Revueltas en el mundo árabe

Túnez abrió el camino a las revueltas en el mundo islámico y desde entonces no paramos de recibir noticias de países en los que la población intenta cambiar las cosas y derrocar a sus presidentes como ya ocurrió en aquel país y también en Egipto. Ahora es el turno de Bahréin, donde el gobierno no se ha andado con chiquitas y ha sacado los tanques a la calle para sofocar las protestas ciudadanas, y también de Libia y de Yemen. En estos tres países parece estar ahora centrada la atención en lo relativo a esta ola de protestas que ya han acabado con dos regímenes autoritarios (el de Ben Ali en Túnez y el de Hosni Mubarak en Egipto). Es un proceso de cambios que está recorriendo todo el mundo árabe y que está llenando de protestas y revueltas distintos países en los que su población busca libertad, así como acabar con la corrupción y prosperar económicamente. Un país como Bahréin, donde se celebran grandes eventos deportivos y que tiene muchos recursos económicos, tampoco se libra de esta ola de protestas y es que la riqueza no llega a los ciudadanos, ellos o disfrutan de esa gran situación económica de la que presumen sus goberantes ante el mundo entero. Este país es un aliado de Estados Unidos en la zona, una pieza clave para la política exterior del país norteamericano.
En Bahréin han tradado de repetir, de momento sin éxito, la estrategia que se llevó a cabo en Egipto y que tan buenos resultados logró dar a la población de este país. De este modo, los manifestantes se concentraron en un plaza, esta vez la Plaza de la Perla, que pretendía ser su versión de la Plaza del Tahrir de El Cairo. Pero, a diferencia de ocurrido en Egipto donde el ejéricto no intervino contra los manifestantes, en Bahréin los militares desmantelaron el asentamiento en la plaza dejando tras de sí 3 muertos, 231 heridos y decenas de detenidos. Este país cuenta con una mayoría chií que lidera las protestas, pero según distintas informaciones entre los suníes también se está encontrando apoyo a estas revueltas. De momento el ejército las ha sofocado y ha dejado claro que las concrentraciones están prohibidas. Habrá que ver si la población de este país se salta esta prohibición en busca de una mejora de condiciones o si, por contra, acatan esta medida tomada por el gobierno. El rey Hamad ha visto que en su país la situación podía tomar tintes de lo sucedido en Egipto y antes en Túnez y ha decidido tomar medidas represoras. Este goberante no quiere seguir la misma suerte que antes siguieron Ben Ali y Hosni Mubarak.
Bahréin es muy importante para Estados Unidos porque allí tiene la base de la V flota. Es un enclave decisivo en la política de este país, ya que desde aquí se sigue de cerca a Irán. Ahora Estados Unidos se enfrenta a una situación similar a la que existía cuando se produjeron las revueltas de Egipto, solo que esta vez es aún más importante para él el país en el que se están llevando a cabo las protestas. La Casa Blanca pidió ayer contención a los mandatarios de Bahreín y también reformas. Es decir, se está siguiendo la misma política que la que mantenida hasta ahora y que es resumida comn la siguiente frase que cita el diario El País en su edición digital de hoy: "no dictamos soluciones, pero defendemos nuestros valores". Además de sus valores, están en juego sus intereses militares en ese país, por lo que la postura que toma Estado Unidos será muy a tener en cuenta. Desde las autoridades estadounidenses se ha pedido contención a la hora de sofocar las protestas, y se ha recordado que la violencia no es el modo adecuado de responder a las personas que se manifiestan para reclamar legítimas aspiraciones. De momento Estados Unidos no ha pedido para Bahréin la transición pacífica que sí pidió en su día para Egipto, pero sí parece que está manteniendo la coherencia en relación a esta ola de protestas enel mundo árabe que comenzó en Túnez.
