Cierre de Público

La crisis está apretando fuerte a tdos los sectores y absolutamente a todo el mundo (o casi, porque siempre hay quien hace más dinero aún en periodos de turbulencias económicas), pero el periodismo está en el podio de sectores más afectados por la situación económica actual. A la crisis se une el periodo de dudas e incertidumbres que trae Internet. Se sigue buscando un nuevo modelo sostenible y ése no puede ser, por mucho que duela, el del gratis total. El caso es que ayer acabó la crónica de una muerte anunciada. El diario Público, que nació hace poco más de cuatro años, echa el cierre a su edición en papel. La desaparición de un medio de comunicación es siempre una terrible noticia para una sociedad democrática, porque la hace una sociedad menos plural y, por lo tanto, más débil. Esta entrada no será un comentario sobre el papel de Público o su línea editorial, al menos no fundamentalmente, porque creo que el fondo de la cuestión no es ése sino la necesidad de la prensa en toda sociedad avanzada y democrática.

La empresa entró en concurso de acreedores y buscó nuevos inversores por todos lados, pero no los encontró y ha tenido que echar el cierre al periódico. En un comunicado la empresa editora anunciaba que la última edición impresa del diario sería la de mañana domingo, pero los trabajadores de Público decidieron ayer que no volverá a salir a la calle y que la última fue la de ayer, viernes. Hoy, por lo tanto, cuando vayamos al quiosco habrá un periódico menos y no será sólo un conjunto de papeles con texto y fotos menos. Será un trocito de pluralismo y de crítica menos. Ese hueco que dejarán los periódicos de Público en el quiosco significarán mucho y todo malo para esta sociedad. Sobre la línea editorial de Público y su marcada ideología no tengo gran cosa de decir. No creo que sea una cuestión sustancial en estos momentos. Público optó desde el primer momento por orientarse a la izquierda y defender una postura progresista que, ciertamente, no resultaba fácil de encontrar antes de su aparición en la prensa española a nivel nacional y que, por lo tanto, desaparecerá con él. Sobre todo en algunos aspectos concretos como el modelo de Estado, donde Público defendió claramente la república.

Ahora se anuncia que seguriá su edición digital, que cuenta con más de 5,5 millones de usuarios únicos y es la cuarta web de información general en español. Veremos en qué condiciones quedan los trabajadores, aunque nadie podrá evitar que muchos vayan a la calle. El periodismo, como digo, es uno de los sectores más afectados por la crisis sólo por detrás del de la construcción. Es una terrible noticia, pero no sólo para los que están en este mundillo, sino para toda la sociedad. El periodismo libre y plural ayuda a que la sociedad sea mejor, más crítica, esté más informada y encuentre más vías para conocer lo que sucede en el mundo. El periodismo ha ejercido siempre, y ése es su gran valor, un servicio público no siempre suficientemente valorado por todos. No es una cuestión de que esta empresa, como tantas otras, pase por malos momentos económicos. El cierre de un medio de comunicación significa los mismos dramas personales de los trabajadores que se quedan en el paro en otros sectores, por supuesto, pero también son un síntoma de debilidad de la sociedad.

Asistir a la desaparición de un periódico es ver cómo la sociedad es un poco más frágil. Aunque es verdad que hoy en día con Internet es más difícil que se apague una voz crítica o distinta a la mayoritaria por el cierre de la edición impresa de un periódico, es cierto que no encontrar Público en las calles hoy es un paso atrás, uno más, para el periodismo y para la propia sociedad española. Es una mala noticia para los trabajadores de Público y para sus lectores, pero también para todos, incluso los que nunca jamás hayan leído este periódico y piensen que era un mal diario demasiado parcial y escorado a la izquierda. Hasta los más alejados ideológicamente a un medio deben lamentar su desaparición, porque supone perder pluralismo. La crisis pasará, y la del periodismo supongo que también, pero es importante saber que la prensa libre y plural es muy necesaria en una democracia, cada día lo es más. Por eso el adiós de Público nos entristece a todos. Ánimo a todos los trabajadores del diario y que les leamos por ahí, donde sea, ejerciendo este bello e imprescindible oficio. ¡Suerte!

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