Acuerdo en Cancún

El final de la Cumbre del Clima de Cancún nos deja un lado positivo y otro negativo. El positivo es que ha habido finalmente un acuerdo, el negativo es que ese acuerdo parece ser un acuerdo de mínimos para salvar la cita del fracaso que estaba anunciado de antemano. Finalmente da la sensación de que no se puede hablar de un fracaso estrepitoso, pero tampoco se llegó a un acuerdo de esos que pueden ser tildados de históricos. Nada de eso. Acuerdo hay, pero no es un paso de gigante, tan sólo es un paso sin más hacia un futuro en el que los países se comprometan de verdad con el cambio climático. Esta vez el único país al que no le convencía el acuerdo era Bolivia. Para ellos los pactos alcanzados eran insufiencietes. Pese a su oposición, de la cumbre han salido una serie de compromisos que ahora deben ser cumplidos por todos los países, incluidos Estados Unidos y China, que los han apoyado.
La principal novedad, al margen de que algunos países que no apoyaron Kioto sí están en este caso de acuerdo con los dos documentos que salieron de la cumbre, es la creación de un fondo verde con 100.000 millones de dólares que se gestionaran a partir de 2020 y que tienen como finalidad que el desarrollo de los países vaya ligado a un respeto al medio ambiente. Como siempre, las miradas se centran, además de en los países que han estado debatiendo estos últimos días en Cancún, en los grupos ecologistas. Son ellos los que con más atención siguen este tipo de cumbres y buscan en los acuerdos finales avances de importancia para combatir el cambio climático. En este caso parece que los ecologistas están más convencidos de la validez de esta cumbre que en ocasiones anteriores. Según se desprende de las primeras declaraciones de personas de estas organizaciones, se ve desde ellas algún tipo de avance.
Greenpeace y el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) creen que este acuerdo logrado en Cancún es un avance considerable respecto a Copenhage, este sí que fue el mayor fracaso de los últimos años. Ahora la nueva cita, aquella en la que se tendrá que dar un paso más en la senda que retomaron ayer los países, será la cumbre de Durban (Sudáfrica). Esta vez los ecologistas sí perciben alguna novedad positiva. No todo son luces, también hay sombras. Desde estas organizaciones se señala como culpable de que no se haya ido más lejos en Cancún a la actitud de algunos países, y se señala expresamente a Estados Unidos quien, pese a ser el mayor contaminante del mundo, mantiene unos compromisos muy débiles. Para Greenpeace quedan "temas en el tintero". "Quedan retos políticos por abordar y mucho trabajo por delante" dicen desde esta organización según informa el diario El Mundo en su edición digital. Aún así se reconce que en algunos aspectos se ha aanzado considerablemente.
Repasaré ahora algunos de los acuerdos alcanzados. El más destacado es la creación de un Fondo Verde Climático. Esta medida es la que más se ha reseñado de entres todas las que se tomarán a raíz de la cumbre de esta semana. Con la creación de este fondo se comprometerán 100.000 millones de dólares para los países en desarrollo a partir de 2020. Es un paso adelante muy acertado en opinión de los ecologistas. Siempre se podría haber llegado más lejos, haber comprometido más dinero o haber alcanzado otros acuerdos, pero sí suena bien, mucho mejor que sonaba todo lo relativo a la cumbre del año pasado, este compromiso de Cancún. Si esta es la cara, la cruz es que los países no han llegado a un acuerdo para reemplazar el acuerdo de Kioto. No se ha logrado que haya otro gran acuerdo global. Se deja para más adelante. Es quizás una de las mayores sombras de la cumbre de Cancún. Hubiera sido muy positivo que EE.UU y China, que no firmaron Kioto, hubieran estado abiertos a un nuevo protocolo de actuación. No pudo ser esta vez.
Otro acuerdo positivo es que se alcanza el compromiso de reducir más las emisiones de gases contaminantes. Así, se logra que en 2020 se intente reducir entre un 25 y un 40% la emisión de este tipo de gases. Este es otro de los elementos más importantes de cuantos se pueden debatir en este tipo de cumbres. De este modo, se propone un firme compromiso para combatir el cambio climático. Quizás lo más destacado es que, después de al menos una opotunidad perdida, los gobiernos han vuelto a situarse en la senda correcta. Quizás la velocidad con la que recorren este camino no sea la más adeucada, quizás no pongan todo de su parte, pero está claro que se avanza por el buen camino. Ahora la cita de Durban será clave porque en ella se verá el próximo año si lo de Cancún es un espejismo o un primer paso de una larga lista de avances en la lucha por defender el medio ambiente.
Cancún no entrará en la lista negra de las conferencias o cumbres sobre el clima que acaban con un fracaso. Eso es lo más positivo y con ello nos tenemos que quedar. Es cierto que se podría haber ido más lejos, que un país lo pidió y el resto dijo que hasta aquí hemos llegado. Pero algo es algo y más después del paso en falso que supuso la cita de Dinamarca en la que se dieron cita muchos líderes importantes pero de la que no salió nada en claro. Esta vez no han acudido muchos dirigentes de primera fila, pero sin embarbo se han alcanzado acuerdos más importantes y se han logrado avances más destacados. No creo que tenga mucho que ver la asistencia de presidentes a la cumbre con el éxito de la misma. La ausencia de presidentes y primeros ministros en la cita de Cancún refleja que para muchos países el cambio climático no es una de las prioridades. En todo caso, alabemos (lo justo) este acuerdo alcanzado en Cancún porque así como somos muy críticos cuando se nos vende humo en este tipo de cumbres, ahora parece que hay acuerdos reales.
De este modo, los gobiernos de muchos países del mundo cambian el "hagamos como que nos importa" de Copenhage por un compromiso real en Cancún. El avance será real cuando comiencen a llevarse a cabo los acuerdos alcanzados. Por ejemplo, cuando el dinero comprometido para los próximos años llegue a su destino y cumpla su labor. Sólo cuando se perciba una firme determinación por parte de la Comunidad Internacional y de los distinos países (especialmente de los más contaminantes) podremos hablar de que en realidad se ha dado un paso adelante en Cancún. Desde luego resulta esperanzador que las crónicas que resumen la cumbre no hablen de fracaso. ¿Poco a poco los gobiernos se van concienciando de la suprema importancia del cambio climático y de la necesidad de preservar el medio ambiente? Eso parece. Sería una gran noticia que las buenas palabras y los compromisos se convirtieran en hechos. Ojalá sea así.

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