Convención nacional del PP

Hoy concluye en Málaga la Convención nacional del PP. Se trata de uno de los actos más importantes del partido antes de la campaña electoral. El PP ha puesto toda la carne en el asador y ha tirado del ex presidente José María Aznar, debe de ser por aquello de que ya estamos acostumbrados a que sea él quien meta asuntos como la lucha contra el terrorismo en la confrontación política, y de todos los presidentes autónomicos y líderes regionales del partido. El último discurso será el del candidato a la presidenca, Mariano Rajoy. Lo de estos dos últimos días en Málaga ha sido algo así como una demostración de cariño al líder popular. El PP derrocha confianza en llegar al gobierno el 20 de noviembre. Las encuestas apuntan a ello.

Lo cierto es que, salvo las palabras gruesas de Aznar, poco se puede sacar en claro de esta convención, al menos a espera de la intervención de Rajoy. Pocos titulares. Una de las pocas propuestas presentadas ayer por el PP salió del discurso de Federico Trillo y tiene que ver con un cambio en la penas a los delincuentes con delitos especialmente graves. El portavoz de justicia del PP anunció que su partido quiere introducir en España la cadena perpetua revisable. Trillo aseguró que esta medida existe en todos los países de Europa menos dos, uno de ellos, España. Eso y una propuesta, sensata por otro lado, que lanzó González Pons para proteger a las personas mayores de las dificultades en el trato tecnológico con grandes compañías, es todo lo que sabemos de las ideas que tiene el PP. Es de esperar que Rajoy anticipe algo más en el día de hoy.

Sobre lo declarado por Aznar en relación a la lucha contra ETA, nuevamente el expresidente deja la sensación de que se podía haber quedado calladito. Desde el PSOE las reacciones a sus palabras no se hicieron esperar. Fueron tildadas de irresponsables, entre otras muchas cosas. Ciertamente lo son. Una persona que ha sido presidente del gobierno no debería jamás caer tan bajo y meter, otra vez, la lucha contra el terrorismo en la campaña electoral. ¿Dónde está la altura de miras, el sentido de Estado y la responsabilidad que parecía tener Aznar en algún momento de su carrera política, o que algunos al menos creyeron ver en él? ¿Considera Aznar que actuar de este modo le dará votos al PP? ¿Está Rajoy de acuerdo con este giro en la política del PP en esta precampaña?

Definitivamente los expresidentes, que deberían aportar su sabiduría y experiencia, que deberían servir para sumar y no para restar, llevan a cabo un papel más que dudoso y bastante sectario. Es muy feo meter la lucha contra ETA en campaña. Es feo y torpe, pues si hace poco se acusaba desde las filas del PP al PSOE por hacerle la campaña a Bidlu, algo así está haciendo Aznar con este discurso. Está dando minutos de televisión gratis a los proetarras. Sinceramente, creo que se podría esperar algo más de los expresidentes. En Estados Unidos, por ejemplo, cumplen alguna que otra función especial siempre al servicio del país, o eso parece al menos. Aquí sólo miran por los intereses de su partido y no saben ver más allá de lo que será bueno para su formación. Analizarlo todo desde ese prisma es justo lo que no debería esperarse de un expresidente del gobierno. Aznar no ha dudado en criticar en el extranjero la política del gobierno español y en sembrar dudas sobre la solvencia económica de nuestro país. El expresidente se ha soltado la melena y piensa en cualquier cosa antes que en lo que será bueno para España. Desde luego, así sirve de poca ayuda al interés general.

Soy de los que piensa que Aznar le hace un flaco favor al PP con este tipo de intervenciones. Es verdad que el expresidente sigue teniendo su público, pero si el PP quiere dar una imagen de partido moderado, Aznar no contribuye precisamente a que nos hagamos esa idea. El expresidente sigue siendo el sector duro, el más escorado a la derecha del partido. Rajoy debe elegir si sigue las instrucciones de quien le designó como sucesor hace ya bastantes años, o si quiere que el PP no sea percibido como un partido radical, o al menos muy duro en ciertas cuestiones al que no le importa meter la lucha contra el terrorismo en la campaña por si eso les da un puñado de votos.

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