Además de en Bahréin, las protestas también se mantienen en otros países como es el caso de Yemen. Según parece, en este país se están extendiendo las protestas y cada vez son más los ciudadanos yemeníes para deciden salir a la calle para pedir cambios. La capital, Saná, fue ayer el escenario de enfrentamientos entre partidarios del régimen y manifestantes. Se repitió así la historia de Egipto donde también se dieron choques entre los defensores del régimen y los que querían echarlo abajo. El presidente Saleh ha ofrecido diálogo a los partidos de la oposición, pero en la calle no se desea que se hable con él, sino más bien que se vaya. Algo que parece tan poco probable como parecía que se fueran a ir Ben Ali o Hosni Mubarak, que ahora están fuera del poder en Túnez y Egipto, y también fuera de su país. Por cierto, ayer muchas agencias hablaban de que los dos exgoberantes se encuentran en un mal estado de salud. Incluso se llegó a decir que estaban en coma. Es algo que no se ha podido confirmar. El caso es que, volviendo a Yemen, es el pueblo quien toma ahora la palabra. A los estudiantes y jueces se unen ahora los trabajadores de la línea aérea de este país, y también los periodistas, así como algún diputado del Parlamento.
Libia es otro centro de atención informativo por la misma razón: las protestas que están sacudiendo el país que gobierna el dictador Gadafi. Según Human Right Wach, en Libia han muerto ya 24 personas desde que comenzaron las revueltas. También hay decenas de heridos y, además, se han registrado enfrentamientos entre partidarios y detractores del régimen. Poco se puede saber de lo que pasa en Libia porque la información que transmite la televisión oficial solo muestra las manifestaciones de los partidarios del dictador, ni rastro de las protestas en contra de Gadafi. Libia es en tercero de los países en los que, junto a Bahréin y Yemen, se está escenificando ahora esta oleada de protestas. A través de las redes sociales se había convocado ayer el Día de la Ira contra el dictador en Libia, y según informan los medios de comunicación, las protestas se están centrando en el este del país, mientras que en la capital solo se atreven a salir a la calle a manifestarse los pro Gadafi. En todo caso, es muy difícil saber lo que en verdad está pasando en Libia porque la restricción al acceso de información es tremenda. El régimen de Gadafi no quiere testigos de estas protestas que podrían debilitarle después de décadas en el poder.
La gran duda en los tres países de los que he hablado es si hay una mayoría social partidaria dle cambio, como ocurría en Túnez y en Egipto, y también si los gobernantes de estos países están dispuestos a ceder algo para tratar de calmar las revueltas. Es complicado saber si alguna de estas protestas van a triunfar. Es muy pronto para saberlo. Además, cada país tiene sus propias características y condiciones especiales que hace imposible hacer un análisis conjunto de lo que está pasando en estos lugares. El ejemplo más claro es el de Bahréin, donde no podemos hablar de la protesta sin recordar que hay un enfrentamiento entre chíies y suníes, o al menos que hay una mayoría chií que intenta tener más derechos ante la minoría suní que es la que está en el poder. Cada país tiene sus particularidades, y aunque todas tengan en común que están protagonizando la tercera fase de las revueltas en el mundo islámico, cada una es un mundo y en cada uno estos países el desarrollo de las revueltas responde a diferentes claves que solo los muy expertos en países islámicos podrían explicar. En todo caso, lo que sí está claro es que las protestas en el mundo islámico siguen adelante y que la pregunta que todos no hacíamos tras la caída de Mubarak sobre si otros países seguirían los pasos de Egipto ya tiene respuesta.
En conclusión, habrá que seguir muy pendientes de estos países y de todos en los que pueda haber más revueltas, porque nadie pueda garantizar que no vaya a haber protestas en otros lugares. Sin ir más lejos, en Marruecos han convocada una manifestación para el día 20 contra el régimen marroquí. Está por ver el éxito de esta convocatoria y también la respuesta que ante ella tengan las autoridades de este país. Además, habrá que estar atentos a las noticias que lleguen desde Túnez y Egipto. Del primer país están saliendo hacia Italia muchas personas, creando una situación de emergencia en Lampedusa, y de Egipto deben ir llegando poco a poco noticias que hablen de un avance hacia la transición por la que tanto ha luchado los ciudadanos de ese país. Las revueltas en los países islámicos continúan adelante ante la pregunta de cuál será el próximo, y ante la atenta mirada de todos. Bahrein, Libia y Yemen son los países que están ahora siendo protagonistas de estas protestas, y en ellos está centrada la atención de los medios de comunicación. ¿Cuál será el resultado de estas protestas? Solo el tiempo lo dirá.

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