Importante semana política

Mientras seguimos pendientes de Francia y su constante lucha por evitar que salga adelante la ley que pretende alargar la edad de jubilación, aquí en España la semana se centra desde el punto de vista político en el debate de los presupuestos y en la sustitución de Celestino Corbacho al frente del Ministerio de Trabajo que, según parece, se producirá mañana y para el que ya están en marcha desde hace tiempo todas las quinielas. Otro de los asuntos centrales de esta semana es el acuerdo al que ayer llegaron PP y PSOE para modificar la ley electoral y hacer más difícil a un partido declarado ilegal por no condenar la violencia mantener a sus ediles en el sillón municipal.
Respecto a los presupuestos, el acuerdo del gobierno con el PNV fue calificado de "histórico" por el Partido Nacionalista Vasco. El mismo término emplearon ayer desde Coalición Canaria para hablar del pacto que el gobierno alcanzó con ellos ayer. De este modo, hoy se debaten los presupestos en el Congreso y el PSOE sabe que contará con el apoyo de PNV y CC para poder sacar adelante la ley más importante del año, las cuentas del Estado para el próximo ejercicio. Así, las cinco enmiendas a la totalidad que hay contra estos Presupuestos Generales del Estado (PGE) serán rechazadas. Por la mañana intervendrá la ministra de Economía, Elena Salgado, y por la tarde será el turno de los partidos de la oposición.
Sobre el acuerdo con el PNV, el PP ha pedido que se hagan públicos para que los españoles conozcan cuáles son las competencias que se ceden al País Vasco. De momento no ha pedido lo mismo sobre el acuerdo al que llegaron ayer gobierno y CC. El presidente de Canarias, Paulino Rivero, habló ayer de un acuerdo bueno para España y muy bueno, histórico, para Canarias. Algunas informaciones hablan de 280 millones de euros de inversión en las Islas Canarias, no sorprende por lo tanto que sea recibido como un acuerdo histórico. El caso es que se trata de los presupuestos del Estado, y el objetivo del gobierno más allá de mantenerse en el poder, debería ser tratar de que fueran unos presupuestos adeucados para las circunstancias que provoca la crisis económica, unas cuentas buenas para España. La imagen que se da es que el gobierno ha recortado por un lado y ha repartido por otro para poder seguir en el poder.
Los presupuestos, además de por los acuerdos que harán posible que salgan adelante, están marcados por el recorte de gastos y por alguna medida polémica y criticada como la congelación de las pensiones. Por ello ha recibido el rechazo del PP, de Ciu, de ERC, de IU, de UPyD y del resto de formaciones de la Cámara a excepción de los dos partidos que han sacado tajada de su apoyo a las cuentas. Obviamente no habrá sorpresas en la sesión de debate de los presupuestos, pues el guión está escrito de antemano. Los partidos que han pactado con el gobierno votarán a favor, y los otros criticarán con dureza estos presupuestos. El camino hacia la aprobación definitiva incluye, además del debate de hoy, un debate en la comisión correspondiente dentro del Congreso, su votación en el Senado y el regreso al Congreso donde serán definitivamente aprobados.
Desde el punto de vista económico, la época en la que vivimos exige recortes y austeridad y esa es la premisa que el gobierno parece tener en los presupuestos del año próximo. Eso sí, se critica que los recortes se hagan, por ejemplo, en la congelación de las pensiones (salvo las pensiones mínimas) y no en otros puntos menos antisociales. Desde el punto de vista político, la aprobación de las cuentas harán posible que el PSOE siga en el poder al menos un año más. Algo que no estaba tan claro al principio de las negociaciones con PNV y CC para poder sacar adelante los presupuestos. Un rechazo a la ley de presupuestos hubiera situado al gobierno en una situación de tal debilidad que tendría que haberse visto obligado a convocar elecciones anticipadas. El gobierno socialista ha salvado el primer match ball y tendrá un año más en el poder.
Sobre este asunto, el presidente del gobierno declaró este pasado fin de semana que no entiende que Rajoy y el PP tengan tanta prisa en que haya elecciones cuando lo que les va a tocar va a ser cuatro años más en la oposición. Zapatero no da, por lo tanto, crédito a las encuestas. A pesar de este optimismo que conocemos sobradamente en el presidente, Zapatero también reconoció que no estaban en una buena sitación, pero afirmó, y no le falta razón en este caso, que un año y medio en política es mucho tiempo. Lo que sucede es que Zapatero necesita un golpe de efecto, algo a lo que agarrarse para no hundirse más en las encuestas. La recuperación económica sería un mástil importante, sobre todo si trae consigo recuperación de puestos de trabajo. El tiempo que queda es mucho, pero mucha es la distancia a día de hoy en los sondeos, y nada claro el horizonte del PSOE lleno de citas electorales con malas perspectivas.
Sobre el pacto de PP y PSOE para modificar la ley electoral, es una gran noticia ya que se podrá quitar el sillón a un edil que no condene la violencia. Se evitarían así escenas como las de alcaldeses o alcaldesas de partidos ilegalizados que siguen en su puesto pese a no condenar los atentados terroristas. La colaboración entre los dos principales partidos en la lucha contra el terrorismo es siempre buena señal para los demócratas, y mala noticia para los terroristas.
Por último, esta semana si se cumple lo previsto, Celestino Corbacho no se sentará en el Consejo de Ministros ya que tendrá sustituto antes del viernes. Mañana es, en un principio, el día elegido por el presidente del gobierno para elegir al nuevo ministro de Trabajo. Han sonado varios nombres, y también ha habido rumores sobre si este cambio de ministro de Trabajo traerá consigo una crisis más profunda de gobierno, algo que ha descartado el presidente del gobierno en las últimas entrevistas que ha concedido. Lo que está claro es que se va un ministro al que le ha tocado vivir el peor momento respecto al mercado laboral en décadas, y que el que venga tendrá una dura labor por delante.

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