Y Cibeles volvió a sonreír




He de confesar que me está empezando a gustar el fútbol más de lo que gustaba. Espectáculos como el de ayer son de los que hacen afición. Quizás no fue un gran partido de fútbol, en el sentido de que no se vieron muchos goles (sólo uno) y quizás no un fútbol exquisito, pero la intensidad y la emoción del partido de ayer suplen todo lo anterior y hacen de esta final uno de los choques más interesantes que se recuerdan en una final de Copa del Rey. El Real Madrid vuelve a la senda del triunfo. Hubo que llegar a la prórroga, pero Cristiano Ronaldo a pase de Di María logró marcar para darle el esperado trofeo a su equipo. Fue un choque vibrante entre los dos mejores equipos de España y entre dos de los mejores equipos de Europa. Mourinho fue ayer uno de los héroes del madridismo. El entrenador portugués está más que acostumbrado a ganar, pero no por ello tiene menos mérito, más bien al contrario, que el primer año que llega al Real Madrid consiga un triunfo tan excelente como éste de la Copa. La decepción se la llevó el barcelonismo, cuyo equipo estuvo muy cerca de marcar en varias ocasiones durante la segunda parte del tiempo reglamentario. El Barça dominó, pero no pudo materializar las oportunidades y eso terminó pagándolo.



El ambiente que algunos afortunados pudieron vivir en Mestalla, y que el resto seguimos por televisión, fue magnífico. Las aficiones de Madrid y Barcelona lo dieron todo. Un mosaico de los barcelonistas y una gran pancarta de los blancos llenaron de color las gradas del estadio. Lleno total en Mestalla para seguir un partido que es, qué duda cabe, el mejor que hoy en día se puede seguir en España. De siempre la final de Copa es el partido más bonito del año, porque es la fiesta del fútbol español. En este caso, además, fueron Real Madrid y Barcelona los que protagonizaron el duelo. Si un partido entre estos dos equipos es ya de por sí muy esperado, qué decir de unan final en la que los dos se están jugando un título. Lo mejor de todo es que las dos aficiones se comportaron como se esperaba de ellas, es decir, no hubo ningún altercado serio entre ellas y lo de ayer fue lo que tiene que ser siempre el fútbol y el deporte en general: un espectáculo, una auténtica fiesta. Celebrar la victoria o lamentar la derrota, pero ambas cosas hacerlas con deportividad y buen hacer, con saber estar. Un diez para las aficiones de Madrid y de Barcelona porque consiguieron que en la grada no hubiera ningún probema de importancia. Las dos hinchadas estuvieron a la altura del partido.



Una vez comenzado el encuentro, parecía claro que los jugadores del Madrid y del Barcelona no iban a dejar a Alberto Undiano Mallenco tener un partido más o menos tranquilo. Cada jugada era protestada por ambos equipos como si les fuera la vida en ello. No fue sencillo arbitrar ayer, y es por ello que creo que el colegiado del encuentro no hizo un mal papel. Lo más destacado de sua ctuación fue que no se dio ninguna jugada polémica que hubiera podido cambiar el curso del partido. Es muy sencillo criticar al árbitro, tan sencillo como difícil tiene que ser el juez de una final tan intensa como ésta. Los jugadores no se lo pusieron nada fácil al colegiado. La primera parte del partido estuvo más del lado de los blancos y, aunque el balón seguía estando generalmente en los pies de los jugadores del Barcelona, una vez más el peligro lo llevaba el Real Madrid. A punto estuvo de marcar Pepe en un remate que se fue al palo cerca del final de la primera parte. El dominio de los primeros 45 minutos fue para el conjunto de Mourinho, que hizo un desgaste físico que se dejaría notar en la segunda parte. Se llegó al descanso con las espadas en todo lo alto y sin goles. No se había visto grandes ocasiones, pero sí alguna que otra. La tensión era máxima.



