Contador está ahí

Y eso es mucho más de lo que nadie le podía exigir cuando 48 antes de empezar el Giro le avisaron de que iba a poder disputarlo finalmente. Tan brillante estaba siendo la temporada de Astaná que la oganización del Giro dejó atrás sus dudosos escrúpulos y su más que improbable preocupación real por la limpieza en el ciclismo, e invitó al mejor equipo del momento. Dejó atrás hasta su clásico doble rasero en el trato a los ciclistas. Ya sabes, cuando es italianos todo se perdona y olvida. Cuando no...
El caso es que el buen ciclismo siempre se impone. Es el deporte bello que siempre fue. Se impone a los asuntos extradeportivos y al daño de algunos tramposos. Se impone a la extraña persecución de algunos a este bello deporte, o a las televisiones que, sostenidas con el dinero de todos se olvidan de un deporte que gusta a muchos de estos todos. Se impone también a la peculiar actuación de algunos de los dirigentes del ciclismo mundial que tratan a los ciclistas, como a delincuentes, y presuntos culpables. Y sin ellos sus carreras, sus inventos y sus organismos no son absolutamente nada, no valen nada. Todo eso se olvida en los grandes días de ciclismo.
Y el Giro es experto en dar grandes días de ciclismo. El de hoy nuevamente no pasará a la historia, pero el buen ciclismo siempre tiene algo de épico. La etapa de hoy nos ha dejado ver cositas, como ocurre siempre en las grandes vueltas con la primera gran etapa de montaña. Se ha hecho una primera selección (y ojo que Di Luca saca ya dos minutos a muchos de los teóricos aspirantes llegar a Milán vestidos de rosa). Se dice incluso que en la primera jornada de montaña jamás se sabrá quien ganará la carrera, pero sí quien no lo ganará. Esto se dice más en el Tour. En el Giro, y más aún en este Giro, la dureza de la última semana es tal que hasta entonces, o poco antes, no se sabrá quién se lleva la maglia rosa.
Sirve para ver más cosas. Por ejemplo para presenciar la batalla diaria entre los escapados, cazadores de gloria, y los capos de la carrera, por la victoria de etapa. Ganó uno de esos buscadores de gloria, pero un buscador de gloria con talento y clase encima de la bicicleta: Gabriele Bossisio. Desconocido para el gran público, y para el que esto escribe también. Kyrie nka y Sella llegaron tras él. Después Cárdenas, en mejor o peor forma pero siempre combativo hasta el final.
Claro que de las primeras leves conclusiones que se pueden sacar de los favoritos, la mejor es la referente al estado de forma de Contador. Y no hay que lanzar las campanas al vuelo. Tampoco decir que su presencia con los mejores de la general es una anécodta sin importancia. Entre otras cosas porque los mejores hoy han sido solo dos corredores, Di Luca y Ricco, (tres si contamos para la general a Piepoli, gregario de lujo). Y en un grupo selecto de cuatro ciclistas, estaba uno de los más selectos de los ciclistas: Alberto Contador. No está en forma, se ha notado que ha llegado algo justo al final en el esprint con sus compañeros de grupo por unos segundillos. Pero qué son unos segundillos al frente de la comprobación de que Contador está ahí. No hay que volvernos locos, poque en este país ya nos conocemos. Pero la última semana le viene bien a Contador, en teoría el recorrido de este año también, y a priori según pasan los días va cogiendo forma. Sin locuras. Sencillmente, y no es poco, está ahí.
Alberto Roa.

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