En España este año comienza como acabó el anterior, es decir, con anuncios de más recortes por parte del gobierno. El tándem De Guindos-Montoro promete más de un choque en esta legislatura. Ayer el primero habló en la Cadena Ser y, poco después, en un acto habló el segundo de las nuevas medidas que se tomarán este jueves. Para terminar de rematar la faena, el ministro de Interior aclaró por la tarde que el déficit del 2011 será del 8,2%. Total, tres ministros hablando del mismo tema y no diciendo lo mismo. Quien pensara que con Rajoy se acabarían las contradicciones entre los ministros y que el nuevo ejecutivo sería una piña y tendría un mensaje común puede empezar a ponerlo en cuestión, por lo que pueda pasar. Mientras De Guindos y Montoro no se enzarcen en una batalla por demostrar quién manda más podremos darnos con un canto en los dientes. Pero, como el título indica, esta entrada no se dedicará a España sino a cómo se presenta la actualidad informativa de este comienzo de año en el mundo.
Son muchas las noticas, muchos los puntos informativos que habrá que seguir de cerca. Hoy me quedaré con alguno de ellos. En Estados Unidos hoy comienza el proceso de primarias y caucus como el de hoy en Iowa con el que el Partido Republicano comenzará a elegir al rival de Obama en las presidenciales de noviembre. Cada cuatro años los periodistas nos explican el sistema electoral de Estados Unidos y, aunque no cambia de elecciones en elecciones, hacen bien porque no nos termina de quedar claro. Es muy diferente al español. Allí no hay dedazos de altos cargos del partido para elegir al candidato y todo se dedice a través de un proceso abierto y democrático. Cierto es que allí hacen falta ingentes cantidades de dinero para sostener una campaña electoral. Hay siete candidatos y son, ciertamente, muy diferentes entre sí. El favorito es Mitt Romney, quizás uno de los más moderados. Michele Bachmann, Ron Paul o Rick Perry representan a la parte más conservadora del partido. Habrá que ver el peso real del Tea Party en este proceso de primarias. El candidato más moderado de todos es Jon Hunstman, pero esa moderación es precisamente la que resta muchas opciones.
Cada cuatro años me fascina acercarme al proceso electoral de Estados Unidos a través de los análisis y de las noticias de prensa. Es realmente interesante, como todos los procesos elecotorales lo son, pero se añade a ese interés innato el hecho de que en estos comicios se elige al hombre más poderoso de la Tierra y también que es un sistema diferente al español. Dicen los expertos que Romney, además del favorito, es el que más opciones tendría de hacer frente a Obama en unas elecciones. El presidente es el único candidato del Partido Demócrata a la presidencia. Su valoración a lo largo de este primer mandato ha ido bajando progresivamente. A él también le ha dañado la crisis económica, que ha llevado al país a tasas de paro más elevadas que de costumbre. La muerte de Bin Laden le supuso un aumento de apoyo popular, pero no duró mucho. Si una palabra puede definir la sensación general en Estados Unidos tras estos cuatro años de Obama es decepción. Había muchas expectativas creadas (que se lo pregunten si no al jurado de los Nobel de la Paz) y no parece que se hayan cumplido.
A partir de hoy comenzará este emocionante proceso. El caucus de Iowa no es tan decisivo como parece. Es cierto que, por su tradición es muy tenido en cuenta, y también aquello de quien da primero, da dos veces. Como se suele decir en las primeras etapas de montaña de las carreras ciclistas, probablemente servirá para ver quién no será candidato. Un triunfo allí no garantiza nada, pero una derrota especialmente seria sí puede provocar incluso la retirada de alguna candidatura. No sabremos tras el caucus de Iowa quién será el candidato, pero probablemente sí quién o quiénes no lo serán o están muy lejos de poder llegar a serlo. La actuación política del Partido Republicano durante estos últimos cuatro años ha sido poco responsable. Guiados quizás por la presión el movimiento ultraconservador del Tea Party llegó un momento en el que toda la política de oposición pasaba por una directriz clara: no conceder ningún acuerdo a Obama, no ceder más de lo estrictamente necesario. Así, el país estuvo incluso al borde de la suspensión de pagos. Se ha buscado debilitar al presidente aún a costa de dejar a Estados Unidos en mal lugar.
Este 2012 comienza también con una gran amenaza: la de Irán. El régimen iraní no ha querido esperar mucho de este nuevo año para decir que allí están ellos, empeñados en desarrollar su programa nuclear y haciendo pruebas que demuestran dos cosas: que están cerca de lograrlo y que serán una amenaza real este año. Irán preocupa mucho a la comunidad internacional y no es para menos. El desequilibrio mental de sus líderes parece evidente y sus intenciones no son las mejores. Lo que sería deseable, con todo lo difícil que resultará sin duda, es que se lograra entablar negociaciones y que la diplomacia fuera, esta vez sí, eficaz. Hay que intentar evitar una guerra o situaciones tan conflictivas y tensas que pongan al mundo al borde de una contienda. La actitud del régimen iraní no puede ser más desafiante, provocadora e insensata, pero habrá que hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para calmar los ánimos. Israel mira con temor el desarrollo de este programa y su principal aliado mundial, Estados Unidos, también. El de Irán volverá a ser un reto este año, como viene siendo habitual.
Por último, en 2012 la primavera árabe afrontará una nueva fase en muchos países. Aquellos en los que ya se logró la marcha de los dictadores en 2011, ahora toca encauzar convenientemente el proceso de transición. La dictadura debe ser sustituida por un régimen democrático de derechos y libertades. El avance del islamismo radical y la aplicación dela sharia no sería otra cosa que un sucedáneo de las tiranías contra las que tanto han luchado. En otros países, como Siria, no están en ese punto, pues todavía padecen a regímenes totalitarios y combaten contra ellos. Damasco aceptó la entrada de observadores internacionales que están recorriendo el país para constatar si se cumple o no el acuerdo de paz que el país firmó con la Liga Árabe. La oposición sigue denunciando a diario muertes por la represión de las autoridades y se han sembrado dudas razonables sobre los observadores internaciones, sobre su actividad en Siria y hasta sobre el pasado el que está al frente de la misión. Si el 2011 fue el año de la explosión revolucionaria, el 2012 debe ser el de la consolidación democrática en esos países.
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