Acampada en Sol

No sé en qué acabará el movimiento "Democracia Real Ya", tampoco sé cuáles son los efectos que puede provocar en la política o la sociedad española. Pero algo está claro, faltan cinco días para las elecciones y la cita con las urnas no es la noticia del día, no es de lo que se habla en todos los medios de comunicación. Para nada. De lo que todo el mundo habla hoy es del movimiento social de los indignados, de los descontentos con el modelo político, económico y social que existe en nuestro país. Anoche se repitieron las manifestaciones en toda España y también la acampada en la Puerta del Sol. Miles de personas siguen en ese punto emblemático a estas horas y no tienen intención de marcharse de allí. De momento, la Policía no ha intervenido. Un rápido vistazo a las ediciones digitales de los periódicos muestran hasta qué punto este movimiento contra la forma de hacer política está comiendo terreno y espacio informativo a la campaña electoral. Tal es así que los políticos están intentando reaccionar ante este inesperado movimiento social. Algunos buscan indentificarse con los protagonistas de estos actos de protesta, como sucede con Tomás Gómez, y otros desprecian a los que están protestando contra la clase política, como el líder del PP Mariano Rajoy. A unos y otros, este movimiento les ha pillado con el pie cambiado y demasiado pendientes de sus cosas, de las elecciones.

Sobre la respuesta que están dando los políticos a este movimiento, creo que ninguna termina de ser acertada. Hay quien dice que también desea una rebelión, pero que la forma de llevarla a cabo son las elecciones. Tomás Gómez, candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, es quien ha defendido este argumento. Quién sabe, quizás piensa que es a su partido a quien más le puede perjudicar este movimiento social. Mariano Rajoy ha dicho que lo más fácil es criticar a los políticos. No hace falta que lo jure. Con la corrupción siendo noticia un día y otro también y con una clase política que no logra ponerse de acuerdo en nada para el bien de los españoles es muy fácil, en efecto, criticar a los políticos. Cayo Lara interpreta esta corriente como una crítica al bipartidismo, y en parte es así, por lo que su formación política, IU, podría salir beneficiada de ella. En todo caso, a los políticos a los que ha pillado de sorpresa este movimiento cabría preguntarles ¿qué esperaban? Con más de un 40% de paro juvenil, con cifras de desempleo en todas las edades que nunca antes se habían conocido y con la clase política como tercer problema para los españoles según el CIS, ¿acaso no era más o menos previsible que algunas personas dijeran basta?

En relación al modo en el que se interpreta este movimiento en la prensa y en la sociedad, hay dos posturas radicalmente opuestas. Por un lado, están los que desprecian esta corriente social y la tildan de "movimiento antisistema". Estos son los que resaltan por encima de otras cosas los altercados en las manifestaciones. Por otro lado, tenemos a los que muestran una enorme fascinación por "Democracia Real Ya" y creen que esto puede ser un mayo del 2011 en Madrid, una primavera para la política española, una revolución pacífica llevada a cabo por jóvenes que están hartos de la situación actual y que no se resignan a tener un futuro gris. Como de costumbre, no suele haber término medio. A los que opinan que éste es un movimiento antisistema como otros y que no tiene real importancia, habría que decirles que, por lo general, las protestas están siendo pacíficas y que son ellos los mismos que pedían que los jóvenes se rebelaran contra la crisis que padecemos todos. A los que ven en esta corriente una revolución histórica, les diría que es muy pronto para afirmar tal cosa. En todo caso, lo que es un hecho es que todos, al menos yo como joven sí, preferimos una juventud que se reúne para pedir un futuro mejor y una política más justa que ver botellones masivos.

