La recesión que viene

Mariano Rajoy, muy dado a expresiones del tipo "como Dios manda" o "al pan, pan y al vino, vino" quiso explicar con esta segunda frase que su gobierno iba a decir siempre la verdad por dolorosa que fuera. Luis De Guindos, ministro de Economía y Competitividad, empezó ayer a practicar esta premisa, aunque obvió llamar a la recesión, recesión. El nuevo ministro anunció que en el último trimestre del año el crecimiento de España será negativo y que sucederá lo mismo en el próximo. Dos trimestres con crecimiento negativo suponen recesión, pero De Guindos evitó ayer esta palabra. De todos modos, su discurso fue serio y, aunque es verdad que evitó hablar de recesión, sí dejó claro que vienen tiempos muy duros y, en esencia, la dureza de sus palabras no hubiera sido mucho mayor si hubiera incluido la palabra recesión en su comparecencia.

De las pocas cosas concretas que dijo Rajoy en su discurso de investidura está su intención de recortar 16.500 millones de euros en gastos. Tanto dinero no se recorta haciendo que los papeles en los ministerios se impriman en blanco y negro y a doble cara. Es lógico pensar que, tal y como anunció ayer De Guindos, las reformas que se avecinan serán "amplias y profundas". No falta quien ve en las negras previsiones de De Guindos una estrategia para buscar mayor comprensión y menor rechazo a las reformas. Cuando se anuncia que todo está mal y que irá peor en el futuro, es menor razonable oponerse frontalmente a hacer esfuerzos o sacrificios comunes para intentar cambiar la situación. Es una estrategia clásica pero, sinceramente, no creo que De Guindos anunciara ayer el decrecimiento de la economía española con esta finalidad. No sería precisamente un buen comienzo como ministro manejar las cifras a su antojo y utilizarlas para sacar ventaja de ellas. Si el nuevo ministro dijo, o dejó caer, que España caerá en recesión, es porque está convencido de que así será. Y no hay a día de hoy nadie más informado de la situación real de la economía española que el señor De Guindos.

Entre un o,2% y un 0,3% decrecerá la economía de nuestro país en el último trimestre del año. El paro sobrepasará los cinco millones. Las palabras del ministro no difieren de lo previsto por muchas instituciones y entidades, pero cobran especial importancia por venir de quién vienen y en el momento en el que vienen. De Guindos acaba de convertirse en ministro de Economía y su primera labor ha sido constatar que, en efecto, la cosa está realmente mal. Todos sabíamos que vendrán tiempos duros, pero si Esaña entra en una recesión no hace falta ser un lince para caer en la cuenta de que el adjetivo duro puede incluso quedarse corto. Si para crear empleo necesitamos crecer y no nos vale con hacerlo unas pocas décimas y en lugar de eso encadenamos dos trimestres de crecimiento negativo, está cantado que el comienzo del 2012 será delicadísimo para el mercado laboral. No hemos tocado techo en la cifra del paro.

De Guindos no dudó en exponer claramente lo muy complicado que será el futuro, pero destacó que estos obstáculos serán un acicate para el labor del gobierno. El ministro dijo que la reestructuración del sector financiero es vital ya que se necesita con urgencia que el crédito llegue a los sectores productivos. De las primeras palabras de De Guindos como ministro me quedó con su sinceridad a la hora de exponer cómo está la situación económica y también con su educación y respeto hacia sus antecesores en Economía. De ellos dijo que son magníficos profesionales, algunos amigos suyos, que han vivido una época muy complicada. Está claro que Rajoy y Montoro no escucharon mucho a De Guindos estos últimos años cuando echaban en cara una y otra vez a Zapatero y Salgado la mala marcha de la economía y les presentaban como unos totales incompetentes.

Europa debe ser también otra prioridad para el ministro de Economía. De Guindos dijo ayer que la UE se juega mucho en los últimos meses y que España deberá jugar un papel central en el proceso de toma de decisiones y de implementación de las reformas. De Guindos también habló del ministerio de Hacienda, al frente del cual está Cristóbal Montoro, para decir que desde Economía y Competitividad se apoyará su tarea de reducir el déficit, y también destacó la importancia de la labor de Fátima Báñez en Empleo. El resumen de las palabras de De Guindos es bien sencillo: "vienen tiempos duros". España volverá a entrar en recesión y el paro seguirá subiendo. Ya sabemos lo que tenemos que pedir todos al nuevo año.

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