Comenzó la segunda parte y lo hizo con un cambio total de decoración. El Barcelona, ahora sí, controlaba de forma absoluta el balón. El partio se acercaba cada minuto más al guión esperado: un Barcelona dominando y un Madrid esperando atrás para salir a la contra. En la segunda parte el Madrid no logró hacer muchas jugadas de ataque y resistió de forma numantina ante los arreones del Barcelona. El equipo catalán marcó un gol que fue bien anulado por fuera de juego. Estaba muy cerca el gol del equipo culé, pero éste nunca llegó. El Madrid se aproximó a la portería de Pinto justo cuando se estaba acabando el tiempo reglamentario, y lo hizo con una gran oportunidad de Di Maria que pudo dar la Copa a los blancos antes de llegar a la prórroga. El árbitro señaló el final de la segunda parte. Los primeros 90 minutos de partido acababan con un empate a cero. El Madrid estaba agotado fisícamente, mientras que el Barcelona lamentaba no haber sido capaz de materializar su dominio durante la segunda parte del encuentro. Total, que nos íbamos a la prórroga para alegría de las televisiones que sabían que este tiempo extra daría aún más audiencia al partido. Parecía que el Barça llegaba más fuerte a la prórroga, pero la última oportunidad del Madrid le había dado alas.



Los dos equipos sacaron fuerzas de donde no las había para ir definitivamente a por la Copa del Rey. El Madrid estaba mejor que durante toda la segunda parte del partido. Una jugada de Di María por banda izquierda trajo el gol del Madrid, el gol que daría el título a los blancos y haría que Ronaldo igualara a Messi como máximo goleador de esta competición. Cristiano Ronaldo remató de cabeza y el balón se fue al fondo de la red. El Madris se ponía por delante para gozo de sus aficionados. Se llegó a la segunda parte de la prórroga con un Barcelona lanzado al ataque para intentar al menos forzar los penaltis. El equipo de Guardiola lo intentó, pero no lo consiguió. El gol de Ronaldo era definitvo y daba la Copa del Rey al Madrid después de muchos años sin conseguir el triunfo en este campeonato. El árbitro pitó el final del partido y de desató la euforia típica en estos casos cuando se gana un título. Caras tristes entre los jugadores barcelonistas, con mención especial a la decepción que no podía disimular el rostro de Leo Messi. Estos jugadores están demasiado bien acostumbrados y todo lo que no sea ganar les supone un gran fracaso. Para el Madrid es muy importante el triunfo y como tal lo celebraron todos en el césped de Mestalla animados por su afición.



11.463.000 personas con un share de 60,4% tuvo el tiempo reglamentario del partido entre Madrid y Barcelona de ayer en La 1 de TVE. La prórroga rompió audímetros y dejó una audiencia de 12.710.000 espectadores y un share de 65,5%. Éxito total de audiencia como era de esperar. El partido logró tener pegados al televisor a millones de espectadores. Era lo esperable. El partido más bonito del año se convierte también en el más seguido. Por cierto, hablando de medios de comunicación, quiero destacar la brillante naracción del encuentro que se hizo en Onda Cero. El narrador de los partidos del Barcelona, Alfredo Martínez, y el de los partidos del Madrid, Alejandro Romero, dieron todo un recital. Además el equipo de deportes de esta cadena, encabezado por el gran Javier Ares, contó con un gran despliegueen Valencia para radiar todo lo que pasaba en Mestalla desde una hora y media antes de que comenzara el partido. Con sus más destacados comentaristas y con un amplio equipo de profesionales, es muy destacable la retransmisión que hizo de la final esta emisora de radio que, como ya habrán comprobado, es la que escucho para seguir los eventos deportivos. Soy de los que siempre sigue el fútbol a través de la radio. El fútbol, escuchado en voces como éstas, es todo un espectáculo.


Acabo con el partido. Ayer en sala de prensa el entrenador del Barcelona dijo algo que está más que claro. En primer lugar demostró una vez más que es un señor y felicitó al Madrid. Pero a lo que voy es a unas palabras de Guardiola que son acertadas y demuestran claramente lo que es el deporte. Dijo que quien gana tiene siempre más la razón que quien pierde. Fue preguntado por su era un alivio perder siendo fiel a su estilo y dijo esto que es una verdad como un templo. Puede que no tenga que ser así, pero es así: lo que queda es quién ha ganado el torneo, no cómo se ha jugado para conseguirlo. En este sentido, las muchas críticas que recibió Mourinho en el partido de Liga se volverán ahora en elogios, porque lo que más importa es el resultado final y lo cierto es que este técnico ha traído al equipo un cambio de mentalidad y, en palabras de Florentio Pérez, un salto de calidad al equipo. Enhorabuena al Real Madrid que siemore fue grande y que hoy lo es un poco más. Felicidades.

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