Víspera de la huelga general

Antes de entrar a hablar del asunto central del artículo de hoy, empezaré haciendo una reseña de la noticia que se producía esta noche. ETA ya tiene una respuesta a su último comunicado: la Policía ha detenido a siete personas presuntamente integradas en el aparato internacional de la banda criminal. En ese comunicado los terroristas pedían que se pusieran fin a las detenciones de personas relacionadas con su actividad criminal, la respuesta no ha podido tardar menos en llegar y no ha podido tampoco ser más oportuna y adecuada: el Estado de Derecho no se puede poner en tregua con los criminales.
Voy ya con la víspera de la huelga general que estamos viviendo en el día de hoy. Sí ya estos días atrás se notaba que los sindicatos estaban preparando esta convocatoria en la que se juegan mucho, hoy se nota que quedan menos de 24 horas para que llegue la huelga general, la primera que se le hace al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. No hay más que salir a la calle o abrir un periódico para constatar que todo está listo. Las calles empapeladas con cárteles animando a la participación de los trabajadores en esta huelga con motivo de la reforma laboral, la más lesiva de la historia en palabras de Fernández Toxo; los trenes de Cercanías avisando por megafonía de que mañana los servicios habituales pueden verse afectados por la huelga, o los periódicos advirtiendo a sus lectores sobre la posibilidad de que mañana haya problemas de distribución.
En definitiva, los sindicatos están en capilla ante una cita en la que tanto los convocantes, UGT y CCOO, como el gobierno, contra el que se convoca la huelga, se la juegan. Los primeros porque quieren demostrar que tienen un gran poder de convocatoria y que su prestigio está intacto a pesar de las muchas críticas recibidas por estar al lado del gobierno estos últimos años en los que el paro ha crecido de manera dramática. Por supuesto el gobierno también se juega bastante mañana. Aunque hay quien opina que existe una especie de pacto de no agresión entre gobierno y sindicatos, la huega de mañana será también una buena prueba de cuál es el grado de descontento de los ciudadanos con el Ejecutivo y con las medidas tomadas por este en materia laboral. De este modo mañana estarán ambos muy pendientes de que todo salga según lo previsto.
Y, ¿cuáles son las previsiones de los sindicatos? ¿Y la del gobierno? Lo lógico es que unos confíen en un gran éxito de convocatoria y de seguimiento de la huelga, y los otros esperen todo lo contrario. Un medio de Internet publicó hace unos días que gobierno y sindicatos habían pactado una especie de tregua para que la huelga de mañana se saldara con un empate entre las dos partes implicadas. Otros medios se ha hecho eco de esta información y hay quien da por hecho que esto es así. Sería todo un fraude para quienes mañana decidan perder el sueldo de un día de trabajo para protestar por unas reformas que consideran injustas y negativas para la clase trabajadora. Mañana con la actitud de unos y otros se verá qué hay de todo eso. Lo que está claro es que el gobierno tiene intención de mantener el contacto con los sindicatos y ayer les convocó a una reunión sobre presupuestos a la que CCOO y UGT no acudieron.
El plantón vino porque para los convocantes de la huelga que un día antes de la misma se les llame para hablar sobre presupuestos es una tomadura de pelo. Para ellos carece de sentido que el gobierno busque ahora un acuerdo cuando la huelga ha llegado precisamente de la falta de acuerdos en relación a la reforma laboral. Los aspectos más polémicos de la misma, como que una empresa pueda despedir a los trabajadores con la mera previsión de pérdidas o que se abarate el despido, fueron la gota que colmó el vaso , y lo que llevó a los sindicatos a tomar esta decisión de convocar una huelga general.
Los servicios mínimos y su cumplimiento son una de las claves del éxito o fracaso de la convocatoria de mañana. Hay que recordar que gobierno y sindicatos llegaron a un acuerdo en relación a los servicios mínimos, no ocurrió lo mismo en algunas comunidades, la mayoría gobernadas por el PP, como Madrid. Y el seguimiento de la huelga en la capital es otro de los puntos fundamentales de cara a valorar el resultado de la huelga. Los sindicatos ya han anunciado que no va a cumplir los servicios mínimos que el gobierno de Esperanza Aguirre estableció por decreto tras no llegar a un acuerdo. Aquí estará por lo tanto el centro de la polémica en las primeras horas de la jornada de huelga. Los transportes son clave en una huelga, ya que somos muchos los que tenemos que echar mano de ellos para llegar a nuestro puesto de trabajo o centro de estudios. Con la huelga salvaje del Metro de Madrid aún muy reciente en la memoria, está por ver qué entienden los sindicatos por nu cumplir los servicios mínimos. ¿Harán los que pactaron con el gobierno, más, o mucho menos? En Madrid está previsto que en hora punta la frecuencia en los trenes de Cercanías sea de un 50%. La sanidad solo garantiza los servicios de urgencias, y las escuelas abrirán, en principio, mañana con total normalidad. Lo dicho, veremos si se cumplen o no.
Otro asunto del que se habla mucho estos días y del que se hablará hasta la saciedad mañana es el de los piquetes, llamados informativos. Sobre todo en los comercios la actividad de los piquetes puede ser también clave. De muestra, un botón, un elevado porcentaje de los comercios chinos, según informa hoy el diario Qué!, van a hacer huelga mañana. Se trata de un colectivo que trabaja hasta los domingos. La causa es el miedo a los piquetes. Que muchos comerciantes decidan no abrir mañana por temos a la actitud que adopten los piquetes puede grarantizar un nivel de seguimiento mayor, pero no sé yo si sería real. Mañana veremos cómo se comportan, si directamente impiden abrir comercios, o si se limitan a informar sobre la huelga y animar a secundarla sin más.
En conclusión, la huelga general de mañana es una prueba de fuego para los sindicatos y resultará también muy importante para calibrar el descontento con el gobierno y las medidas tomadas por este. El acto central será en Madrid por la tarde, y a esas alturas del día ya se podrá hacer una valoración sobre el nivel de seguimiento de la convocatoria y sobre el éxito o el fracaso de la misma. Mañana volveré a escribir sobre la huelga, quizás por la mañana, como de costumbre, o quizás por la tarde para recoger datos sobre participación. Para acabar, una noticia algo sorprendente: la Casa Real ha suspendido todos los actos de mañana de lo Reyes y también de los Príncipes para mostrar, dicen, imparcialidad ante dos derechos (el de huelga y el de acudir a trabajar).

Comentarios