Son muchos los lemas de "Democracia Real Ya". Todos tienen en común que reflejan el malestar de los jóvenes, y de algunas personas no tan jóvenes que se han unido a este movimiento de protesta, ante la clase política. Así, se hacen alusiones a la corrupción o al bipartidismo. Por cierto, regresando a las reacciones políticas, sinceramente esperaba algo más de Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien tengo por persona sensate e inteligente, al decir que hay dos opciones en las elecciones: votar a los amigos o votar a los adversarios. Tal cual. Por mucho que estemos en campaña electoral, este tipo de argumentos tan pobres no deberían ser empleados por quien quiere ser presidente del gobierno de España y es vicepresidente actualmente. En fin, precisamente lo que quieren los que protestan en Sol es que no haya dos opciones y que el bipartidismo no sea una realidad en España. Es cierto, y esto deben reconocerlo los manifestantes, que en muchos de los países más desarrollados del mundo hay un sistema bipartidista que funciona bien. Dicho esto, yo soy de los que piensan que cada vez es más importate que haya terceros partidos fuertes en España para intentar, por ejemplo, cambiar la injusta Ley Electoral.

15.518 personas han firmado hasta ahora el manifiesto de Democracia Real Ya. En él se dice que son personas normales que no están ligadas a ninguna opción política concreta y que sólo buscan cambiar las cosas. Creen que es posible que algo cambie con la unión de personas descontentas con el modo en que funciona la política en nuestro país. Internet es, como dije ayer, un aliado esencial de este movimiento. No es el primer caso, ni mucho menos, en que la Red es utilizada para convocar actos de protestar y hacerse eco de reinvindicaciones, pero puede que esta vez podamos hablar de un antes y un después de la utilización de Internet en España para este tipo de fines. En la web de Democracia Real Ya se informa de todos los actos que se han llevado y se van a llevar a cabo. Están presentes en las redes sociales y siguen siendo algunos de los términos más comentados en redes como Twitter. La difusión del mensaje a través de Internet es otra de las claves de este movimiento que pocos vieron venir y que, desde luego, menos aún saben cuál será su futuro más inmediato. Habrá que seguir muy de cerca los movimientos que se dan a partir de ahora entre los miembros de esta corriente social y qué sucede tras las elecciones del 22 de mayo.

Como decía al comenzar esta entrada, uno de los logros de "Democracia Real Ya" es que ha quitado de las portadas de muchos medios de comunicación la campaña electoral. Es lo nunca visto: un movimiento de protesta contra la política, o más bien contra la forma de hacer política, quita espacio informativo a la campaña electoral. Es más, los políticos se ven obligados a hablar de ello. No nos engañemos, esta situación se debe también a que de lo que de verdad se habla hoy en España no es de la último propuesta del PP o del PSOE, sino de los actos de protesta en diversas ciudades de España y, en especial, de la acampada en Sol. Quienes han estado en la Puerta del Sol sienten que están siendo partícipes de algo grande. Muchas son las preguntas que surgen sobre este movimiento, muchas las incógnitas en torno a él. Lo que es una certeza es que los jóvenes, al menos una parte de los jóvenes, no están dispuestos a quedarse con los brazos cruzados a mirar cómo van a cobrar 600 euros si es que encuentran un trabajo algún día. No se conforman, no se resignan. Los jóvenes creen que pueden cambiar el mundo, es algo que todos los que han sido jóvenes alguna vez han creído. Quizás esta situación actual requiere más que nunca de ese idealismo.

Desde mi punto de vista será fundamental para la supervivencia de este movimiento que se mantengan los principios pacíficos en los actos de protesta. Está demostrado que si hay algún altercado los titulares serán para estos incidentes y no para el mensaje de fondo de las manifestaciones. Además, si algo atrae de "Democracia Real Ya" es que no está ligada a ningún partido. Esto debe seguir siendo así, que personas de todas las ideologías puedan unirse en base al descontento que comparten con el modo en que está marchando la política en España. Es un grupo heterogéneo y sin una estructura clara. Está por ver cuáles son los siguientes pasos que se dan, ya que para mi sería una sorpresa que este movimiento se fuera de forma tan rápida como apareció. Más bien creo que ha llegado para quedarse y que tendrá que ser escuchado. Otra cosa es que se vayan a lograr cambios reales en el funcionamiento de la política. Lo que está claro es que sólo está perdido aquello que no se intenta. Nos puede parecer mejor o peor este movimiento, pero hemos de reconocer que estas personas no se limitan a decir aquello de "que mal está el país, hay que ver qué mal está todo", sino que se mueven y organizan para intentar cambiarlo.

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