Los opositores al gobierno tailandés que tomaron los dos aeropuertos de la capital Bangkok, lograron ayer vencer a la policía, por lo que continúan dominando este punto clave de la ciudad. La tensión y los enfrentamientos en Tailandia van en aumento, sin que las autoridades logren ponerles fin.
150 policías trataron, sin éxito, tomar el control del principal aeropuerto de Bangkok pero, según informa EFE, 2.000 manifestantes lograron cortarles el paso por lo que se siguen sin poder realizar vuelos sin el permiso de los rebeldes.
La situación esn Tailandia es muy inestable desde las elecciones del año pasado, pero han sido estos últimos meses cuando se ha recrudecido las manifestaciones contra el actual gobierno, y cuando ha crecido el empleo de la fuerza en estos actos de protesta.
El primer ministro de Tailandia se vio obligado a cambiar la sede de gobierno, y se trasladó a 600 metros de la capital. Ahora está situado en Chiang Mai. Somchai Wongsawat desea que la policía tome ya el control de los dos aeropuertos de la capital, y así se lo ha ordenado a la policía que ya estrecha el cerco sobre los manifestantes, miembros del partido de la oposición al gobierno.
Al parecer las autoridades de aquel país desean llegar a una solución negociada y pacífica a esta situación, y los manifestantes han amenazado con una revuelta aún mayor si se carga contra ellos. La situación es pues muy desesperada en Bangkok, donde se puede decir que el gobierno ha perdido el control de dos puntos clave del país: el aeropuerto internacional de la capital y el viejo aeropuerto. Ambos son el lugar de entrada y salida al país más habitual, y ahora la situación es, a juicio de algunos analistas, próxima a un conflicto civil.
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