuando vengan graves situaciones de crisis como la actual. Eso es lo que defiende la oposición con bastante lógica. No es meno lógica la argumentación del gobierno: no podemos gastar lo que no tenemos. Habrá que buscar un equilibrio y decidir qué modelo nos parce mejor. Eso sí, todo depende de la Unión Europea, que es la que impone esos compromisos y la que podría abrir la mano. En lo que coincide todo el mundo menos el gobierno es en que el compromiso de déficit para 2012 es imposible de cumplir. El gobierno dice que no está presionando en la UE para que lo cambien, aunque da la sensación de que están esperando que así sea para poder cumplir. Por lo demás, ayer también se habló de la reforma laboral. No porque Rajoy diera pistas sobre cómo será, ya que, fiel a su estilo, no dijo nada relevante, sino porque la oposición le preguntó por ella. La intervención más simpática fue la de un diputado de IU que, sin conocer la reforma que aprobará el gobierno mañana, ya adelantó que su partido se opondrá a ella. Como en aquella frase de Groucho Marx: "todavía no sé qué me va a preguntar, pero me opongo". Muy coherente todo.

Eso sí, el diputado de IU se hace una idea de cómo será la reforma laboral y puede que no ande muy desencaminado. Lo que pasa es que hubiera quedado mejor esperar a conocer el texto, leerlo (o hacer como que lo lees), estudiarlo y, luego ya, oponerte a él. Todo ese trabajo se lo ha ahorrado ya. Simpática fue también la imagen de Rubalcaba con Rosa Díez en la que aparecen sonrientes y echándole él las manos al cuello en gesto de broma. "Me estaba explicando cómo se gana un congreso", siguió con la broma luego la diputada de UPyD. Qué recuerdos. No está mal que entre tan gris realidad haya momentos para la risa. Aunque sean pocos. Otro asunto del que se habló ayer fue la aprobación de los presupuestos. Rubalcaba le pidió a Rajoy que los aprobara antes de las elecciones andaluzas y el presidente le contestó que no los pueden aprobar en menos tiempo. Uno parecía decir, no escondas las cartas y el otro responder, que te lo has creído. Pidió tiempo Rajoy para cosechar los resultados de sus reformas. Normal. Es verdad que en la actual situación en España lo que menos nos sobra, junto al dinero, es el tiempo. Pero no hay varitas mágicas.

Para acabar con algo gracioso también, el líder de la oposición le echó en cara a Rajoy su pillada en el consejo europeo, aquella conversación privada en la que contaba que la reforma laboral le va a costar una huelga que captó un micrófono indiscreto. Rajoy le dijo que al PSOE también le hicieron una huelga general hace bien poco por el mismo motivo (por una reforma laboral, no por un micrófono iondiscreto) y que él no iba a ser mejor que Zapatero. Fue una de esas respuestas tan suyas a las que nadie puede negar que tienen chispa y cierto ingenio. Rajoy le respondió también que cuando a Rubalcaba le fotografían sin su consentimiento en el Congreso, como sucedió hace unos meses, no utiliza esas imágenes contra él. Y luego, como si España no tuviera mayores problemas, Rubalcaba propuso a Rajoy una regla: no utilizar las conversaciones captadas por micrófonos abiertos ni textos de los móviles, "pero a partir de hoy". Cómo se lo pasan. Son como niños.

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